Borrar
Urgente El Euromillones de hoy viernes deja un nuevo millonario en España y dos premios de 146.483,25 euros
Nacho Vidal, en una entrevista para LAS PROVINCIAS D. TORRES
Nacho Vidal: «Le tengo mucho cariño a Marcelino»
TRABAJO, SILENCIO Y SUERTE

Nacho Vidal: «Le tengo mucho cariño a Marcelino»

El futbolista explica sus diez partidos en el Valencia y su consagración como lateral derecho de Osasuna | «Ferran Torres está explotando ahora, en su tercer año. Uno se coge a la Primera con partidos, competición y confianza», asegura

CAYETANO ROS

Jueves, 4 de junio 2020, 22:46

- ¿Qué le ha chocado de los primeros entrenamientos?

- Todo: llegar hasta pie de campo con mascarillas y guantes, llevarte la ropa de entreno a casa y devolverla en una bolsa para desinfectarla, que se te vaya un balón y nadie te lo pueda pasar ya que tienes tus propios balones, tomarte la temperatura dos veces antes de empezar a entrenar, acabar de entrenar y, si casi ponerte a respirar, volver a ponerte guantes y mascarilla... Ahora, en la fase de grupos, ya es más llevadero porque interactúas con compañeros y vuelves a sentir lo que es el fútbol en realidad.

- ¿Y de la Bundesliga?

- El sonido de lo que ocurre en el césped, que de normal es difícil de apreciar, las gradas vacías, los suplentes en los banquillos guardando distancias de seguridad...

- ¿Cómo será jugar sin público?

- Va a ser raro y todavía más en Osasuna. Nuestra gente nos lleva al límite: nos hace crecernos en las buenas y resistir en las malas.

-¿Cuál diría que es su principal virtud?

- Concentración, cabeza ordenada y decisiones acertadas. No soy el chico de más talento, pero vivo cada acción con los cinco sentidos al 100%. Creo mucho en que el entrenamiento invisible te hace crecer si lo repites cada año. Me refiero a alimentación, descanso y prevención (sufro mucho de los isquiotibiales).

- ¿Cómo fue para un principiante marcar ese precioso con el Valencia en Anoeta?

- Yo estaba aterrizando en Primera y fue un gol importante para mí: una circulación, recibo por dentro de Carlos Soler, yo ya estaba doblando, Oyarzabal me sigue los primeros metros, pero me pierde de vista porque corro una diagonal y Carlos me mete un balón increíble. Me sale Rulli y le pico el balón.

-Sin embargo, unas semanas después, hay un partido en Mestalla en que Marcelino le muestra desconfianza.

- Se referirá al partido contra el Girona, que luego estuve mucho tiempo sin jugar. Quizá Marcelino vio a otros más preparados que yo. No todo es de color de rosa en el fútbol, pero intenté aprender lo máximo. Me cambió en el minuto 70, creo, por Vezo, y eso se pudo interpretar como que castigaba, pero no tengo una palabra mala contra Marcelino, siempre fue de cara y le estoy muy agradecido por hacerme debutar en Primera.

-Pero le dio poco tiempo para saber si valía o no para el Valencia.

- Es muy difícil subir de Segunda B (el Mestalla) e instalarse en la élite en Primera. Ferran Torres está explotando ahora, en su tercer año. Uno se coge a la Primera con partidos, competición y confianza. En Osasuna he tenido eso; en el Valencia a veces no te atreves a hacer cosas por miedo. Son sensaciones que compartimos todos los futbolistas. Al final, en el Valencia jugué unos 10 partidos: siete de Liga y tres de Copa.

- ¿Los mejores amigos en el Valencia?

- Carlos Soler y Lato, porque subimos de la casa; Jaume, porque es un tío increíble; Gayà, con quien compartí la residencia de Paterna; Zaza, que era el bromista; y Santi Mina, porque jugamos la Copa Atlántico sub 18 con la selección...

- ¿Y los mejores jugadores?

- Rodrigo y Parejo. Disfrutaba viéndolos entrenar y jugar.

- ¿Qué sintió al verlos ganar la Copa?

- Muchísima alegría. Pasé 10 años en el Valencia, desde el cadete al primer equipo. Lo viví como un valencianista más. Me alegré por el club y por mis compañeros.

- ¿Entendió que Lim prescindiera de Marcelino y Mateu Alemany?

-Le tengo mucho cariño a Marce y a su equipo. No sé qué pudo haber detrás.

- Y cuando vio a Thierry Correia jugar contra ustedes en El Sadar, ¿qué pensó?

