El murciélago sacaba buenas notas y pudo ser ciclista

David Albelda pudo ser ciclista, pero también ingeniero, abogado... De niño estaba siempre entre los más aplicados del colegio. «Si en clase había un chico o chica que sacaba todo dieces, el era el segundo o el tercero. Muy aplicado y organizado», recuerda Rafa Almiñana, amigo suyo de toda la vida y con el que a día de hoy sigue manteniendo una estrecha relación. Se conocieron por el deporte de la bicicleta. Pero en algún momento de la vida, David eligió el fútbol y el Valencia ganó al 'Murciélago del escudo'. Así se le denominó en la última etapa dorada de Mestalla, la de Rafa Benítez, la del doblete, la de la pareja férrea que integró con Baraja y que se sigue añorando.

Atrás quedó su salida por la puerta de atrás por el desencuentro con Koeman. Esa herida sanó para que quedara el mito. Y más allá del último gran '6' del Valencia, un hombre de fútbol que en un principio parecía predestinado a ser ciclista profesional. Pep Albelda fue presidente del club de la Pobla Llarga en una directiva que contaba con Rafael como secretario. Los padres de David y Rafa siembre estuvieron muy vinculados a la bicicleta y por eso se conocieron ellos, haciéndose amigos antes de ser compañeros en el colegio: «Ya te digo que él era organizado, también muy aplicado, y yo un poco más tarambana. Cuando tenía alguna duda sobre algún trabajo, siempre le consultaba a él».

Rafa Almiñana define a David Albelda como una persona muy organizada. Su padre fue ciclista profesional, al igual que su tío, Francisco Albelda Tormo, que llegó a correr para el Kelme. ¿Y por qué se decantó por el fútbol? «Yo creo que fue por Pepe, su hermano, que jugaba y lo tenía un poco como referente», elucubra Rafa. Los dos llegaron a dedicarse al balompié, curiosamente el mayor militó en el Levante y David Albelda es referente del Valencia.

No entró en el selecto club del 'one club man' porque, tras despuntar en el Mestalla, estuvo cedido en el Villarreal. En esta aventura demostró su pundonor desde el principio. A pesar de su sufrir una grave lesión que le mantuvo casi en blanco el primer curso, la entidad de la Plana solicitó que regresase una segunda campaña. En la siguiente ya formó parte del primer equipo del Valencia.

Integrante de la etapa dorada blanquinegra de inicio del siglo XXI, podría decirse que con la selección David Albelda no tuvo tanta suerte. Vivió la experiencia olímpica con el equipo que consiguió la plata en los Juegos de Sidney (2000), y este fue su gran éxito como internacional. Con la absoluta justo formó parte de las generaciones anteriores a las de los éxitos: estuvo en la Eurocopa de Portugal (2004) y en los Mundiales de Corea y Japón (2002, eliminados en cuartos) y el de Alemania (2006, octavos).

Aquel chico con madera de buen estudiante se plantó en COU –lo que hoy sería el segundo curso de Bachiller–, pero no se ha alejado del deporte tras colgar las botas como futbolista. Se sigue cuidando, entrenándose casi a diario en casa y atendiendo la nutrición. Y claro está, tras abandonar el césped se ha echado a la carretera. Forma parte de un pelotón donde hay varios exfutbolistas que, como él, no desentonarían en los mejores onces históricos del Valencia: Vicente, Camarasa, Giner, Sánchez o Robert.

Gente aficionada al ciclismo pero que, de una manera u otra, sigue vinculada al fútbol. Es el caso del 'Murciélago', que actualmente muestra sus conocimientos del balompié, y su personalidad, ante los micrófonos: en A Punt y en Cope, como contrapeso a las opiniones cercanas a los llamados 'grandes' a nivel nacional, esto es, Barça y Real Madrid.

En todo caso, esta parece una etapa transitoria, hasta que le llegue una oportunidad de volver al banquillo que le ilusione, como en su día fue el Atzeneta. «Es muy trabajador y tiene la formación. Le gusta un fútbol organizado y tener el balón, creo que demostrará que es un buen entrenador», pronostica su amigo Rafa Almiñana.

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