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Vicente Rodríguez y M.A. Ferrer 'Mista', exjugadores del Valencia CF.

La sociedad con la llave de los títulos

Vicente y Mista, decisivos en el Valencia del doblete, elogian el nuevo proyecto y apuestan a que pronto llegarán los éxitos

Toni Calero

Jueves, 9 de abril 2015, 10:54

El leve toque de Mista con la zurda desató la tormenta. Un Barthez a años luz de sus mejores días, la picardía de un delantero en estado de gracia y los saltones ojos de Collina encendidos. Con las protestas del Olympique por la roja al portero se fueron dos minutos convertidos en un instante para Vicente, el dueño del penalti. "No sentí nervios en ningún momento", recuerda. Fue cosa sencilla: Gavanon se venció muy pronto a su izquierda dejando el camino del gol despejado. Y el del Valencia para ganar la UEFA. Con el campo abierto y la impotencia del Olympique de Marsella visible en cada aspecto del juego, Mista aprovechó la desbocada carrera de Vicente, el centro al segundo palo, para sentenciar. Fue la del 19 de mayo de 2004 su gran noche. "Me podría haber muerto tranquilo. Se cumplió todo lo que soñaba desde pequeño", admite Mista, nombrado mejor jugador de la final. En Goteborg, el fútbol pagaba una pequeña parte de la deuda contraída con el Valencia, vacío después de volver de dos finales de Champions sin la copa.

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Casi once años después, sobre el bullicio y el ritmo de la tarde en el Mercado de Colón, recordar aquellos partidos les mete de nuevo en el vestuario. La memoria -selectiva-, les empuja a las consignas de Rafa Benítez, los gestos de los líderes, su camaradería sobre el césped. Había "chispa" en la sociedad formada por Vicente y Mista. La de un jugador de 23 años convertido en uno de los más decisivos de Europa y otro, de 26, que engulló su papel de finalizador en aquel entramado táctico, casi perfecto, que supuso el Valencia del doblete.

Sus reflexiones proceden de exjugadores, queda claro. La libertad de hablar con total franqueza, muy alejados ya de la presión mediática que les acompañaba cada día de sus años en la élite. Un saludo afectuoso, el de dos "amigos", y varias coincidencias. Los dos decidieron retirarse a muchos kilómetros de casa. Vicente, en el Brighton inglés, donde vivió "una gran experiencia personal", cerca de Londres y donde mejoró el idioma. Mista cruzó el charco para marcharse a Toronto. Allí se agotó su fútbol. "Un día me levante y me dije, hoy no iría a entrenar. Ahí supe que era el momento de dejarlo", afirma. Vicente, después de vivir con las lesiones la parte más cruda del deporte, colgó las botas "agotado".

El banquillo ha supuesto el paso natural para ambos. Continuar cerca de su hábitat como lógica transición hacia la madurez definitiva. Mista está en el Huracán, donde ejerce de segundo técnico en un equipo ahora lanzado y firme candidato a subir a Segunda después de varios intentos frustrados. Vicente se lo toma con calma. "No es que quiera entrenar ya, pero está relacionado con el fútbol, sigo aprendiendo y en el futuro ya se verá si entreno o no", explica mientras Mista asiente y termina: "El carné de entrenador para nosotros es como el de conducir para el resto. Puedes utilizarlo o no, pero lo tienes que tener".

En el transcurrir de la conversación, Benítez siempre está presente. Sigue siendo una magnética figura elevada por lo conseguido en Valencia, mitificada en Liverpool y anhelada en las dos ciudades por la sequía que llegó tras su adiós. "Me ha marcado porque todos los momentos positivos de mi vida los he pasado con él. Ascendimos en Tenerife, llegamos al Valencia y conseguimos lo que conseguimos. Sigo teniendo buena relación con él", dice Mista. Y continúa: "Posiblemente haya sido el entrenador con el que más hayamos ensayado la táctica. A lo que más, a que en los partidos nada pasada por azar. Defensa de tres porque te expulsan a un lateral o a un central, cuando un jugador de ataque tenía que ayudar... Él lo quería controlar todo". Para ambos, lo idóneo es rescatar los aspectos más relevantes de cada técnico en busca de su propio estilo. "Incluso aunque hayas tenido alguno muy malo, de todos los entrenadores se aprende. De Quique, de Benítez, de Ranieri...", enumera el valenciano.

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La voz de los líderes

Dentro de un vestuario repleto de veteranos y jugadores con galones, Vicente y Mista encontraron el hueco generado desde el propio compromiso de los líderes. "Todos nos llevábamos bien", coinciden. "Había cinco o seis jugadores que marcaban un poco. Rubén -Baraja- y Albelda, Cañete... Carboni era más que un padre para nosotros, nos trataba bien, nos cuidaba... Había mucho respeto". A los elegidos por Mista, Vicente añade a Ayala y ensalza una identidad que a su juicio se ha ido diluyendo con el paso de los años en el mundo del fútbol.

