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Juan Carlos Valldecabres
Martes, 16 de junio 2015, 21:31
Layhoon Chan ya está aquí y ha venido para tomar las decisiones que le corresponden por el cargo que ostenta. Así lo ha querido Peter Lim, que desde la comodidad que dan los once mil y pico kilómetros que hay entre Valencia y Singapur observa cómo a los seis meses de su desembarco en el club experimenta su primera gran crisis. Y no por culpa de los resultados, porque eso entra dentro de lo previsible en fútbol, sino por la lucha de poder que con más o menos lógica mantienen en estos momentos sus principales directivos. De ahí que no le haya quedado más remedio a Layhoon que presentarse en la sede del club acompañada por su colaborador y consejero Kim Koh. La sede del Valencia es hoy en día poco menos que una zona minada que tiene en la Ciudad Deportiva el punto de mayor conflicto.
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Allí, en uno de esos despachos de Paterna trabaja el mánager general deportivo del Valencia, Rufete, sobre quien recae -o recaía- teóricamente la responsabilidad de confeccionar la próxima plantilla. Es esa condición la que ha saltado por los aires a raíz del reciente fichaje de Rodrigo Caio, un futbolista que aterriza de la mano de Nuno, empujado por el 'todopoderoso' Jorge Mendes y con el visto bueno supremo de Peter Lim. Eso es lo que ha agotado la paciencia y ha encendido las alarmas de los miembros de la secretaría técnica, que junto con Amadeo Salvo mantienen (unos querían a Imbula y otros fichan a Caio) serias diferencias con el proceder que ha permitido el dueño de la entidad. Hay síntomas de guerra aunque nadie por ahora se atreve a dar un paso en falso que lo deje sin protección.
De ahí que cualquier movimiento que se produzca provoque casi de inmediato todo tipo de especulaciones. La sola presencia de Layhoon y de Kim Koh en las oficinas ya es de por sí llamativo en esta situación. Y más si se da la curiosa coincidencia de que en la sede también se encuentran en ese preciso momento no sólo Rufete sino también su equipo de colaboradores: Ayala y Salvans. Sólo hay que encajar las piezas para, sin perder de vista el escenario actual, pensar que la presidenta se citó en su despacho de la última planta con los hombres que ahora están a la greña con Nuno.
Eso es lo que en apariencia se podría pensar, pero parece que no es así, al menos por lo que dicen las versiones consultadas. Desde luego, por cómo se desarrolló la secuencia sí se podría decir que hubo reunión. Ayala y Salvans abandonaban juntos las oficinas a eso de la una y media de la tarde y casi una hora después lo hacía Rufete. Casi de inmediato -apenas un minuto más tarde- de que saliera el mánager deportivo, quien salía por la puerta era Layhoon y Kim Koh. Es inevitable pensar en la coincidencia. Pero, por lo que parece, entre Layhoon y Rufete tan sólo existió el saludo lógico entre jefa y empleado. No más palabras entre ambos. Quizás la significativa ausencia de Amadeo Salvo fue lo que impidió la reunión. El presidente ejecutivo se encuentra fuera de Valencia, precisamente los días que mayor tensión ha habido en torno a su cargo y al de su principal hombre de confianza (Rufete).
La llegada de Salvo a Valencia es inminente y una vez esté aquí debe quedar despejado la posición que deben mantener unos y de otros en cuanto a la política de refuerzos. Al igual que Rufete, Salvo compartía la opinión de que pagar 15 millones de euros por Cancelo era hacer frente a un precio excesivo. La guinda llegó después con lo de Rodrigo Caio, cuando realmente lo que quería Rufete y respaldaba el presidente ejecutivo era lanzarse a por Imbula.
¿Qué hacía pues Rufete y su equipo en las oficinas? Allí se habían citado con Curro Torres, entrenador del filial, que de manera involuntaria se vio envuelto en todo este escenario belicoso. El motivo de la llamada al técnico del Mestalla era de planificación deportiva. A Curro, dicho sea de paso, se le tiene que poner al día de cómo va a quedar la plantilla del filial y cuáles son los jugadores que pueden pasar de manera definitiva al primer equipo. Además, también está pendiente de resolverse su propio contrato. Curro Torres va a seguir siendo el responsable del Mestalla, algo que debe certificarse en los próximos días.
Quizás y para cerrarlo de manera definitiva lo de Curro Torres se espere la presencia de Amadeo Salvo. Con Nuno de vacaciones, con Layhoon en Singapur y con Salvo fuera de la ciudad, Rufete es el que ha tenido que digerir esta particular crisis de la mejor manera posible desde su silencioso refugio en Paterna. A diez días de que se dé el pistoletazo de inicio para la pretemporada. Layhoon tiene que taponar una hemorragia que por momentos ha amenazado con desangrar el actual Valencia.
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