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PACO LLORET
Sábado, 3 de enero 2015, 08:52
Cinco victorias consecutivas en cinco partidos. El mejor registro del Valencia en sus enfrentamientos con el Real Madrid se produjo en la segunda mitad de los años sesenta. Aquel equipo dirigido por el legendario Mundo estableció una marca que no se ha vuelto a igualar. La racha se inició con una eliminatoria de cuartos de final de Copa. El partido de ida se disputó en Mestalla y acabó con una diferencia mínima para los valencianistas: 2-1. Todos los goles se lograron antes del descanso. Los madridistas se adelantaron en el marcador por medio de Grosso, pero, a continuación, vino la reacción local y los tantos del paraguayo Jara y de Waldo. El partido se disputó a las diez y media de la noche del domingo 4 de junio de 1967 con un extraordinario ambiente en la grada. En la segunda mitad, el Valencia dispuso de un penalti a su favor, pero el brasileño Waldo estrelló el lanzamiento en el larguero de la portería defendida por el canario Betancort.
Con las espadas en todo lo alto, se disputó el choque de vuelta el domingo siguiente, 11 de junio, bajo un sol de justicia. Los madridistas se las prometían muy felices en el Bernabéu. Cuatro días antes habían ofrecido a su parroquia una excelente actuación en el homenaje de despedida a Alfredo Di Stéfano. Sin embargo, el Valencia apeló a su leyenda de conjunto bronco y copero, imponiéndose por la mínima, esta vez 0-1, con gol de Waldo. La clave del encuentro volvió a estar en el punto de penalti. Cuando el marcador reflejaba empate a cero, los madridistas tuvieron a favor un máximo castigo que detuvo Abelardo en dos tiempos. Aún no se había cumplido la media hora de juego y el fallo de Gento significó un punto de inflexión en el desarrollo del partido. El Valencia se vino arriba y en los compases finales llegó el gol del delantero brasileño que batió de cabeza la portería ocupada aquella tarde por Junquera.
Los de Mestalla entraban por la puerta grande en semifinales. Pocos días después, regresaron al feudo madridista para vencer en la final al Athletic de Bilbao.
Aquel verano, ambos equipos se volvieron a ver las caras en la final del trofeo Ramón de Carranza. El torneo gaditano gozaba de un enorme prestigio internacional y el cartel de esa edición reunió a los campeones de Liga y de Copa además del Peñarol uruguayo y el Vasco de Gama brasileño. El Valencia superó en las semifinales al club de Montevideo por 2-0. Una victoria de enorme importancia por el gran nivel de aquel Peñarol que, un año antes, había vencido en la final de la Intercontinental al Real Madrid a doble partido, ganando los dos encuentros.
El partido alzó una enorme expectación y se televisó en directo por TVE, el único canal existente. El Valencia volvió a cuajar un partido magnífico y desarboló a un Real Madrid desconcertado por un rival que le había tomado la medida. Se repitieron los goleadores de la cita copera de Mestalla: Jara y Waldo anotaron los tantos valencianistas, uno en cada tiempo. Antes del descanso, Zoco logró el gol del provisional empate a uno. Aquel triunfo fue muy celebrado por el valencianismo y en el primer encuentro de la campaña 67-68, se exhibió la monumental copa conquistada en Cádiz.
En esa temporada, el Valencia volvió a superar al Real Madrid en los dos duelos ligueros: primero en Mestalla, en la segunda vuelta en el Bernabéu. Aquellas victorias confirmaron la fama de bestia negra del Madrid al conjunto dirigido por Mundo. Desde entonces, los valencianistas no han vuelto nunca a vencer a los de Chamartín en ambos campos en un mismo ejercicio. El primer triunfo se logró el 5 de noviembre del 67. El Valencia venía de sufrir tres derrotas consecutivas, ante el Elche en Altabix, el Barça en casa, y el Pontevedra en Pasarón, todas ellas por la mínima. El Real Madrid acudía invicto a Mestalla como segundo en la tabla pero desconfiado por los resultados adversos sufridos ante el Valencia. Aquel domingo llegó la cuarta victoria gracias a los goles de Paquito y de Pep Claramunt en el segundo tiempo. Aquel triunfo relanzó a los valencianistas que solo perdieron un partido de Liga en los cinco meses siguientes de competición.
Cuando ambos conjuntos volvieron a cruzarse, el equipo de Miguel Muñoz, encaramado al liderato, se propuso doblegar de una vez por todas al único rival que se les resistía. Y contra todo pronóstico, el Valencia volvió llevarse la victoria por 0-2 el 25 de febrero del 68 en el Santiago Bernabéu. Con pantalón negro y camiseta roja, los goles de Waldo en el primer tiempo y de Ansola en la reanudación, decantaron el marcador final. Aquella fue la quinta y última victoria seguida del Valencia sobre el Real Madrid. En la siguiente campaña, hubo triunfo visitante en Mestalla y empate sin goles en Madrid.
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