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Alves, después de una de las muchas paradas que realizó en el encuentro frente al Real Madrid.
Fútbol | valencia cf

El vuelo de la madurez

«Este equipo ha dado la cara en los campos más difíciles; hemos creado un grupo muy bueno», asegura el brasileño, héroe en el Bernabéu

Toni Calero

Domingo, 10 de mayo 2015, 22:35

El dichoso sol. La gorra que no aparecía. Un partido trampa y un balón caprichoso, resbaladizo, se iba hacia dentro mientras Alves miraba de soslayo buscando una respuesta. El gol del Rayo era un puñal para un portero con una hoja de servicios impoluta. Su primer error de bulto en la temporada complicó el partido del Valencia en Vallecas a pesar de que en la segunda mitad, Alves volvió a ser Alves. El brasileño decidió encarar el asunto con firmeza. Tras el encuentro decidió dar la cara y ofrecer una respuesta pública por el error. Se culpaba. Y dejaba en la capital una cuenta pendiente saldada en apenas diez días.

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El sábado eran Chicharito, Bale o Cristiano los que perseguían una explicación. Frente a ellos levantó Alves un frontón casi insuperable. El Bernabéu resoplaba con el vuelo del portero al zurdado de Bale, la rápida caída para abrazar el envío del mexicano, la portentosa convicción a la hora de detener el penalti del portugués. Alves en plan Alves. En uno de esos días imposibles para los delanteros, cuyo oponente ha alcanzado el cénit de su carrera.

Poco después del partido, al brasileño le tocó hablar de nuevo con los medios. Está para lo bueno y lo malo. Nuno le había elogiado hasta la saciedad en sala de prensa. Los compañeros lo abrazaron con fuerza sobre el césped. La afición blanca le señalaba con rabia y admiración. La blanquinegra le había erigido como el héroe del Bernabéu. «En mi carrera ya he hecho partidos buenos, de recuerdos así. Es nuestra profesión. A veces juegas bien o mal, pero cuando lo haces contra un equipo así se pone más en evidencia. Estoy más contento a nivel de equipo que individual», respondía el brasileño sobre si era el mejor partido de su carrera en España.

De Alves había destacado Nuno que es «algo más» que el portero del Valencia. En Mestalla ha pasado por todo tipo de situaciones y en este curso ha llegado a un punto de no retorno. Ya nadie en la ciudad duda de que el brasileño es uno de los mejores del mundo y el más decisivo entre los arqueros de la Liga. Alves opta por relativizar la situación. Ni se hundió, asegura, tras la pifia en Vallecas, ni pasea por las nubes por las paradas del Bernabéu.

«Es la vida del portero. Hay mucha presión y los que saben jugar con ella y tienen la certeza de lo que vale, son conscientes de lo que pueden hacer dentro del campo. He tenido muchos entrenadores de porteros que me han enseñado que para los porteros es más importante la mente que otras cosas. Fallos y aciertos van de lado a lado y no va a ser ni el primero ni el último fallo mío, pero los grandes son los que consiguen remontar el tipo. Intento trabajar eso y estar bien», analiza el brasileño, al que se le escapa una sonrisa repasando su actuación que prácticamente desaparece cuándo recuerdo lo cerca que el Valencia tuvo la victoria frente al Real Madrid. De hecho, Alves prefiere hablar en primera persona del plural para destacar el punto extraído del estadio del Real Madrid.

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«Plantar cara» a los blancos, repite orgulloso el brasileño, uno de los veteranos del vestuario más joven de la Liga. «Venir con un equipo tan joven y plantar cara al Real Madrid es una buena señal. Este equipo ha dado la cara en los campo más difíciles de España y eso es para tener en cuenta con jugadores tan jóvenes. Así que hay que felicitar al míster, a los jugadores, a todos», asegura el cancerbero.

Una rutina milagrosa

Después de superar a Zubizarreta para convertirse en el portero que más penaltis ha detenido en la historia de la Liga, las cuestiones a Diego Alves sobre su habilidad en los once metros se suceden. Y el brasileño ofrece palabras calcadas a las de tantas otras veces. Para él es «una característica» de su juego, para el Valencia una rutina milagrosa. «Está claro que son muchos penaltis parados, pero lo he dicho un montón de veces, es sólo una característica mía. Cambiaría el penalti por una victoria», explicaba sobre la pena máxima que detuvo a Cristiano.

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Sin demasiado aderezo habla sobre los penaltis. Con el futuro tampoco pierde mucho tiempo. «Estamos centrados en el objetivo», reitera: «Nosotros peleamos por entrar en la Champions, así que la temporada que viene ya nos prepararemos para jugar en esa competición. No me gusta ilusionar a la gente de cara al futuro, tenemos aún dos jornadas muy difíciles por delante». El mensaje piramidal ha calado en la plantilla. Y también los adjetivos de Nuno para referirse a la unión del equipo desde el verano. «El respeto entre los jugadores es muy grande y eso hace que crezca el equipo. Sabemos que sólo pueden jugar once y es una lástima para el míster porque cualquiera puede jugar», asevera el brasileño.

Ha sido el propio Alves el encargado de ir colocando las cosas en su sitio. El gran lunar de su carrera fue quedarse fuera -incomprensiblemente- del Mundial de Brasil. Dunga reaccionó y le ha incluido en la lista de la 'canarinha' para la Copa América. Pero el presente del portero pasa por otras prioridades: «Estoy contento, claro, jugar en la selección es un sueño y para mí no es diferente. Me alegro bastante, pero la selección llega por el trabajo con el club. Sigo trabajando de la misma manera y ya tendremos tiempo de pensar en la selección. Me centro en el objetivo del Valencia, que es lo más importante».

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¿El futuro? Después de alcanzar la estabilidad en Mestalla, Alves no alberga dudas. «¿Si viene otro equipo? No vendrá», dice entre risas: «Estoy muy a gusto aquí y tengo un contrato de cinco años. El grupo ha aceptado lo que quiere el míster y me alegro mucho por los jugadores».

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