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Toni Calero
Miércoles, 5 de noviembre 2014, 23:05
valencia. «Poquito a poco vamos a ir pisando la cancha un poco más». La frase descubre a un hombre risueño que ha dejado atrás, gambeteando, claro, una operación a corazón abierto. Mario Alberto Kempes utiliza un símil futbolístico para tratar de explicar como mejor sabe una exitosa recuperación cuyos plazos se cumplen a rajatabla. No está «para hacer locuras» la leyenda del Valencia y actual embajador del club, pero cobijado en casa del frío de Bristol, en Connecticut, va haciendo progresos. «Camino entre treinta y cuarenta minutos en la máquina», dice el argentino consolándose.
A finales de septiembre, su estado de salud le sorprendió. Y, de paso, encogió el corazón del mundo del fútbol. «No me dio tiempo a sentir miedo. Fue una sorpresa para mí y para los médicos. No se explicaban que el corazón estuviera como estaba y siguiera vivo», explica Kempes, al que le colocaron seis by-pass pocas horas después de acudir al hospital para operarse la cadera. «Fui para que me hicieran análisis y ya no me los pude hacer por problemas del corazón. Así que había que solucionar lo del corazón y, de momento, está solucionado. La cadera tendrá que esperar un poco».
«Gracias a Dios», repite constantemente el argentino, la intervención fue un éxito. Y desde ese momento, sólo pensaba en llegar a casa para iniciar la recuperación: «El hospital me 'bajonea' mucho. Cuanto antes saliera de allí, mejor. Nunca he tenido problemas en las recuperaciones, pero siempre haciendo las cosas con cautela, sin precipitarme».
Arianne, la hija de Kempes, reconocía a este periódico que había recibido llamadas «hasta del carnicero» de la zona en la que vivía el argentino en Valencia. Y, entre llamadas y redes sociales, la leyenda del Valencia pudo recabar decenas de miles de mensajes de ánimo. «Tengo muchos amigos en Valencia. Y la gente y la afición, a través de mensajes, Twitter y demás, me escribía cosas... Y después tuve que generalizar porque no podía agradecerles de uno en uno todo el cariño que me han dado. No sólo ahora, desde hace muchos años», explica.
Así llegó el partido en Mestalla del cuatro de octubre contra el Atlético de Madrid y la exaltación del apoyo del valencianismo hacia el embajador del club. Ese día, al abrigo de una victoria contundente ante el actual campeón de Liga, el coliseo blanquinegro tributó un homenaje inolvidable para Kempes: «Lo vi, claro que lo vi. Me mandaron fotos, lo seguí por la televisión. Lo vi completito completito». «Y desde el club», sigue el argentino casi sin detenerse, «me llamaron, se portaron muy bien desde la distancia».
Ahora ya planea venir «pronto» a Valencia. Primero y con más urgencia, por una cuestión familiar: «Vamos a recuperarnos bien y si Dios quiere iré pronto, porque está a punto de nacer mi nieta -la hija de Arianne- y tengo que ir a conocerla». Y segundo, porque como embajador del club desde septiembre de 2013, medita los pasos a seguir en esta nueva etapa que arrancó con la confirmación de la venta del Valencia a Peter Lim.
«De momento continúa todo igual. Nos vamos a tener que sentar a hablar un poquito más, pero no va a haber problema ninguno. Ahora que las cosas se han tranquilizado, ahora que el Valencia tiene dueño y en lo futbolístico se está dando a las mil maravillas, ojalá que se compatibilice todo», dice Kempes sobre su papel como embajador. Tampoco quiere entrar demasiado el argentino en si, previamente a su operación, tendría que haber asumido un rol más protagonista en el día a día del club de Mestalla.
«Lo que pasa es que yo tengo contrato con ESPN -una cadena americana- y no es cuestión de cortarlo así en seco. Tengo que hablar con Amadeo -Salvo- porque también mi gusto sería estar en Valencia. Pero claro, con los problemas que había la temporada pasada era una locura ir allí porque no se sabía que iba a pasar con el club. Por eso ahora vamos a volver a hablar para ver si estoy más seguido o cómo intentamos para que yo esté más tiempo en Valencia. O que vaya más seguido», dice Kempes, que con su discurso deja claro que no descarta ninguna opción para el futuro.
De nuevo, la leyenda blanquinegra habla de «tranquilidad» para tomar la decisión correcta: «Esto no es 'me quiero ir, abrirme las puertas'. No. Esto tiene que ir con mucha tranquilidad. Ya hablaré con Amadeo para ver qué hacemos».
Kempes regresó hace tan sólo unos días a su trabajo como comentarista. Y, desde la distancia, ha seguido al Valencia y su imponente arranque. La clave, para el embajador del club, es la sencillez que ha conseguido transmitir Nuno. «Todo depende de las palabras del técnico para con los jugadores. Si el entrenador no embarulla al jugador, el jugador lo va a entender a las mil maravillas. Todo técnico que recibe jugadores nuevos lo que tiene que hacer es ir inculcando sus ideas. Y claro, tener los jugadores ideales para llevarlo a cabo», resume.
«Con los pies en el suelo»
A Kempes le puede la cautela para hablar de los objetivos del Valencia. «Sólo llevamos diez fechas, es pronto aún», repite. El mensaje que el argentino traslada a LAS PROVINCIAS es muy similar al que Rufete se encarga de expandir en cada comparecencia. «Hay que disfrutar lo que se está viviendo. No hay que volverse loco ni decir que es el mejor equipo. No. El Valencia tiene a favor que no juega competición europea y eso quita mucho desgaste», analiza Kempes, que elogia el trabajo que en verano realizó la secretaría técnica de los blanquinegros.
«Creo que Rufete y Ayala hicieron un trabajo espectacular. Lo que han hecho vendiendo futbolistas es un milagro. Y contratando han hecho buenos fichajes. Eso, más los que han venido -Rodrigo y André Gomes- con la llegada del nuevo dueño». Para Kempes, también individualmente ha crecido respecto a la temporada pasada.
«El Valencia tiene una defensa que se hace respetar y no pegando patadas ni mucho menos. Se ha ganado el respeto porque tienen que sudar mucho para pasarlos. Tiene jugadores que hacen goles. Un centro del campo que defiende con Javi Fuego y André Gomes y un Parejo que maneja las riendas. Piatti hace mucho daño por la movilidad que tiene y luego los dos jovencitos de arriba que se entienden cada día mejor», repasa, sin olvidar a su compatriota Nico Otamendi: «Lo había visto en Vélez y ya había demostrado mucho carácter. El Valencia ha recuperado de Portugal un jugador muy importante para el club y por qué no, para la selección argentina».
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