

Secciones
Servicios
Destacamos
C. V.
Sábado, 25 de octubre 2014, 22:24
valencia. El día de Peter Lim también fue el día de Negredo. No podía ser tampoco de otra manera. Era la guinda que faltaba para redondear el partido perfecto. Casi cien días después de que cayera lesionado vistiendo en un amistoso la camiseta azul celeste del City, se ponía la blanquinegra del que será su nuevo equipo por esta y las próximas cuatro temporadas venideras. No fueron muchos minutos, la verdad, pero la grada de Mestalla se dio por satisfecha. Quizás él no, porque ya se sabe que los jugadores tienen un apetito voraz y nunca se conforman con lo que tienen.
Y si no, que le pregunten por ejemplo a Paco Alcácer si le hizo gracia o no el cambio de Nuno. La cara del delantero de Torrent cuando vio el cartel con su dorsal era fiel reflejo del puñetazo en el bajo vientre que había recibido por parte de su entrenador al quitarlo del campo. A Alcácer lo que peor le sienta, como buen delantero, es no marcar en un partido pero se le revuelve el estómago y es algo que no le sabe ocultar cuando, encima, le mandan al vestuario antes que el resto de sus compañeros. Cuando se metió en el banquillo descargó toda su rabia arrojando con fuerza sus espinilleras.
Nuno, por cierto, fue listo a la hora de mover sus piezas en el tema de los relevos. No quitó a Alcácer para poner a Negredo. Por el valenciano salió Robert y fue el motivo para desplazar, como siempre viene ocurriendo, a Rodrigo al centro. Después de Robert le tocó el turno a De Paul por Piatti y a la tercera le llegó la hora a Álvaro Negredo. Por Rodrigo.
Cambio radical en los tres de arriba. Nuno dejó a la afición con la miel en los labios al no alinear ni un solo segundo juntos sobre el césped a Rodrigo, Alcácer y Negredo. Con el permiso de un Piatti consolidado, ese tridente parece que aumentará las revoluciones de la grada cuando actúe a la vez. Hay ganas.
Se vio de inmediato cuando Nuno decidió que Negredo saliera a realizar los ejercicios de calentamiento. Ya estaban en la banda De Paul y Robert pero fue asomar el delantero madrileño y Mestalla explotó de júbilo. Él devolvió los aplausos, consciente de lo que se iba a producir después. Dicho y hecho. Un cuarto de hora después, el técnico le citaba para debutar. Sólo el susto de Otamendi al estirar su muslo para cortar un balón puso en duda si al final el delantero iba a o no a entrar. El argentino se recuperó y el cartelón con el dorsal 7 se alzó. Mestalla explotó en aplausos cuando, en realidad, Negredo no ha hecho nada todavía con su nuevo club. Es la apuesta que representa las aspiraciones del nuevo Valencia de Lim y eso a la gente le motiva.
No obstante, el delantero aún está lejos de su mejor momento de forma y lo que necesita en estos momentos es ritmo de competición. A los 35 segundos ya había tocado su primer balón con el Valencia en un intento de robo y tuvo que esperar unos minutos hasta que gozara de un balón de esos que deben acabar en gol sí o sí. No por la facilidad sino porque la tarde-noche lo merecía. Tiró el desmarque y la vaselina con la izquierda ante la salida de Herrera le salió por encima del larguero.
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Siete años de un Renzo Piano enredado
El Diario Montañés
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.