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Toni Calero
Domingo, 27 de julio 2014, 22:02
La portería del Valencia no conoce el descanso. Diego Alves y Vicente Guaita llevan tres años peleando continuamente, han alternado la titularidad, han gozado de picos de forma extraordinarios y también han dado con sus huesos en el banquillo, esperando una oportunidad que no llegaba. Era un suplicio para ambos y una bendición para el entrenador de turno, que celebraba contar con dos porteros de primer nivel más allá de las guerras personales entre uno y otro.
El pulso fue eso, un pulso, hasta la pasada temporada. Pero entonces Alves encadenó una serie de encuentros de primer nivel y Guaita, entre lesiones y actuaciones para olvidar, fue cayendo paulatinamente en las preferencias de los técnicos y la grada. La solución más factible era su salida del conjunto de Mestalla y en ello está el Valencia y el propio guardameta. Durante la pretemporada se ha visto a un Guaita más cabizbajo de lo normal, entrenando como uno más pero siendo consciente de que seguir no entra dentro de los planes. Y ahí irrumpió la figura irreverente de Jaume Domenech, un guardameta aguerrido que ha causado sensación en pretemporada.
Ante el Alianza de Lima, en el primer partido de la gira sudamericana del Valencia, Diego Alves se tuvo que retirar por lesión. Un esguince de tobillo que le tendrá fuera de los terrenos de juego durante dos semanas y que le impedirá jugar el amistoso de mañana ante el Universidad de Chile. Cuando se marchó del campo en el minuto 32, el Valencia ya había encajado los dos goles que recibió en el partido. Nuno dio entrada a Jaume y dejó a Guaita en el banquillo. La decisión tiene una doble vertiente. En el amistoso ante el Núremberg Jaume no jugó y por lo tanto el técnico quería dar minutos al portero del filial en Perú. Más allá de eso, el luso está encantado con la combatividad de Jaume y su apuesta de no poner a Guaita va también encaminada por la situación del jugador de Torrent, que en los próximos días rescindirá con el Valencia y se marchará al Getafe.
El conjunto blanquinegro mejoró en defensa tras un inicio desastroso -defensivamente hablando- y es cierto que Jaume no tuvo demasiada faena, pero la que llegó la solventó mejor que bien. Tras el arreón final del Valencia y el empate al término de los noventa minutos llegaron los penaltis. Y ahí se agigantó la figura del guardameta del filial. Jaume detuvo cuatro lanzamientos, aunque sólo dos fueron válidos porque el colegiado mandó repetir un par de penaltis. El resultado, se suele decir, es lo de menos. Pero llamaba la atención cómo celebraba Jaume sus paradas y las miradas de sus compañeros. Lejos de la visión de los técnicos, en el vestuario blanquinegro muchos se han sorprendido por el nivel y el carácter que ha demostrado Jaume en esta pretemporada.
Futuro inmediato: el filial
Con la segura salida de Guaita, que perdonará 1,2 millones de la ficha del año que le queda de contrato con el Valencia para salir, el conjunto blanquinegro necesita un suplente para Diego Alves. Y dado el rendimiento de Jaume, hay quien se ha llegado a plantear mantener al valenciano en el primer equipo. Pero, al menos de momento, los técnicos tienen claro que el portero va a jugar con el Mestalla en Segunda B y se ejercitará con el primer equipo habitualmente. En esta decisión pesa más la necesidad de consolidar un bloque en el filial, entrenado por Curro Torres, que las prisas por meter de lleno a Jaume en la dinámica del primer equipo.
El Valencia sondeará el mercado en busca de un guardameta que asume el rol de suplente con la intención de cubrirse las espaldas ante una posible lesión de Alves de mayor envergadura. Cabe recordar que el brasileño sufrió varios contratiempos la pasada temporada y en una posición como la portería no se puede improvisar. Mientras tanto, Jaume aparece como una opción de garantías para el Mestalla y el primer equipo blanquinegro en las próximas temporadas.
El peso de André Gomes
Apenas jugó un rato ante el Núremberg, pero a André Gomes se le vieron detalles interesantes. El portugués es lento de movimientos -roza el 1'90- pero ejecuta con rapidez y precisión. Frente a los alemanes fue clave en la reacción final del Valencia y ya en el partido de Lima, el hombre de más peso en el juego del conjunto blanquinegro. Incluso se permitió el portugués un par de regates en banda para regalar a Alcácer el primer gol del Valencia. Prescindió Nuno del 4-2-3-1 -sistema habitual y el que empleará en competición- para dotar al centro del campo de más músculo con la presencia de Javi Fuego, Gomes y Parejo, algo más liberado para que conectara con los hombres de arriba.
Sorprendió el aplomo de un recién llegado como André Gomes y destacó de nuevo el desparpajo y la arrancado de un Rodrigo de Paul que apunta a titular indiscutible en la banda izquierda. De ese potencial de la juventud que hablaba Nuno va el Valencia sobrado, al menos por lo que se está viendo en pretemporada. Arriba coincidieron por primera vez como blanquinegros Rodrigo y Paco Alcácer. El primero bastante hizo con pelear con los guerreros defensas peruanos en su debut, el segundo cumplió con lo mejor sabe: el gol al primer toque. El empate lo consiguió Otamendi, que se estrenaba como goleador en el Valencia. Luego llegaron los penaltis, momento reservado para el joven Jaume.
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