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Otamendi, la heroica piedra angular de Nuno
Fútbol | valencia cf

Otamendi, la heroica piedra angular de Nuno

El argentino aguanta lesionado para seguir liderando la defensa del Valencia

Moisés Rodríguez Plaza

Lunes, 1 de diciembre 2014, 10:27

Nicolás Otamendi se permitió abroncar, quizás sea más correcto decir levantar la voz, a Diego Alves. Para eso hacen falta galones, y el argentino se los ha ganado visto y no visto. En cuatro meses, el central ha asumido el rol de líder de la defensa. Es el que manda y marca los tiempos, y nadie tuvo que decirle ayer que tocaba sufrir. Ahora habrá que ver lo que le cuesta esa media hora en la que se mantuvo maltrecho pero sobre el césped. Cojeando, dando la sensación de que iba a derrumbarse en cualquier momento, aguantó estoicamente para ser la piedra angular sobre la que Nuno ha cimentado su equipo.

Otamendi es el único futbolista que ha disputado todos los minutos. Puede que hasta aquí haya llegado su registro. Habrá que la noche que le ha dado su tobillo izquierdo, pero con que sea un esguince que le obligue a descansar contra el Rayo, puede darse por satisfecho. En algún momento, cuando notó el terrible dolor que lo postró unos instantes en el césped, quizás hasta habría firmado un par de semanas.

El valencianismo tembló con Otamendi. Las lágrimas del argentino fueron las de miles de aficionado cuando el coloso cayó fulminado después de un salto con Luis Suárez. La gente contuvo el aliento cuando el central permanecía tendido boca arriba con la pierna estirada. «Que no sea la rodilla», imploraron al unísono el propio futbolista, Nuno y la grada al completo.

Al entrenador portugués le daría mil vueltas la cabeza en unas décimas de segundo. Descartado Vezo, le tocaba colocar de central a Orban. Eso o retrasar a Javi Fuego y recomponer la medular. Pero lo peor iba a ser el periodo de convalecencia de Otamendi. Cuando flexionó la rodilla, se notó cierto alivio.

Pero no. Con el juego ya reiniciado, Fernández Borbalán escuchó un grito. Otamendi pedía reingresar. Quizás se sorprendió hasta el árbitro, pero el argentino estaba de vuelta. Estuvo renqueante sobre el césped, pero acabó el partido. Más superhéroe que el Batman ese que se disputa el murciélago con el Valencia. El central no tiene poderes que se le conozcan. Simplemente atesora capacidad de sufrimiento y de administrar sus fuerzas.

Perdió movilidad y estuvo cojeando desde ese minuto 12 de la segunda parte, cuando saltó con Luis Suárez, tropezó con Gayà y se torció el tobillo. Pero completó media hora notable que el desajuste de toda la zaga que permitió a Busquets marcar el 0-1 no puede emborronar.

Decir que Otamendi fue el mejor quizás sea osado. Pero sí es cierto que con su sacrificio sostuvo al Valencia. Tuvo que batirse con las estrellas del Barcelona. Dar un paso para conjurar una acción de peligro con muy malas intenciones, protagonizada por Neymar. El brasileño ya armaba la pierna, dispuesto a lanzar el latigazo mortal desde la frontal. Pero el central argentino lo evitó, ganándose la admiración de todos sus compañeros.

Ya en el minuto 90 se dio el gustazo de salir con el balón controlado. Quizás con un latigazo su tobillo le recordó que no estaba para esos trotes. La entregó en corto y emprendió el regreso a su puesto. Pero el partido le iba a requerir un último esfuerzo. Pérdida y balón en largo para la carrera de Messi. Cojeando y todo, Otamendi esprintó y se lanzó al césped, jugándose el penalti, para evitar un gol cantado.

El coste de su esfuerzo lo determinará la vuelta hoy a los entrenamientos. Tanto para Otamendi como para Parejo, quien desde que sufrió la rotura muscular se marcó en la agenda el partido de ayer. Tocaba volver para el Barça. Ya tuvo minutos contra el Levante y quedó demostrado que este equipo, con el madrileño, es otro. Ayer se asoció con André Gomes para tratar de dar velocidad a las contras pero también trabajó de lo lindo hasta que su cuerpo dijo basta. Notó un calambre y pidió el cambio cuando restaba algo más de un cuarto de hora.

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