- Yo quiero dar el 100% siempre, estuvimos mejor que el Valencia, y, si lo ficharon, será porque le vieron cosas. Partidos malos los tenemos todos.

- ¿En qué se diferencia la Segunda de la Primera?

-En las áreas: los defensas son mucho más ganadores de duelos; y los delanteros tienen más talento.

- ¿Cómo fue vivir en la residencia de Paterna, desde los 14 a los 18 años?, ¿se lo aconsejaría a un hijo suyo?

- Sí, fue una de mis mejores decisiones: me gustaría que un hijo mío viviera todo lo que viví y todas las amistades. Era una residencia pequeña en la que las cocineras eran como madres y los tutores como hermanos mayores. Yo, además, tenía la suerte de poder ir los fines de semana a mi casa, a Alicante.

- En esa residencia coincidió con Portu, ¿le sorprende que haya triunfado de delantero?

- Sí, lo veía en Mestalla de mediocentro defensivo y es extraño verlo ahora metiendo tantos goles, pero lo ha conseguido porque es un tío súper currante y comprometido.

- Se le ve feliz en Osasuna.

- Muy feliz. Llegué en Segunda, viví un ascenso y eso te marca. El vestuario me acogió desde el primer minuto y, si marcha lo deportivo, ayuda mucho a ser feliz.

- ¿Con qué se queda de la cultura navarra?

- La gente es legal, respetuosa, te ve por la calle y sabe cuándo acercarse y cuándo no. La naturaleza allí es muy potente, con los bosques y los valles de Batzan y Roncal. Hay ciudades cerca como Logroño, Donosti, Vitoria, que me gusta visitar con mi novia. Y después está la gastronomía, fantástica, con la verdura de la Ribera.

-¿Puede un equipo modesto jugar tan en campo contrario como Osasuna?

-El Eibar también lo hace. Tenemos interiorizada esa filosofía de morder y salir adelante. Somos verticales: robamos y salimos. Claro que se puede, ¿por qué no? En Segunda nos fue todo rodado; ahora algún equipo nos somete más, pero también está dando frutos.

- ¿Y qué supone jugar así para un lateral?

- Una delicia. Al míster (Jagoba Arrasate) le gusta que los laterales le demos profundidad. En mi caso, como a Roberto Torres ocupa posiciones intermedias, a mí me permite profundizar por fuera.

- ¿Cómo es el Chimy Ávila?

- Todos lo quieren en su equipo: empieza a defender desde la delantera y activa a todos los demás. Además de los goles, nueve o 10, se deja la vida y mueve a los demás.

- ¿Tuvo usted antecedentes futbolísticos?

- No, mi padre es comercial de hostelería y mi madre trabaja en una farmacia. Con siete años convencí a mis padres de que me apuntaran en el Campello y jugué con los de un año más, eso me ayudó a ser más competitivo.

- ¿Hemos aprendido algo del confinamiento?

- Sí, podemos conocernos más a nosotros mismos y adaptarnos. Vivimos un ritmo frenético, y esto ha sido algo que te obliga a parar y disfrutar de cosas que te apasionan como leer (un libro biográfico de Rafa Nadal; las revistas 'Tapas' y 'Forbes'), estudiar (un máster en Finanzas y Negocios), ver series ('Darks' o 'La casa de papel') o cocinar.

- ¿Cuándo y dónde acabó la carrera de Fisioterapia?

- En la Universidad de Valencia, en mi último año en el Valencia, ya en el primer equipo, solo me quedaba unas asignaturas. Los años anteriores fueron más difíciles.

- ¿Necesitó una nota muy alta para entrar?

- No, porque había ganado la Copa Atlántico con la selección (con Santi Denia de seleccionador, Gayà, Santi Mina y Grimaldo de compañeros), y hay plazas reservadas para deportistas de élite.

- ¿Qué le atrae de la fisioterapia?

- La fase previa a la vuelta a la competición, la figura a caballo entre el preparador físico y el fisio: la readaptación deportiva, medir muy bien las cargas de los ejercicios.

- ¿Cuál es la última causa solidaria en la que ha participado?

- La iniciativa de la revista Panenka de donar las camisetas de los equipos para convertirlas en batas y darlas a los niños hospitalizados.

- ¿Y volvería al Valencia?

- Obviamente, sería un placer para mí.

Publicidad

Publicidad

Publicidad

Publicidad

Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios

lasprovincias Nacho Vidal: «Le tengo mucho cariño a Marcelino»