

Secciones
Servicios
Destacamos
LOURDES MARTÍ
Domingo, 25 de enero 2015, 23:55
El partido que esperaba Mestalla desde aquel fatídico gol de M'Bia en el minuto 93 empezó a jugarse dos horas antes de lo previsto. El coliseo blanquinegro se vestía de gala en busca de revancha futbolística. Los tres puntos que sumaron anoche los hombres de Nuno no les llevará a la final de la Europa League, pero sirve para arrancarse a base de goles una dolorosa espina.
La Curva Nord había convocado a la afición a las siete para repetir uno de esos recibimientos de los que le hablaron a Enzo en su primer partido en casa: «Iba con Rodrigo en el autobús y cuando entramos en la calle que termina en Mestalla me dijo que me asomara». Ayer, semanas después, volvió a vivirlo. El valencianismo estaba entregado: «A por ellos, oé» o «Sí se puede» eran algunos de los cánticos de la afición que esperaba la llegada de los suyos, a los gritos le acompañaban al compás banderas al viento. La policía abría la comitiva y apareció el vehículo naranja de los blanquinegros. Los seguidores enloquecieron y encendieron bengalas en dos puntos diferentes al mismo tiempo. Un grupo tiñó de humo rojo el monumento a la Afición, otro hizo lo propio a pocos metros, en la avenida de Suecia. Pese a que tuvieron que bajar de la acera a la calzada para no quemarse, no hubo ningún incidente, gracias también al trabajo de la Policía Nacional que a caballo custodiaba la zona. Desde el club blanquinegro se informó que bajo ningún concepto recibiría multa alguna por este incidente ya que lo que ocurre en los aledaños del estadio es competencia de los agentes.
Mientras se apagaban las bengalas, los aficionados ovacionaban a los jugadores que entraban, con cara de concentración, al estadio. Además de cánticos a favor del Valencia también se escuchó alguno en contra del Sevilla. Eso sí, fuera del estadio. Dentro, aquello de «Sevillista el que no bote», haciendo temblar los cimientos de Mestalla.
El equipo de Emery entró por la zona recayente a la Avenida de Aragón para evitar incidentes. Sin embargo, los andaluces ya sabían que la temperatura en la ciudad era mucho más alta que la que indicaban los termómetros. En el calentamiento previo al encuentro ya lo comprobaron. Y se encargaron de subirla todavía más. Beto y los suyos se ejercitaban en la portería ubicada delante de la Curva. Un sevillista disparó a su guardameta pero el esférico cayó donde se encuentra la grada más animosa de Mestalla. Ellos respondieron con silbidos.
El encuentro arrancaba con un tifo representando a un murciélago, y Mestalla volvió a ser esa olla a presión de las grandes ocasiones. Un aficionado ubicado en el sector ocho tuvo una discusión con un miembro de la seguridad privada durante la primera mitad. En el descanso, cuatro policías se lo llevaron y le pidieron que se identificara. Mientras, los seguidores le defendían diciendo que no había lanzado nada ni había hecho ningún acto que incitara a la violencia. Tras el incidente, no volvió al estadio. El club había pedido a la afición que estuviera al lado del equipo. La grada, que incluso hizo la ola mexicana, no falló. Los hombres que portaban el escudo del Valencia en su camiseta tampoco.
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Los ríos Adaja y Cega, en nivel rojo a su paso por Valladolid
El Norte de Castilla
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.