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Juan Carlos Villena
Domingo, 26 de julio 2015, 22:05
Las cartas, boca arriba. El esperado regreso de Nicolás Otamendi marcará el tercer viaje del Valencia en la frenética pretemporada que está protagonizando. La expedición se subirá hoy a las cinco de la tarde a un vuelo privado rumbo a Dortmund y con destino final en Kamen, una pequeña localidad de 45.000 habitantes situada a diez kilómetros de la morada del Borussia. Unas horas antes se habrá producido el primer encuentro entre el central y Nuno Espírito Santo. No es cuestión baladí, puesto que aunque en la tarjeta de visita del portugués no figure la condición de manager general deportivo todo el mundo asume en el club, jugadores incluidos, que la persona que manda en el apartado futbolístico dentro de la entidad tras la marcha de Salvo y Rufete es el técnico. La conversación entre Espírito Santo y el argentino debe marcar la hoja de ruta de los próximos días, puesto que la patata caliente sigue estando encima de la mesa. Por encima de todo para el jugador, que es el que ha expresado de forma pública que se quiere marchar del Valencia.
Antes de comenzar el viaje a tierras alemanas los valencianistas se ejercitarán por última vez en Paterna a partir de las nueve. La sesión será a puerta cerrada pero también puede servir para tomar el pulso al estado de ánimo de la afición con Otamendi, puesto que se espera como todas las jornadas de trabajo en la Ciudad Deportiva a los seguidores que se acercan a tratar de conseguir una fotografía o autógrafo de sus ídolos. La situación no será cómoda para el jugador, puesto que cuando comenzó el órdago a la grande (al menos de forma pública) por parte de su agente el 16 de junio, el entorno del futbolista pensaba que todo iba a estar resuelto a finales de julio para evitar una vuelta espinosa del central. En realidad, el Valencia conoce la intención de Otamendi de no seguir en el club desde marzo, y en la estructura de la entidad no ha supuesto ningún terremoto. Con Jorge Mendes ayudando a encontrar un equipo que realice una oferta millonaria por el jugador, no hay que ser muy avispado para saber que si hay una persona que conoce al dedillo el minuto y marcador de ese partido responde al nombre de Peter Lim.
El Valencia ha sabido jugar con inteligencia sus cartas con Otamendi desde que comenzó el verano. Tanto Amadeo Salvo como Layhoon Chan, en la rueda de prensa de despedida del por entonces presidente ejecutivo, han repetido como si de un mantra se tratase la ya famosa frase de «son 50 millones». El director deportivo en funciones, Nuno, fue el último en referirse al central de forma pública. Hasta en dos ocasiones en la última semana, primero en Pekín y después en Alzira. Para el portugués, la presencia de Otamendi en el equipo es vital en su esquema y le tendió la mano en su comparecencia pública en China. Aquella tarde, en el Estadio Nacional de Beijing, estaba fabricando los puentes de la conversación entre ambos que está prevista hoy.
La llave del 'caso Otamendi', puesto que si un equipo deposita su cláusula de salida no hay debate, llegará en el supuesto de que encima de la mesa del Valencia aparezca una buena oferta económica por debajo de los famosos 50 millones. En ese escenario, la última palabra la tendrá Peter Lim. La entidad de Mestalla invirtió doce millones en el central para sacarlo del Oporto, con lo que será el máximo accionista el que deba ponderar el precio de una inversión rentabilizada. Eso, y el recambio que Jorge Mendes tenga preparado para el caso de una eventual salida. Ahí radica la clave, en esa decisión personal sobre el valor de un activo. El resto es papel mojado, para todas las partes.
Mientras se produce uno de esos escenarios, el trabajo de Nuno es intentar reconducir el pensamiento de Otamendi con el grupo. El argentino es uno de los pilares del vestuario, uno de sus piezas más queridas como demostró Alcácer en sus declaraciones tras la victoria ante el PSV. La plantilla desea que Nicolás siga formando parte de la manada, y ese cariño con el que partirá rumbo a Alemania también puede escribir un capítulo importante en una historia que aún no ha escrito sus renglones finales.
El departamento de comunicación del Valencia también está preparando los distintos escenarios. Hay precedentes dentro del club. En verano de 2003 Fabián Ayala se declaró en rebeldía con los cantos de sirena del Real Madrid. Al final, el calentón de los valencianistas y la pelea acabó con un doblete. El ejemplo del 'ratón' debe servirle a Otamendi, aunque si quiere escuchar sus consejos ya no lo podrá hacer de primera mano puesto que el argentino ya no forma parte del organigrama del club. Sea como sea, la intención del jugador con la que voló ayer desde Argentina sigue siendo la misma; encontrar acomodo en un equipo con aspiraciones a disputar el título de la Champions.
El gran problema para Otamendi con respecto a los tiempos del culebrón es que los dos equipos de Manchester, el United y el City, no se deciden a dar el paso para cerrar su defensa. Con Sergio Ramos como el mirlo blanco deseado por todos, el sevillano se volvió a mostrar frío con su jefe en China, el resto de movimientos están parados. Para muestra un botón, Van Gaal no se refirió a la cuestión del central en Estados Unidos. A día de hoy, el jaleo en los despachos de los 'red devils' se centran en De Gea y Pedro.
El espejo de Mathieu
El inicio del 'stage' alemán para Otamendi se asemeja a lo vivido la pasada temporada con Mathieu. El francés, incluso, invocó a la ayuda epistolar para pedir clemencia a través de un comunicado. Sin conseguir ablandar el corazón de su club, que al final logró que el Barcelona pasara por caja los 20 millones de la cláusula. En esta ocasión, siendo justos, la partida es parecida pero con un pequeño matiz; el precio de salida del argentino es más del doble.
La convocatoria final para el viaje a Kamen se conocerá tras el entrenamiento matinal, aunque Nuno ya comenzó a despejar en China la incógnita con jugadores como Fede Cartabia. La semana de trabajo en tierras germanas también será determinante para Yoel y Jaume Domènech. Los dos se juegan un sitio en el esquema de Nuno hasta la vuelta de Alves, puesto que Matt Ryan parte con el indiscutible cartel de portero titular si no existe ningún contratiempo. André Gomes también se subirá al avión para seguir su proceso de recuperación junto a sus compañeros. El sábado, ante el Oporto, el Valencia tendrá una buena piedra de toque.
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