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T. C.
Domingo, 23 de noviembre 2014, 23:07
Después de la tarjeta roja en el Sánchez Pizjuán que lo dejó fuera de los terrenos de juego durante cuatro partidos, a Rodrigo de Paul le ha costado lo suyo volver a contar para Nuno. En esa fase fue construyendo el técnico su once de confianza y, para su regreso, el argentino no tenía hueco como titular. De Paul suma 43 minutos en cinco partidos (ninguno en el once) y siete convocatorias.
Nuno le rescató ayer del banquillo a falta de once minutos para el final buscando el empate. Ofrecía el argentino desborde desde el exterior -y centros- para oxigenar el ataque. Eso, y que el técnico no tenía más hombres de área en el banquillo. La jugada casi le funciona.
A falta de un minuto para el final, De Paul fabricó una acción burlando la defensa de varios levantinistas para soltar la derecha ya a pocos metros de Mariño. En la grada del Valencia se celebró el gol, pero lo cierto es que el balón pasó rozando la portería del Levante. Y esa fue la última bala del conjunto blanquinegro en el derbi.
De Paul respondió a lo que pedía Nuno porque tuvo poco tiempo y era exactamente esa la función por la que el argentino había ingresado en el terreno de juego. Por esas virtudes destacó el valencianista en el Racing de Avellaneda junto a Bruno Zuculini.
El argentino sustituyó a Rodrigo Moreno, al que Nuno acercó a la portería rival tras la lesión de Parejo. El cambio de posición del hispano-brasileño no le ha servido para mejorar su faceta goleadora, y Rodrigo sigue con un solo gol en Liga, el que anotó en Getafe desde el punto de penalti. Como extremo convenció a Del Bosque para ir por primera vez con la absoluta.
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