Con el Atlético de Simeone, ese Valencia ha sido el dolor de muelas más importante para Madrid y Barcelona en las últimas quince temporadas. "No todo en el fútbol es dinero". "Pasan los años sin ganar nada y te das cuenta de lo difícil de lo que conseguimos. Estar ahí arriba, haber ganado a Madrid y Barça y coronarlo con la UEFA. No es fácil", apunta Vicente. Los elogios al nuevo proyecto se suceden, aunque Mista no es de los partidarios de estar comparando continuamente esta época con la del doblete: "Las comparaciones son odiosas. Lo mejor que puede hacer es seguir como hasta ahora. Nadie ha hablado del Valencia, ha ido de tapado, se ha metido arriba y que se vea hasta donde llega el rendimiento del equipo".

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No entienden la diferencia de puntos con el Barcelona como definitiva porque aprendieron latín con la remontada que acabó dándoles la Liga. "Parece que el Barcelona está muy fuerte y que lo del partido a partido se inventó el año pasado, pero Benítez siempre nos decía: chavales, el domingo, el domingo. De nada sirve pensar en el título si pierdes esta semana con el Villarreal, se te puede complicar hasta el tercer puesto. Va a ser fundamental como responda el equipo en las próximas salidas importantes. Entonces se verá si está hecho para pelear o no por el título", explica Mista. Para Vicente, la mejor arma del Valencia es la mejor exigencia física que padece respecto a sus rivales: "De piernas, no tengo ninguna duda de que el Valencia es el que mejor se tiene que encontrar".

Más que en la Liga, ponen el foco en volver a la Champions. "Las semanas en Valencia sin partido martes o miércoles se hacen muy largas", afirma Mista. Y esta sociedad que permanece en el imaginario colectivo de Mestalla, considera que el nuevo proyecto reúne todos los condicionantes para tener éxito.

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"Estos últimos tres años han sido un poco de transición. No se sabía quién iba a mandar, el Valencia estaba sumido en una crisis. Y ha llegado una persona que ha dicho aquí estoy yo, vamos a hacer las cosas así, y eso al futbolista le llega. Con todo el proceso de venta, tan raro, nadie podría creer que habría tanta tranquilidad en tan poco tiempo", resume Mista. "Era difícil pensar que alguien viniera a poner dinero. Te da la opción de comprar buenos jugadores que marcan la diferencia. Luego hay que acertar, pero casi todos están dando rendimiento y otros, que parecían en segundo plano como Gayà, Alcácer o Barragán, lo están haciendo bien", añade Vicente.

Sorprendidos con Nuno

Ya con un análisis más cercano al del entrenador, el trabajo de Nuno emerge sorprendente para los dos. "Llevaba muy poco tiempo entrenando y con Pizzi el equipo contestó. Ahora, todo lo que se puede decir de él es positivo. No juega como el Barcelona, pero el equipo sabe a lo que juega, defiende bien, tiene las líneas juntas, sale bien al contraataque y en casa están muy fuertes", reflexiona Vicente. Mista se centra en la labor de Nuno y de paso, elogia la de Rufete, al que veía más como entrenador que en su función de director deportivo: "Aunque se hayan hecho fichajes caros, se ha arriesgado. ¿Quién conocía a André Gomes en España? Y está dando un rendimiento maravilloso. Otamendi llegaba un poco con la duda, Mustafi venía de jugar con la selección, pero no era un referente... Son fichajes caros pero la labor del entrenador lo está empastando todo. Hay que darle mucho valor a lo que está haciendo Nuno con la plantilla".

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Para Vicente, el jugador clave de este Valencia es Parejo y Mista se queda con Diego Alves. Aunque los os citan a Gayà como protagonista después de un ascenso meteórico. Vicente habla desde la experiencia sobre la renovación del lateral. "Me pude ir un par de veces. Al Madrid y fuera. Pero renové. Estar en tu ciudad, en tu tierra, en el Valencia... No se puede pedir más", reconoce al tiempo que Mista defiende la libertad de Gayà para decidir: "Aunque la afición se quede fastidiada por su marcha, hay que respetar su decisión". Son apuestas de futuro. Como la de Alcácer. "¿Si es un delantero de 25 goles por temporada? De sobra, no necesita tres toques para marcar", asegura Mista.

El repaso empieza y acaba en Mestalla. El campo en el que Vicente disfrutó "por sentir al público tan cerca" y del que ahora entiende el equipo se debe mudar para "seguir creciendo". Los dos apuestan por la victoria ante el Villarreal. La primera final. Partido a partido. "El domingo, chavales, el domingo".

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