Un nueve para el área... técnica

Lo primero que hizo Mista al pisar Asturias fue respirar. Había ido saltando entre Valencia, Murcia y Madrid en las últimas semanas. Un infierno. El calor, que golpea y abruma. «Me moría, literalmente, aquí se está en la gloria», admite. Sus pasos le llevaron hasta las instalaciones de El Requexón, en Oviedo, donde le aguardaba su primera experiencia como técnico jefe. Eso, y un puñado de jugadores sin equipo que se ponen en las laboriosas manos de la Asociación de Futbolistas Españoles (AFE) para esquivar la oficina del paro y buscar acomodo para el nuevo curso.

Hay de todo en unas sesiones entusiastas. Sobre todo, muchas ganas de ponerse el mono de trabajo. Mista encontró veteranos persiguiendo un último y cómodo tren, jóvenes apeados de la élite momentáneamente y otros que regresan a España después de diversas experiencias en el extranjero. Lo que más, resume el exdelantero del Valencia, «una ilusión enorme por entrenar y jugar. Eso a un entrenador le facilita mucho las cosas». Resulta más sencillo alentar a futbolistas pendientes de resolver su futuro más inmediato. Alejados de las grandes cifras. Fútbol del puro en un grupo heterogéneo que encuentra en la necesidad su punto de unión.

«El buen ambiente impera porque se ayudan unos a otros para encontrar equipos. Tienen mucha calidad y yo me planteo porque no tienen un equipo y aunque el fútbol es así de caprichoso, no tengo ninguna duda de que todos encontrarán un destino», argumenta Mista al otro lado del teléfono, mientras recorre las húmedas carreteras asturianas en dirección a las instalaciones en las que va a dirigir las sesiones AFE hasta el 8 de agosto.

Es un curso exprés. Acelerado. Atrás quedó su tiempo como técnico asistente de Toni Seligrat en el Huracán. En Torrent ha vivido Mista las dos caras de la moneda. Para el murciano, el hombre gol del Valencia del doblete, las prácticas en un equipo con aspiraciones de subir a Segunda le han servido para atreverse como entrenador jefe. En el Huracán, de hecho, le tocó asumir el papel de primer técnico por la expulsión de Seligrat en el playoff de ascenso a Segunda. «En Huesca», recuerda, donde finalmente el equipo valenciano iba a claudicar en su intento por subir un peldaño. Esa fue la puñalada para acabar.

Luego apareció la AFE, que suele rescatar a los entrenadores noveles para las sesiones con los jugadores sin equipo. Mista recibió la llamada y aceptó. En un segundo. «Me lo comentaron y para mí era una posibilidad después de lo que viví en el Huracán el año pasado y creo que me puede aportar mucho de cara al futuro», resume. En Oviedo está junto a Estanis Asensi, preparador físico, ex del Levante, «un hombre de fútbol, un pilar básico», y el doctor José Nebot. Además, entre los futbolistas se encontraba Joel Johnson, una perla de la cantera del Valencia que luego voló al Real Madrid y la temporada pasada jugó en Jaén. «Es uno de los que sabemos a ciencia cierta que va a salir de aquí porque hay varios equipos interesados en él y porque pocos equipos tienen laterales como él», asegura Mista.

Nada parece haber sobrepasado la templanza del murciano. Tiene hambre de banquillo. Respeto. Pero se siente «preparado» para ejercer como primero en la élite. «Al final, verte preparado o no lo sabes al ponerte ahí y vivir la experiencia. Hasta el momento lo que he vivido me ha ido bien y si sigo por este camino, no creo que vaya a tener problemas. Sí, me veo preparado», culmina. Si antes recibía charlas, ahora es él el que asume el papel de hablar al vestuario. «Estar en el Huracán me ha facilitado mucho las cosas, como saber dirigirse al grupo. Uno plasma lo que ha vivido como jugador y se da cuenta de que no es tan complicado como pensaba», explica. El nueve de Benítez, con 36 años, ha elegido otra área para seguir soñando con el fútbol. La técnica.