Todos los futbolistas del Valencia dan negativo en el test y hoy ya se entrenan

Un viernes 13 de marzo, los jugadores del Valencia acabaron de entrenarse de manera suave en la ciudad deportiva, se ducharon, se reunieron en el vestuario y se fueron directos para su casa. Por entonces, en España ya se habían contabilizado 4.209 enfermos del virus de los cuales 120 habían fallecido y, ni de lejos, se podía imaginar nadie de ese grupo que iban a estar casi dos meses confinados sin poder salir ni de su domicilio. Ni las advertencias que al respecto les hizo llegar Lim en boca de Anil Murthy les hizo comprender el problema en toda su magnitud, porque el sentimiento general era también el de no saber muy bien qué iba a pasar. Aquel fue el último día que los futbolistas de Celades se pusieron unas botas de fútbol. Hasta hoy, 57 días después, que se las volverán a poner porque esto va en serio.

Este sábado vuelven los jugadores de Celades a ponerse a la faena, con la tranquilidad que da saber que ningún miembro de la primera plantilla ha dado positivo en los controles médicos a los que fueron sometidos este miércoles, y con la exigencia de tener que, casi contrarreloj por las once jornadas que van a disputarse, no soltar esa séptima plaza que tienen como mínimo y tratar además de alcanzar una cuarta que a día de hoy se ve todavía bastante lejana.

Aunque el grupo no se ha quitado de encima ni mucho menos el miedo en el cuerpo, saber que no hay infectados en el vestuario ha supuesto una bocanada de aire fresco a este colectivo azotado y señalado por ser, curiosamente, el primero que encendió públicamente las alarmas en la liga española cuando tras un instante inicial Mangala, Gayà y Garay dieron positivo, circunstancia que luego pasó a convertirse en un 35% de contagiados blanquinegros. Mes y medio después y tras superar el tercer test, hay cierta calma en Paterna.

Hay también algo de expectación por cómo va a ser la adaptación de los profesionales. Ha sido más tiempo que unas vacaciones de verano y aunque han trabajado en sus casas, se han perdido conceptos que ahora van a tener que recuperarse. El mismo Garay, por ejemplo, ha vivido la rehabilitación de su rodilla de una manera poco habitual, aunque se espera que haga también ciertos ejercicios sobre el césped. De momento, en esta fase inicial de vuelta a la teórica normalidad, los jugadores llegarán de manera escalonada con una diferencia de un cuarto de hora y ya saben que les espera un trabajo individualizado. El protocolo se ensayó con los controles del otro día y se ha repasado una y otra vez en Paterna.

Los futbolistas van a trabajar en tres campos –el Antonio Puchades y los otros dos donde suelen entrenarse– y lo harán de manera en que unos de otros van a conservar una gran distancia de seguridad. De hecho, LaLiga había señalado que como máximo tenían que coincidir dos jugadores por campo en cada sesión, recomendando también que no haya más de ocho a la vez en las propias instalaciones.

Desde las nueve de la mañana y hasta pasado el mediodía se ejercitarán con la supervisión, desde la distancia, de Celades y sus ayudantes. En realidad, en la ciudad deportiva va a estar el personal mínimo, acreditado y que también ha dado negativo en el control del virus. Deberán llegar los jugadores equipados ya para trabajar desde su casa y en el mismo coche con el que van a hacer el desplazamiento todos los días, mientras que los guantes y la mascarilla serán imprescindibles hasta el mismo momento en el que salten al terreno de juego. En cada jornada, el Valencia les aportará una bolsa con ropa limpia y desinfectada para la siguiente jornada.

En eso todos los clubes ya saben que deben cumplir con las consignas establecidas. En Buñol, se va a seguir el mismo protocolo. El Levante, de hecho, es otro de los equipos que se pondrán en marcha también este sábado después de que, como el Valencia, no se haya detectado ahora ningún contagio. Ellos lo harán con grupos de seis.