Borrar
La 'Araña infernal' y los silbatos protagonizan un disparo de lo más original
Rodrigo se lamenta durante el partido de ayer en Granada. :: AFP PHOTO/JORGE GUERRERO
Pólvora mojada en Los Cármenes

Pólvora mojada en Los Cármenes

El Granada desactiva el centro del campo de Nuno y el tanto del madrileño salva al equipo de quedarse de nuevo sin marcar en Liga

JUAN CARLOS VILLENA

Domingo, 7 de diciembre 2014, 22:45

La falta de gol está mermando al Valencia en los últimos partidos en la Liga, donde el conjunto de Mestalla ha sumado tan sólo dos de los últimos doce puntos y marcado tan sólo dos goles en esos cuatro partidos. El tanto de Negredo, el primero en su cuenta particular como valencianista, maquilló esa estadística, pero no debe impedir el análisis en profundidad para Nuno y su cuerpo técnico. Si algo había catapultado al Valencia en las primeras diez jornadas de Liga era su fortaleza anotadora, con 23 goles en un fulgurante inicio de temporada que arrojó una media de 2,3 goles por partido. En los últimos cuatro envites esa media ha bajado al 0,5. Una realidad que ha congelado, de momento, el objetivo de una Champions que ahora asoma a cuatro puntos del horizonte.

Caparrós leyó el partido de la misma forma que Valverde hace unas semanas en Mestalla; si al actual Valencia le taponas la creación de Parejo y André Gomes el fútbol de ataque desaparece. Nuno, de momento, no está sabiendo acertar con la tecla para armar un 'plan b' que permita tener una alternativa. La sorpresa inicial de su sistema de juego, que maniataba a los rivales con rachas goleadoras de tres en tres, ha pasado a unas lecturas de partido donde los técnicos rivales le han leído la matrícula al Valencia. La buena actuación de De Paul en Vallecas abría la posibilidad de utilizar esa variante, pero el portugués ya avisó antes de viajar a Granada que nadie echara las campanas al vuelo con el argentino. Fue el paso previo a dejarlo en el banquillo.

El fútbol es caprichoso, y el juego quiso que fuera De Paul el que asistiera a Negredo en el gol, a los diez minutos de entrar en el terreno de juego por un inoperante Feghouli. Esa jugada, que acabó con el cañonazo del 'tiburón', fue la única ocasión trenzada de peligro que acabó con un disparo entre los tres palos. El otro se lo fabricó Negredo doce minutos antes de marcar con un desmarque al hueco y un remate cruzado que se estrelló contra el palo izquierdo de la portería de Roberto. Ahí se acabó el peligro del Valencia.

Rodrigo Moreno volvió a estar desaparecido en combate, una circunstancia que empieza a preocupar al más optimista. Nadie en su sano juicio discute su calidad, pero la estadística fría recuerda que tan sólo ha marcado un gol con la camiseta valencianista. Fue de penalti, en Getafe, aquella noche donde Parejo le cedió a su compañero el lanzamiento. Rodrigo, de nuevo desesperado, dio paso a Alcácer a nueve minutos del final. Pero anoche sobre el césped de Los Cármenes estaba escrito que no era la noche de los puntas valencianistas, oasis al margen del golazo de Negredo.

El delantero de Torrent estuvo sobre el campo tan sólo cuatro minutos, el tiempo que tardó el canario Hernández Hernández en expulsarlo. La acción no ofrece ninguna duda en cuanto a la secuencia; Juan Carlos impacta con su mano abierta en la cara de Alcácer y el valenciano responde a la acción mientras cae al suelo golpeando en el jugador del Granada. El veredicto del colegiado fue una amarilla para el guantazo, un 'zas en toda la boca' que dirían los modernos, y una roja para la reacción. O el árbitro no atendió a las clases de 'acción-reacción' o las puertas para el recurso del Valencia están abiertas. Dicho lo cual, si no hay milagro Alcácer se perderá como mínimo el partido ante el Rayo en Liga del próximo sábado.

El empate del Granada fue la puntilla para un partido para olvidar del Valencia, al menos en el aspecto ofensivo. En la primera parte, la única ocasión de peligro real se la fabricó Negredo al marcharse con un caño de Murillo, pero le pegó sin peligro a la izquierda de la portería de Roberto. Fin de la cita hasta la segunda parte, donde primero lo intentó Feghouli a los dos minutos de la reanudación pero Murillo frenó su ímpetu. Hasta el gol del madrileño, los de Mestalla tan sólo se acercaron dos veces a balón parado. Pólvora mojada... pese al golazo.

Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios

lasprovincias Pólvora mojada en Los Cármenes