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Juan Carlos Valldecabres
Lunes, 9 de febrero 2015, 22:28
Fernando Gómez Colomer promedió 8 goles por temporada y gracias a esos 15 años que estuvo en el primer equipo del Valencia se convirtió en el cuarto goleador de la historia del club, siendo además el primer centrocampista en lo que a ver puerta rival se refiere. Precisamente quince años después de que Fernando colgara las botas, otro centrocampista lleva camino de emular al que fuera capitán valencianista. De capitán a capitán. Parejo, cuando todavía restan 16 partidos de Liga, suma ya 8 dianas y se encuentra a seis de la cifra máxima de goles que anotó Fernando en una sola temporada (1988-89): 14.
Fernando fue valencianista prácticamente toda su vida mientras que, por su parte, el futuro de Parejo está en el aire, ya que su renovación de contrato -acaba en junio de 2016- va a poner a prueba las dotes negociadoras de Rufete primero y de Salvo después, y la previsión económica de Hoon. Futbolísticamente se ha convertido el capitán en un arma inesperada para este Valencia de Nuno, que ya ha igualado las 13 victorias que cosecharon Djukic y Pizzi en toda la temporada pasada.
Emery, por ejemplo, siempre exigía incluso públicamente más aportaciones de la gente de segunda línea. Nuno, sin pedirla, la tiene. Este aspecto anotador del '10' valencianista es fiel reflejo de lo que el equipo está experimentando este año. Dicen que los goles son fruto del trabajo colectivo, pero que le pregunten a un delantero cómo se siente cuando no es él quien los materializa. Ellos viven de eso, por mucho que el conjunto esté cumpliendo el objetivo de colarse en zona Champions.
El Valencia funciona en la tabla -a golpes pero funciona- pero algo no acaba de funcionar. Cuando se echa un vistazo a cómo se distribuyen los goles en este equipo, hay suficientes motivos para alegrarse por un sitio y preocuparse por otro. La manta tapa por un lado pero deja al descubierto unas carencias por el otro. Felicitarse por lo bien que lo están haciendo los Parejo, Piatti y Feghouli, por ejemplo; e inquietarse por la racha anotadora tan exigua de los Alcácer, Negredo y Rodrigo, con especial incidencia en estos dos últimos futbolistas si tenemos en cuenta su caché en el mercado.
Si a principio de temporada el Valencia sólo acaparaba elogios por su facilidad anotadora, ya metidos de lleno en la segunda vuelta uno se sorprende cuando comprueba el poder tan letal de sus centrocampistas, en claro contraste con la inocencia de los de arriba. En el primer aspecto no hay nadie que los supere. Ni Real Madrid, ni Barcelona, ni Atlético, ni por supuesto el resto de equipos que marchan por detrás en la clasificación. Sumando los goles que acumulan los jugadores que se desenvuelven en banda o en el centro del campo, el Valencia está en la cúspide. La envidia del resto.
Por supuesto, destaca sobremanera esas ocho muescas de Parejo, a quien el árbitro le concedió el 0-2 de este último partido en Cornellà pese a que el balón dio primero en el poste y luego en la cabeza de Pau, el meta espanyolista. El capitán, a quien se le podrá discutir si participa con más o menos acierto a la hora de la construcción de juego de su equipo, es el máximo goleador nacional, promedia un 84'2 % de pases buenos, con una precisión del 85'2% , además de ganar el 77% de las entradas que realiza. En esos márgenes tan interesantes se mueve el madrileño, el único que parece tener claro cómo escapar de las exigencias de Nuno cuando el portugués acumula gente en el centro del campo.
Piatti es otro de los que más está aportando en esa labor. El argentino marcaba este domingo al Espanyol su cuarta diana de este ejercicio, casi un año después de que lo hiciera por última vez fuera de Mestalla (1 de febrero de 2014, en el 2-3 ante el Barcelona en el Camp Nou). Le siguen en el apartado anotador Feghouli (3), André Gomes (2) y el que anotó Javi Fuego, sin olvidar el tanto del 'ex' Carles Gil a la Real Sociedad. Gil, dicho sea de paso, ha sido incluido esta semana en el equipo ideal de la Premier.
Enzo Pérez lleva siete partidos como valencianista y cero goles. No parece por ahora que sea un futbolista que tenga entre sus virtudes principales la de pisar el área rival. Esa buena 'salud' de los jugadores de la segunda línea valencianista -han anotado la mitad de los goles del equipo- contrasta con el rendimiento de los delanteros. Alcácer empezó el curso como un tiro (cuatro dianas en las cinco primeras jornadas) pero se le empezó a desviar el punto de mira porque no volvió a marcar en Liga hasta la visita al campo del Eibar, en el partido que ponía punto final al 2014.
El domingo lo volvió a poner como titular Nuno. Fue una sorpresa la suplencia de Negredo, a quien nadie le discute su calidad pero al que ya se le empieza a cuestionar su rendimiento goleador. Se trata de un futbolista que va a costar el verano que viene, cuando se tenga que abonar el precio del traspaso, 30 millones de euros y que, por el momento, únicamente lleva dos dianas (hizo otro en Copa pero de penalti). En la misma situación se encuentra Rodrigo. Otro que llegó etiquetado por su precio: 30 millones también y 3 goles. El caso de Rodrigo tiene algunos matices, porque Nuno lo ha utilizado prácticamente en las cuatro posiciones de ataque: las dos bandas, de mediapunta y como delantero. De Paul aún no se ha estrenado.
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