JUAN CARLOS VALLDECABRES
Domingo, 25 de enero 2015, 23:55
Gustazo de noche. Grande Valencia. Inconmensurable, como era de esperar. Esta segunda vuelta de campeonato empieza así, de campeonato para los valencianistas. Cuartos y con el golaveraje particular con los sevillistas a su favor. Mejor imposible. Es verdad que el rival tiene un partido pendiente con el Real Madrid, pero ya habrá tiempo de apoyar en la medida de lo posible a los madridistas para que sean ellos los que se queden con los puntos. La Champions bien vale lo de ir contra natura. De momento, a los espectadores que casi llenaron anoche Mestalla les fue suficiente con observar el partidazo de los suyos. Uno más.
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El Valencia de este año garantiza dos cosas. Que en Mestalla la gente se lo pasa bien y que cualquier equipo con aspiraciones que quiera presumir de ello, aquí se queda con las ganas. Noche de goles; de penaltis, de los que se pitaron y de los que no se pitaron, de los que se marcaron y de los que se pararon; noche de tarjetas; de brío, de fútbol... Partidazo de los que hacen afición. Por algo eran quinto y cuarto clasificados. Perdón, cuarto y quito. El orden se invirtió casi a las once de la noche, cuando a Nuno se le llenó su corpachón de felicidad y cuando a Emery se le oscureció el panorama. Emery, que si en algo disfruta, es en planificar los partidos, se llevó uno de los disgustos más grandes de la temporada. Decía que éste iba a ser el partido del año. Pues ya lo tiene. Su Sevilla, por mucho interés que le puso en el inicio, se vio ampliamente superado por el rival.
Es lo mejor que tiene este Valencia, tan arrollador en los días grandes. La afición va tranquila al campo en esta clase de acontecimientos porque sabe que los suyos no le fallan. Y menos ayer, con lo que había en juego. Le tenía muchas ganas la gente a Emery. No le dio mucha tregua al que fuera entrenador valencianista durante cuatro temporadas. Hubo cosas que le cantaron fuera de lugar y otras que levantaron una amplia sonrisa.
De las primeras, lo de '¡Unai, canalla, fuera de Mestalla!' es ciertamente de poco gusto. Él, al fin y al cabo, fue obsequiado por este club con la insignia de oro y brillantes. Lo de la temporada pasada y su manera de festejar el gol de M'Bia queda con un poso imposible de quitar. Por eso, cuando le canturrearon en un par de ocasiones -se escuchó con una sonora nitidez- lo de '¡Unai, corre la banda...!' resultó hasta simpático. Ya el Valencia lo tenía prácticamente atado. De haberse llegado con incertidumbre en el marcador al final y de haber marcado el empate los sevillistas, habría que ver cómo lo hubiera celebrado el inquieto de Unai.
No fue, de cualquier forma, el único centro sobre el que se dirigieron los cánticos de los aficionados más vivos de la grada. Éver Banega fue el otro punto de interés. Era de esperar. El argentino se marchó al Sevilla el mismo día que este Valencia estaba a punto de saltar al césped para hacer su acto de presentación. A Banega le cuestionó la gente su profesionalidad, cantándole aquello de '¡Banega, eres un borracho!'
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Al centrocampista se le quedó en cambio la boca seca cuando vio cómo su excompañero Diego Alves echaba por tierra el empate a dos. Tampoco era de extrañar. Fue el tercer penalti que se pitó anoche. Y Alves, que en el primero que le marcó Bacca había utilizado sin conseguirlo todas las artimañas posibles para distraerlo (bebió antes, utilizó la toalla, se fue a un costado...), en esta ocasión lo despejó con el pie porque le adivinó que se lo iba a lanzar a su lado izquierdo.
Las cifras de Alves son espectaculares. El brasileño lleva parados en Liga 15 penaltis (otro fue al larguero y otro fuera) de un total de 35 que le han lanzado. Esta temporada ya se lo ha detenido a Bacca ayer, a Orellana y a Siqueira. Le falta uno para igualar a Zubizarreta.
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El Valencia, por cierto, es con los dos de ayer el equipo que más penaltis le han señalado en contra. Está empatado con el Espanyol con 347. Da la sensación de que resulta bastante fácil castigar en este sentido a los blanquinegros. Los cánticos contra Tebas (presidente de la LFP) y contra la 'corrupción en la Federación' se han convertido casi en habituales en el campo. A decir verdad, ayer se señalaron tres pero si uno repasa atentamente las acciones que se produjeron dentro del área sevillista, bien podrían haberse pitado hasta tres más.
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