Jose Forés Romero
Miércoles, 6 de agosto 2014, 11:45
Los aficionados se paran por la avenida de Suecia. Levantan su mirada y observan en silencio. El viejo Mestalla muda su piel. Si el año pasado se tuneaban las entrañas del estadio con más años en activo de la Liga, ahora se ha dado el paso para adornar y embellecer su aspecto exterior.
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El clásico letrero luminoso verde con el que se presentaba el estadio a la afición ha pasado a ser naranja. Y el escudo será blanquinegro. Son los colores que predominarán no solo en la fachada sino también en los vomitorios que dan acceso a las gradas.
Un paso más que da el equipo de Amadeo Salvo, que ha buscado desde su entrada en el club, dar lustre a un feudo de más de 90 años que tiene que ser aprovechado hasta que llegue el día en el que la entidad se mude.
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