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TONI CALERO
Lunes, 1 de diciembre 2014, 23:00
Del Palau de la Música al Palacio de Congresos. Diez días desde entonces y el convencimiento entre los accionistas de que la de ayer era una Junta histórica para el valencianismo. La de la transformación absoluta de un club que por primera vez tendrá un dueño extranjero. La gigantesca lona con el escudo del Valencia que presidía el evento hizo parecer todo lo contrario, pero la cosa no arrancó demasiado bien.
Muchos accionistas esperaban desde las 18:30 en el pasillo principal del Palacio de Congresos para entrar al acto. Pero tuvieron que aguardar mucho más de lo previsto. La Junta iba a empezar a las 19 horas... pero no lo hizo hasta noventa minutos después. A las 20:30 en punto, Amadeo Salvo tomó la palabra para cedérsela a la secretaria del consejo saliente, Auxiliadora Borja. «Pedimos disculpas por el gran retraso debido a una actualización del software informático. Lo sentimos porque sabemos que vuestro tiempo es muy importante», se disculpó Salvo a los accionistas. Debido a ese problema, los asistentes no podían inscribirse para la Junta, aunque nadie perdió la paciencia en esos 90 minutos.
Son los momentos de las confidencias entre los accionistas con más poder y los que, como minoritarios, acuden a cada Junta para dar su opinión sobre la labor del consejo de turno. Así, a la espera de la llegada de la nueva cúpula del club, los patronos Aurelio Martínez, José Luis Zaragosí, Blas Madrigal y el director general del Valencia, Luis Cervera, charlaban en un corrillo pocos minutos antes de arrancar la Junta del cambio. Al presidente de la Fundación se le había acercado un accionista que aparentemente sólo quería saludar. Nada más lejos de la realidad. «Gracias por malvender el Valencia», le dijo, mientras estrechaba la mano de un estupefacto Aurelio Martínez.
Entre los asistentes también se encontraban algunos miembros de Curva Nord -como Fernando León y Paco Rausell- que hablaban sobre la muerte del ultra de Riazor Blues en la vergonzosa trifulca del domingo antes del Atlético de Madrid-Deportivo.
Una de las grandes novedades de esta Junta fue la presencia de dos traductores que trabajaron de lo lindo para el nuevo consejo. En inglés les llegaban las palabras de Salvo y el resto de accionistas por los auriculares a los siete miembros, que se sentaron en primera fila y entraron al Palacio de Congresos, entre los flashes de los fotógrafos, a las 20:25.
En la Junta se estrenó Ana Julia Roselló como notaria del consejo. En su despacho se ha cocinado y firmado el proceso de venta del Valencia y ayer estuvo junto al consejo saliente para dar cuenta de todas y cada una de las decisiones que salieron de la Junta. Sólo faltaba uno de los consejeros que han acompañado a Amadeo Salvo este último año: José Manuel Palau. «Por problemas de salud no ha podido asistir, pero continuará con nosotros», explicó Salvo.
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