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Toni Calero
Domingo, 11 de enero 2015, 23:36
«El Celta es un muy buen equipo y tiene jugadores de mucho talento. Nos esperábamos un partido así de difícil». La frase la calcaron varios futbolistas del Valencia en las horas posteriores al encuentro de Balaídos. La plantilla, los técnicos y el resto de la expedición dudaba a la hora de valorar el punto conseguido. Si bien es cierto que el Celta llegaba en horas bajas, los blanquinegros entienden que en una semana con tres partidos y una decisiva ronda de Copa del Rey el empate se hará bueno superando al Espanyol y ganando en Mestalla al Almería.
El Valencia acabaría la primera vuelta con 38 puntos (15 por encima de la primera Liga de Benítez y dos por debajo de la segunda, que ganó en 2004), números superiores a los que Nuno pronosticó a principios de diciembre. «Queremos acabar la primera vuelta con 33 puntos con una proyección de 70 a final de campeonato», dijo el portugués. Las cuentas están claras para el Valencia, pero teniendo en cuenta que los tres de arriba viven prácticamente en otro mundo y el Sevilla no afloja. Ayer los de Emery solventaron su partido y tiene un punto más que el equipo blanquinegro con un duelo (ante el Real Madrid) por disputar.
Tampoco hubo reproches al cambio de dibujo que Nuno puso en práctica en Balaídos. «Tenemos que estar preparados para cualquier sistema y ser un equipo con alternativas. El míster, teniendo en cuenta el rival, creyó que la mejor opción era esa. Nosotros vamos a muerte con el entrenador, con su forma de ver el fútbol. Si seguimos así, unidos, al final seremos mucho más fuertes», apuntó ayer Dani Parejo. «Fue un partido difícil, no estuvimos bien a la hora de tener el balón, pero se vio a un Valencia intenso, con una mentalidad grandísima. Supimos sufrir», zanjó el capitán del Valencia.
Las caras largas que se vieron en otros encuentros como el de Riazor o el derbi en el Ciutat de València no se vivieron esta vez. El ambiente en el viaje de vuelta a Valencia era gris, como el tiempo, pero la proximidad del encuentro ante el Espanyol y los últimos resultados hicieron más llevadero un empate que, por otro lado, nadie esperaba por la trayectoria con la que llegaba el Valencia. Todos coincidían en que el equipo no había hecho un buen partido, pero más que fustigarse por ello, destacaban las virtudes del Celta.
La expedición llegó al aeropuerto de Manises pasada la una de la madrugada y, diez horas después, los futbolistas estaban convocados para entrenar en la ciudad deportiva de Paterna. Los titulares ni salieron al césped y fue una jornada dedicada a mirar hacia adelante. Mañana el Valencia se juega el primer título de la temporada en Cornellà. «Estamos ante la primera final de la temporada», dijo Parejo. Y los errores cometidos ante el Dépor, Levante o Celta invitan a no especular con la ventaja (2-1) que el Valencia cobró en el partido de ida.
«Hay que salir a ganar porque somos el Valencia, un gran equipo y si queremos llegar lejos en esta competición pienso que sería un error salir a especular», analizó el capitán. Luego elogió al hombre del partido en Balaídos, Diego Alves. «Es muy importante para nosotros y tiene ese don que le ha dado el fútbol para parar penaltis». Alves, por cierto, no estará bajo palos en Cornellà ya que el titular -si Nuno no cambia de idea- en Copa es Yoel.
El guardameta fue uno de los grandes protagonistas del viaje porque regresaba a casa. Y uno de los más serios, Nuno. En la ida conversaba relajado el entrenador con Lay Hoon, Kim Koh y Kim Lim convencido de que el Valencia se traería los tres puntos de Vigo. Lo primero que hizo tras el encuentro fue defender a sus futbolistas. «No tengo nada que reprochar a los futbolistas, lo han dado todo», explicó en rueda de prensa. Minutos más tarde su semblante era más severo y no rompió su silencio hasta que Rufete y Salvo le convocaron en un pequeño cónclave.
El director deportivo buscó a Salvo, charló unos cinco minutos con él y luego llamaron al técnico para hacerle partícipe de la conversación. Con pausa, los tres intercambiaron impresiones especialmente sobre el mercado de invierno. El teléfono de Rufete echaba humo por el mercado invernal y ayer se concretó la segunda operación, el traspaso de Carles Gil. Con varias salidas pendientes, toca también acertar en el capítulo de entradas.
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