J. CARLOS VALLDECABRES
Sábado, 25 de octubre 2014, 22:24
«Power es una empresa familiar cuya escuela de valores nos han permitido acercarnos a cada cliente». Así reza uno de los lemas principales de la empresa de los Salvo, que tiene a Abelardo, el padre del presidente blanquinegro, como fundador y eje principal de la firma. Pero es Amadeo quien junto con sus hermanos le ha dado un impulso definitivo hasta el punto de que hace apenas unas semanas inauguraron oficialmente una nueva delegación central en Phoenix (Arizona).
Publicidad
Es a eso precisamente a lo que se ha acogido ahora Amadeo Salvo para encender la mecha de la incertidumbre sobre su continuidad al frente del Valencia, consciente también que Kim Koh va a ser el hombre fuerte del millonario en el día a día del valencianismo.
¿Es capaz después de todo lo que ha hecho Amadeo de apartarse de la escena justo en el momento más álgido de su popularidad y con el Valencia arrancado un proyecto global? En la primera pregunta de la rueda de prensa en la que se anunció la nueva realidad valencianista, Amadeo puso voz tenue a un sentimiento que recoge como reacción hasta tres tipos de corriente. Los que afirman que se trata simplemente una puesta en escena para conseguir una autoafirmación colectiva posterior; los que consideran que de verdad su familia está presionando en mayor o menor medida para reintegrarlo a la causa de Power; y los que le dan un plazo de dos años para descolgarse del club.
Nadie, ni Lay Hoon -que habla en boca de Peter Lim- ni los patronos de la Fundación contemplan un escenario sin Amadeo en la primera fila del palco. Y Mestalla, como se comprobó una vez más ayer por la tarde, tampoco. «Lo hablaremos en los próximos días porque es darle un cambio radical a mi vida», decía en un primer momento el dirigente.
Power ha cogido velocidad de crucero y con más de 300 personas en nómina sólo hay que echar un vistazo a las cuentas para darse cuenta de que se encuentra en el momento de su expansión definitiva. La matriz de la firma ganó 1,7 millones netos en 2012 tras facturar más de 29 millones. Eso sí, más del 80 % se su ventas se concentran en el extranjero, gracias a las operaciones que se realizan en casi una veintena de países.
Publicidad
Una de las cosas que tuvo claro desde el primer momento Amadeo Salvo, y que sirvió como arma arrojadiza para torpedear los planteamientos del anterior consejo de administración es que un presidente del Valencia nunca debería percibir un solo euro como salario por su trabajo y dedicación.
Llorente le dedicaba las 24 horas del día pero ganaba 340.00 euros al año -los accionistas nunca se lo perdonaron y en cada Junta era un tema recurrente- y Salvo, sin estar a nómina, también emplea una agenda similar. Ayer, cuando se planteó esta dualidad en el nuevo rol que puede desempañar Salvo en el Valencia de Lim, desde el Patronato descartaban que su antiguo compañero de Fundación tuviera entre sus aspiraciones prioritarias la de tener sueldo.
Publicidad
«Tengo que hablar con mis hijos (dos varones y una niña), hermanos y padres, y tengo que ver que puedo desempeñar la función que se espera de mí. Lo que quiere -Lim- es que dedique todo mi tiempo al Valencia. Hay veces que cuando uno habla, cada uno lo interpreta como quiere. Es un tema personal, el señor Lim me ha invitado a seguir con este proyecto. Quiere que continúe. Pero hay un tema que no puedo eliminar de mi vida», apuntaba en un timbre de voz diferente al del resto de su alocución. Echando la vista atrás, el mismo día de la votación en la que la Fundación decidió dar el banderazo de salida a Meriton, Salvo anticipaba que seguiría en el club siempre y cuando se encontrara «cómodo». Por ahora nadie considera que no lo está.
«Yo tengo una empresa que yo y mi familia fundé y que es mi empresa. Hay que preparar la entrada de una nueva generación. No lo tengo planteado. Lim quiere que yo dedique todo mi tiempo al Valencia y eso me llena de orgullo. Es una de las cosas más bonitas para un valencianista pero los próximos días se decidirá. No es lo más relevante. Hay gente en el club que puede gestionar», apuntaba.
Publicidad
Junto a él, Lay Hoon tomaba nota para explicar su posición en su turno de respuestas. «Hablo con él cada día intentando convencer a Amadeo de que tiene un importante papel en la estructura, es difícil que diga que no». La siguiente afirmación encaja plenamente en el molde del presidente-emprendedor: «Habrá cambios en el equipo directivo y de gestión. Se anunciarán a todos una vez que se cierre el proceso de compra. La intención es desarrollar la faceta internacional y el equipo directivo se construirá con esa idea».
A los 22 años fue Salvo a Tel Aviv, mandado por su padre, para cerrar un negocio para su empresa. Él, 25 años después, sabe bien lo que es vender una marca. Y el Valencia actual entra en esa fase. «El potencial del Valencia es tremendo, es una marca brutal con una gran cantidad de cosas que se pueden hacer. El problema es que mi trabajo lo están haciendo otras personas, cobro sin ir a trabajar. Nada es para siempre. La decisión que tome será aquella que sea la más beneficioso para mi familia, y que todos estemos de acuerdo. El Valencia tiene mucha gente buena».
Suscríbete a Las Provincias: 12 meses por 12€
¿Ya eres suscriptor? Inicia sesión
Te puede interesar
Publicidad
Utilizamos “cookies” propias y de terceros para elaborar información estadística y mostrarle publicidad, contenidos y servicios personalizados a través del análisis de su navegación.
Si continúa navegando acepta su uso. ¿Permites el uso de tus datos privados de navegación en este sitio web?. Más información y cambio de configuración.