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Juan Carlos Valldecabres
Lunes, 25 de mayo 2015, 21:59
El verano pasado le pasó a un central y éste a otro. Mathieu forzó para marcharse al Barcelona y ahora, en el Valencia, se repite la historia con la diferencia que apenas han transcurrido unas horas desde el último partido de Liga y ya ha saltado todo por los aires. Nicolás Otamendi, el hombre más sobresaliente de esta temporada, quiere dejar sí o sí el Valencia. Ya no hay vuelta atrás. Su deseo es cambiar la Liga española seguramente por la Premier porque, como aseguraba hace unos días la prensa argentina, puede tener ya firmado un precontrato con el Manchester United. De nada han servido las muestras de cariño que recibió el jugador este fin de semana: ni los cánticos de la afición ni los de sus compañeros.
El futuro del internacional argentino se ha endurecido hasta límites insospechados porque por una parte el club se esfuerza en aparentar cierta fortaleza por el peso de su cláusula de rescisión (50 millones) mientras que, por otra, su representante ha iniciado a cara descubierta una campaña pública para airear cuáles son sus verdaderos deseos. La 'guerra' se ha destapado después de que Salvo dijera tras la cita de Almería que el club no ha recibido ninguna oferta por él y que todo son poco menos que habladurías. Cuando el representante del jugador lo leyó montó en cólera y el contraataque no se ha hecho esperar, hasta el punto de acusar de falsear la verdad.
Justo a la misma hora que Salvo volaba hacia Estados Unidos, Eugenio López -el agente- abría fuego a discreción en la Ser. «Hay muchas conversaciones por varios clubes que quieren a Otamendi. No hay nada firmado, nunca haría una cosa así. Puede ser el Manchester United, otro de Inglaterra, pudiendo ser del mismo España. Nicolás le dijo hace dos meses a la cara a Salvo que quiere salir en verano y va a hacer todo lo posible para salir»».
Más claro agua. Otamendi ha decidido jugar fuerte sus bazas y habrá que ver si el Valencia es capaz de sacar adelante este 'marrón', por la valía del futbolista. De momento, la contestación llegó en boca de Amadeo Salvo. «Si quiere salir tendrá que venir un club, no un agente, y pagar lo que el club decida que vale, que son 50 millones mínimo. Si Otamendi quiere salir tendrá que decirlo él públicamente. El Valencia no atiende a presiones de ningún agente ni de comentarios».
La primera opción que surge cuando pasan este tipo de situaciones siempre es la de aumentar la ficha del protagonista para apaciguar los ánimos. Tiene contrato hasta junio de 2019 pero parece ser que el Valencia llega tarde en eso. En las palabras del presentante no hay dudas. «No hay ninguna propuesta de mejora y tampoco va a esperarla».
Tiroteo a Rufete
El tiroteo fue en aumento. «Me sorprendió mucho que Rufete dijera que Nico no había dicho que quería irse. Falta a la verdad. Es increíble que Rufete dijera que Nicolás dijo que no quería salir, o miente o no hay comunicación. No había ninguna necesidad de mentir por parte del club sobre lo que Nico dijo». Al mánager general deportivo le dedicó esa ráfaga, que tuvo además cierta continuidad al mezclar en el asunto a Jorge Mendes -sin cargo en la entidad blanquinegra- como el lío que se montó en el invierno de la temporada pasada con los extranjeros y que acabó cambiando la llegada de Otamendi por la de Vinicius (que fracasó). «Sinceramente, el que me propone que Nico vaya al Valencia es Mendes. Nunca hablé con Rufete. Mendes ya conoce que Nico quiere irse. Otamendi no pudo jugar cedido en el Valencia el enero pasado porque el club no tenía cupo de extracomunitarios».
Por supuesto en el Valencia se hicieron rápidamente eco de las declaraciones y ese fue poco menos el agrio recibimiento que tuvieron Layhoon y Salvo en Nueva York. La noticia también circuló deprisa entre los futbolistas, conscientes de la situación en la que queda actualmente su todavía compañero.
Garay, otro de Jorge Mendes
En los días que quedan por delante habrá que ver si la postura del Valencia de remitir a la cláusula es firme al cien por cien y hasta qué punto se cede posteriormente. «Nicolás está a gusto con el Valencia y con la afición pero va a tener una opción profesional de mejorar. Hubo una posibilidad de salir en enero pero la desechamos de común acuerdo con el club. Es muy importante la voluntad del jugador si no llega una oferta por el valor de la cláusula».
Llegados a este punto, al Valencia no le queda otra que, al margen de negociar, ir buscando no sólo un portero de garantías para suplir a Diego Alves sino un central del mismo perfil. Y ahí, como ya sucediera el año pasado, vuelve a surgir el nombre de Ezequiel Garay, hombre de Jorge Mendes se llevó del Benfica al Zenit. La mujer del central argentino, por cierto, está embarazada y ya ha expresado su intención de volver a vivir en España.
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