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San Mamés, un buen espejo
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San Mamés, un buen espejo

Salvo ha insistido a Cervera y Schneider en la necesidad de reducir costes para modificar un proyecto inicial obsoleto

ROBERT BASIC/ TONI CALERO

Domingo, 19 de abril 2015, 22:49

En 2013 se levantó el nuevo San Mamés e irremediablemente, la afición del Athletic mostraba su escepticismo por cómo quedaría la casa a estrenar de los rojiblancos. A ese lógico sentimiento de duda se unió la tristeza de renunciar a la vieja catedral y el misticismo que le acompañó a lo largo de cien años. La pesadumbre se despachó rápido al comprobar que el nuevo estadio mantenía la esencia futbolística y daba un salto necesario hacia la modernidad.

Los elogios hacia San Mamés son constantes y el Valencia, que anda metido de lleno en reiniciar las obras del nuevo Mestalla y reformar el proyecto original, quiso visitar las entrañas del estadio vasco para tomar ideas y de paso, estudiar de qué forma se pueden reducir costes en la obra «más importante del Valencia en los próximos 70 años», en palabras de Amadeo Salvo.

A Bilbao se desplazó, horas antes de que Athletic y Valencia midieran fuerzas sobre el terreno de juego, la comisión encargada del nuevo Mestalla. En San Mamés estuvieron Christian Schneider (responsable del estadio), Luis Cervera, director general del club; el jefe de seguridad, Julian Suescun, y Javier Sánchez, responsable de mantenimiento. Una semana después, Cervera y Schneider trasladaron al arquitecto, Mark Fenwick, el informe recabado en San Mamés en una reunión en la sede del club en Valencia.

El Athletic abrió las puertas al Valencia, que tras la demolición de la catedral tomó el testigo como el dueño del estadio más antiguo de Primera. El sábado, el conjunto vasco presentó el proyecto relativo a la explotación de los espacios VIP de San Mamés y desveló los principales puntos de una iniciativa con la que el club pretende ingresar ocho millones de euros anuales. Un aspecto en el que Amadeo Salvo ha incidido desde que empezó a estudiar los informes del nuevo Mestalla.

«Hay que modificar palcos, a los invitados hay que recibirlos cómo se merecen», explicaba Salvo sobre su idea para el estadio de Cortes Valencianas. De hecho, el Valencia metió mano en los palcos VIP del viejo Mestalla como uno de los platos fuertes de la modificación realizada en el actual campo de los blanquinegros. En lo expuesto por el Athletic, habrá 52 palcos y 2.352 butacas exclusivas que se distribuirán en el anillo central del estadio, y si no se produce ningún contratiempo estarán operativos a partir de la próxima temporada. La iniciativa ya tiene un precio, que en el caso de los reservados oscilará entre 32.000 y 75.600 euros por campaña -los hay de ocho, diez y doce localidades- y en el de los asientos se moverá entre los 2.080 y los 4.000 euros.

Según los responsables de la entidad rojiblanca y las personas vinculadas a la ejecución y el desarrollo de la idea 'San Mamés VIP Área', este ambicioso cinturón de lujo será un «reflejo de la ciudad, la cultura y la gastronomía de Bilbao y de Bizkaia». Muy similar a lo que pretende Meriton para la zona del nuevo Mestalla, que apuesta por revitalizar alrededor del estadio.

Como el Valencia se fijó en San Mamés, el director general del Athletic, Jon Berasategui, desveló los estadios que la entidad ha recorrido para ir recopilando ideas de cara a la 'San Mamés VIP Área'. Mencionó el Estadio da Luz (Benfica), Estadio do Dragao (Oporto), Emirates Stadium (Arsenal), Stamford Bridge (Chelsea), Old Trafford (Manchester United), Etihad Stadium (Manchester City), Allianz Arena (Bayern de Múnich), Commerzbank-Arena (Eintracht Fráncfort) y Juventus Stadium (Juventus). Varios de ellos también han pasado por los estudios de la comisión que lidera el nuevo Mestalla. De hecho, Amadeo Salvo y Peter Lim pasaron por Old Trafford y además del estadio, visitaron el 'Hotel Football', que se sitúa junto al estadio del United.

Cualquier detalle es válido para transformar un proyecto que Amadeo Salvo ha tildado de obsoleto en diversas ocasiones. «El nuevo estadio se proyectó hace diez o doce años y hay que darle un cambio absoluto. Hay que ver cómo vamos a explotar el campo comercialmente, cómo lo vamos a revestir por fuera, si lo cubriremos todo o sólo el 75%, etcétera», admitió el presidente ejecutivo a finales de enero.

Con la comisión que encabezan Cervera y Schneider trabajando a destajo de cara al reinicio de las obras, previstas para finales de 2016, es evidente que la visita a San Mamés ha dejado satisfechos a los responsables valencianistas. Algo obvio teniendo en cuenta que el campo del Athletic cuenta con el rango de Categoría 4, el máximo otorgado por la UEFA. «En un año y medio habrá que meterle mano y retomar las obras y mientras, a disfrutar de Mestalla», dijo Salvo en l'Alcúdia en una charla en la que aprovechó para criticar el estado en el que se encontraba el viejo estadio y la metamorfosis sufrida por los cambios introducidos en el último año.

Pese a que San Mamés es un buen espejo para el nuevo Mestalla, hay jugosas diferencias en la matriz de ambos estadios. La capacidad del campo del Athletic (53.000 espectadores) es menor a la del coliseo de Cortes Valencianas, que pasó de 75.000 asientos a 61.500 después de sufrir una de las muchas modificaciones del proyecto original. El pasado 10 de marzo el ayuntamiento y el club firmaron la permuta de los terrenos, por lo que el Valencia se convertía en propietario de las parcelas del nuevo estadio. El siguiente objetivo es finalizar el campo para antes del centenario de la entidad, que se celebra en 2019.

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