'¡Caloret... te quiero!'

valencia. Los chavales -y no tan chavales- de la Curva Nord podrán gustar más o menos en cuanto a su comportamiento, pero lo que nadie les puede negar a veces es su ingenio a la hora de sacarle punta a casi todo. Y aquí, como no podía ser de otra manera, no se escapa un tema de tanta actualidad como el que ha protagonizado la alcaldesa de la ciudad. Rita Barberá también pasó ayer por el punzante guión de la grada de animación. Tuvo hasta cierta gracia porque adaptaron el conocido '¡Carnaval, Carnaval... Carnaval, te quiero...!' al nuevo '¡caloret, caloret... caloret, te quiero...!'. A este paso sólo faltaría que la primera plantilla lo adoptase como grito de guerra para motivarse antes de los partidos.

El cántico llegó en plena efervescencia valencianista, cuando ya el partido estaba tocando a su fin y antes de que se arrancaran como siempre con el himno regional.

La mañana fue propicia para el 'caloret' de Mestalla. Veinte grados al principio y tres más hora y media después. Ahí es nada. Quienes más acusaron esta circunstancia fueron los jugadores de uno y otro equipo. En cualquier interrupción que se producía sobre el terreno de juego para que las asistencias curaran al 'herido', los futbolistas se dejaban caer por los banquillos y los botellines de agua volaban desde la banda. Antes, los árbitros auxiliares (los jueces de línea de toda la vida) ponían el grito en el cielo y se esforzaban en evitar la lógica. Ahora, afortunadamente, son más comprensivos con este tipo de situaciones tan naturales dentro de los deportistas. Quizás la preocupación que se ha puesto de moda (es algo así como un virus) es la de taparse la boca cuando se hablan para evitar que las cámaras capten lo que dicen y luego se pueda transcribir.

Copiar al baloncesto

Justo lo contrario que el baloncesto (en la NBA llevan micrófono hasta los árbitros), que hasta las instrucciones de los entrenadores hacia sus jugadores en los tiempos muertos son parte del espectáculo. No le iría mal al fútbol copiar la fórmula, aunque a más de uno (jugador, entrenador o árbitro) le pudiera perjudicar la situación.

De cualquier manera, si en la grada se estaba de categoría al solecito (muchos acabaron en manga corta), abajo y con el esfuerzo había que cuidar para no caer deshidratado.

Por supuesto una jornada más en el minuto doce se volvió a cantar lo de '¡Tebas vete ya!', no sólo por los componentes de la Curva Nord sino por buena parte de los 47.007 espectadores que se dieron cita. Es verdad que fueron menos que los del día del Getafe (también a esa misma hora y con 48.245 aficionados en las gradas) pero no está nada mal tratándose de un horario al que en Valencia no se está acostumbrado por tradición.

La verdad es que a partir de ahora ya se puede decir que sienta bastante bien. Primero porque dos partidos: dos victorias. Segundo porque las entradas de público son bastante interesantes. Y tercero por los niños que se ven. Aunque nada se puede hacer porque al fin y al cabo en esto quienes mandan son los operadores de televisión, si un padre quiere implicar a su hijo pequeño en el fútbol, el mejor horario es el de mediodía. Sólo hay que ver los casi setenta niños que posaron ayer para hacerse la foto de recuerdo con sus ídolos. La imagen superior es el mejor ejemplo del 'otro' tirón que tienen los partidos de domingo por la mañana.

Y para no perder el hilo de la Curva Nord, ahora se ha sabido que después de todo el lío que se ha montado con el club por el tira y afloja de posturas respecto al manto de la Virgen que querían hacer, este colectivo ya prepara otro tifo para el encuentro contra el Deportivo. El motivo es por ahora una incógnita pero lo que sí es cierto es que no provocará la firme reacción de la entidad porque no entrará en cuestiones especiales.

En esto, ya se sabe que todas las partes quieren colaborar pero siempre hay motivos para el roce. Por eso la semana pasada hubo cruce de pareceres, exponiendo por un lado el Valencia y por otro la Curva Nord con sendos comunicados oficiales, los motivos que provocaron el desencuentro. Aunque con altibajos, el club y este colectivo nunca han mantenido una relación fluida y consolidada del todo. Cada reunión que mantienen acaba casi siempre igual. Cuesta firmar la paz definitiva.