Ribarroja dará la puntilla a la ciudad deportiva en Porchinos en una semana

El plan Porchinos ya tiene fecha de caducidad: el próximo 22 de julio, esta partida de Ribarroja volverá a ser suelo agrícola protegido, sobre el que no se podrá construir ni la futura ciudad deportiva del Valencia ni las cerca de 3.000 viviendas proyectadas en la era de Juan Soler. Para ese día a las 19 horas está previsto -a falta de que se les notifique a los concejales- que el pleno municipal decida si acata la sentencia del Supremo que anula el PAI.

Previsiblemente este será un último trámite burocrático. El PP, el grupo político que respaldó el plan cuando gobernaba Francisco Tarazona, se halla actualmente en la oposición. El nuevo alcalde de Ribarroja, Robert Raga (PSPV) gobierna en minoría. Todos los concejales de su ejecutivo, además de Podemos, rechazan el plan, por lo que no se contempla que el consistorio ponga trabas a aceptar el fallo.

Al contrario, uno de los aspectos que se han de valorar a lo largo de la legislatura es dotar de mayor protección a la zona de Porchinos para evitar que pueda acoger un nuevo plan urbanístico en el futuro. Antes de que Amadeo Salvo dejase la presidencia ejecutiva del Valencia, el club tenía la intención de negociar con el Ayuntamiento para buscar una solución.

Una vez Porchinos sea definitivamente suelo rústico, el club del que Peter Lim es máximo accionista se enfrenta a posibles demandas de los bancos propietarios de los terrenos. Esta era precisamente una de las contingencias que el magnate quiso resolver antes de cerrar el proceso de compra. Ahora se abre ña posibilidad de que los bancos demanden al Valencia y este, a su vez, al Ayuntamiento de Ribarroja.