El club, con el deseo de dialogar con todos

Al Valencia lo de Porchinos le ha traído bastantes más quebraderos de cabeza de los que podía imaginar hace más de diez años cuando se lanzó a esta aventura urbanística. Que se lo pregunten a Peter Lim, que tuvo en este asunto una de las contingencias que en su momento ralentizaron el acuerdo de compra de las acciones. El millonario de Singapur prefería tener claro qué tipo de efectos podían tener cualquiera de las soluciones judiciales finales que se adoptaran. Por eso tuvo que trabajar lo suyo Amadeo Salvo, para tener todos los frentes cubiertos. Es por eso por lo que en el Valencia se recibió ayer el anuncio con cierta calma, en parte debido a la labor realizada por el presidente ejecutivo que había llegado con anterioridad a un acuerdo con las partes implicadas de manera más directa, véase inmobiliarias y entidades bancarias.

¿Qué postura toma ahora el Valencia? De momento el club no se ha pronunciado de manera oficial al respecto pero fuentes de la entidad indicaron que de no haber sido por los trabajos realizados durante los últimos meses con el fin de amortiguar el golpe o cualquiera de las resoluciones, las consecuencias que se podían presentar en este momento hubieran sido realmente preocupantes.

Lógicamente la postura del Valencia es la de mantener la misma línea de colaboración que ha tenido en todo momento con los responsables municipales. Así estuvo con el PP cuando gobernaba el Ayuntamiento de Ribarroja y así la mantendrá ahora con la nueva corporación municipal formada a raíz de las recientes elecciones de mayo. El club quiere sentarse a hablar con todos los partidos para ver de qué forma se encuentra una postura de consenso que beneficie no sólo a los habitantes de la localidad sino que satisfaga también a todos los sectores políticos, incluido lógicamente al club. Lo que tiene bastante claro el Valencia es que hay que conseguir crear un proyecto beneficioso para el pueblo de Ribarroja.

Salvo ya estuvo reunido en su momento con los propietarios de las parcelas. Los terrenos, comprados a precio de suelo urbanizable, son a partir de este momento parcelas agrícolas, con un valor mucho menor. Podrían reclamar cantidades millonarias, de ahí la magnitud de la contingencia que en su día preocupó a Peter Lim, así como el de llegar también a un acuerdo con los bancos implicados.