El dilema del gol

Cada vez que en rueda de prensa se le pregunta a Nuno por la posible ansiedad que sienten los delanteros del Valencia, el técnico tuerce el gesto y trata de no ser políticamente incorrecto en su respuesta. Lo más probable es que la incomodidad del entrenador -esquivo a la hora de conceder entrevistas- se deba a su decidido ánimo de proteger hasta el extremo a sus jugadores, pero no han sido pocas las ocasiones en las que el portugués ha hablado de que eso de los goles o mejor dicho de los 'no goles' se debe simplemente a cuestión de rachas, argumento que le sirve para pasar página sobre este asunto de la mejor forma posible. Estando el Valencia en la posición en la que está y jugándose lo que se juega, lo de evaluar eso de quién es el que finalmente mete los goles queda siempre en un escalón inferior en la escala de importancia.

Pero el sábado, en el Camp Nou, el Valencia sí acusó esta cuestión. De hecho, fue lo que al final de los noventa minutos le acabó pasando factura. Fue lo que marcó la diferencia al fin y al cabo entre el que se llevó los puntos y el que se tuvo que conformar con los elogios y las palmaditas en la espalda. Y curiosamente, si se recogen las estadísticas de las dos veces que el Valencia se las ha visto con el Barça esta temporada se observa un dato ciertamente preocupante: 23 intentos y 0 goles.

Sin contar a De Paul, porque su participación en minutos jugados es sensiblemente inferior al resto, lo que le pasa a los delanteros del Valencia es cuanto menos un motivo para el debate. Sobre todo porque fríamente, en la delantera blanquinegra hay invertidos en este ejercicio una suma nada despreciable con casi 65 millones de euros en total (los 30 de Negredo, los otros 30 de Rodrigo y aquellos 4,8 que Rufete negoció para traerse a De Paul).

El Valencia dejó hace ya mucho tiempo de lucir esa condición de equipo goleador. En el primer tercio de la temporada la facilidad anotadora que exhibió fue merecedora de elogios. Pero poco a poco esa fiebre se ha ido apagando (ahora lleva 56) hasta el punto de situarse, a falta de seis jornada para el final, ya muy lejos de Real Madrid (95) y Barça (89), ver desde cierta distancia al Atlético de Madrid (61) y dejarse adelantar por el Sevilla de Emery (58).

1.232 minutos lleva Rodrigo sin llevarse una alegría al cuerpo. Desde aquel tanto que anotó en Mestalla contra el Almería en el 28' han pasado trece jornadas sin ver puerta. Y eso que lo intenta. En San Mamés, de hecho, las tuvo de todos los colores pero no hubo forma. Aunque es verdad que apenas ha actuado como delantero centro ya que casi siempre ha tenido que desplazarse hasta la banda, es el futbolista con menos goles de los tres (De Paul sólo lleva uno, el de San Mamés, en Liga). Si Negredo demostró su estado psicológico al no celebrar el golazo al Levante, a Rodrigo es quizás a quien más ansioso se le ve sobre el terreno de juego. Es el futbolista de la plantilla del Valencia que más regates efectúa porque confía plenamente en su velocidad y en su calidad -que las tiene-. Ha intentado regatear un total de 86 veces, curiosamente las mismas que lo hizo también André Gomes, otro con una zancada poderosa. Lo sorprendente es que el centrocampista obtuvo mejor resultado del regate (38) que el propio Rodrigo (36).

El internacional español, si se tienen en cuenta las estadísticas que recoge la LFP, ha ensayado el disparo a puerta en 40 ocasiones, lo que arroja una media por gol de 13,3 intentos. Negredo le saca algo más de rentabilidad al asunto, pero tampoco es que sus números sean todo lo brillantes que cabría esperar: 42 lanzamientos y 4 goles, es decir una media de 10,5.

Es Alcácer el único que tiene la solución al enigma. Negredo es el primer en destacar las virtudes del joven de Torrent y desde luego con todo merecimiento. Además de ser el que más asistencias ha dado (5), ha necesitado 33 intentos para hacer esos 8 goles que luce, lo que significa que cada 4,1 veces que fija su punto de mira en la portería rival, el balón acaba llegando a su destino. El Granada, el lunes, es un rival ideal para mejorar las cifras.

A la hora de buscar una referencia válida, es el Sevilla el equipo que ofrece en cuanto al potencial ofensivo unos números similares desde el punto de vista colectivo. Eso sí, en lo individual no hay color. Bacca acumula 17 tantos de 52 intentos (a gol cada 3 lanzamientos de media), Gameiro necesita 2,4 para hacer gol (suma 7) y hasta Iago Aspas, que apenas cuenta para Emery, lleva dos goles de 10 disparos a portería.