Piatti: «Hubo cambios en el club y habrá gente a la que no le gustaron»

Cuando alguien consigue sus metas superando múltiples barreras el logro sabe mejor. Algo así transmite la sonrisa de Pablo Piatti cuando se le felicita por su renovación hasta 2019. En poco tiempo ha pasado de patito feo para el club a uno de los cisnes más queridos para la grada y la entidad.

-¿Le da vértigo pensar que si cumple su contrato tendrá 30 años?

-No da vértigo. Es una responsabilidad muy bonita, vine siendo un niño y gracias a todo lo que he vivido me está haciendo un hombre.

-Se dice que un año en el Valencia es como cinco en otro club.

-Es un club que exige, y a mi me gustan las exigencias porque te permiten evolucionar. Si en tu profesión te ponen continuamente a prueba te permite crecer, como jugador y como persona. Con la presión aprendes a ver las cosas de otra manera y a disfrutar tu trabajo.

-¿El club es el reflejo de lo pasional que es la sociedad valenciana?

-Aquí se vive todo al máximo, al límite. No hay más que recordar lo que ocurrió al final de la temporada pasada, que quedamos cuartos y el recibimiento en el aeropuerto fue increíble. La gente es muy pasional y eso hace grande al Valencia.

-Sin embargo el último año que el equipo quedó tercero se pitó.

-Creo que lo nuestro fue por la circunstancia de como se consiguió, en el último partido de Almería y con el gol de Alcácer. Durante la temporada vivimos victorias grandes contra el Real Madrid o el Atlético.

-Ahora tienen que rematar.

-Sabemos que en los dos partidos contra el Mónaco nos jugamos todo el trabajo de la pasada temporada. Es un reto, para nosotros y el club.

-Hablemos de Otamendi. ¿Les duele cuando se duda de su profesionalidad o entienden que forma parte del negocio?

-Todo el mundo tiene su opinión, cualquiera tiene derecho a opinar y sabemos que el aficionado en este caso del Valencia tendrá su crítica para bien o para mal. Pero cada uno sabe lo que tiene que hacer con su carrera. En este caso en concreto la decisión de querer estar o no corresponde a Nico.

-Además, lo más importante ahora no es Nico sino la Champions.

-Por supuesto. El equipo no se puede condicionar por un jugador porque si algo consiguió esta plantilla fue subir el nivel. Cuando tienes recambios te da garantías, y si Otamendi no está hay compañeros que también nos dan confianza.

-¿La estabilidad de la plantilla les da un extra de tranquilidad?

-La idea del proyecto es mantener la base y los pilares y eso habla muy bien de los planes a futuro que se quiere en el club. Para hacer las cosas bien hay que dar pasos firmes.

-¿La clave del proyecto va a ser la próxima temporada, donde se comprobará si el club mantiene a los jóvenes o se producen ventas?

-Es la idea, creo que al venir gente joven crea ambición para todos. La afición exige títulos y nosotros también los queremos conseguir. Aspirar a lo máximo es conseguir títulos para el club que hace muchos años que no se consiguen.

-¿Pueden luchar ya por títulos?

-Se puede conseguir, lógicamente. Pero se tiene que comenzar desde el convencimiento. Desde dentro lo creemos y se lo tenemos que transmitir a la gente, en los partidos y con nuestro trabajo.

-¿También en Champions?

-Puede pasar de todo, por eso digo que todo parte de la convicción, desde el primer día de trabajo en la pretemporada.

-¿La renovación ha sido una recompensa a su esfuerzo?

-La verdad es que sí porque aquí no me han regalado nada. Si hay algo que he vivido en el Valencia han sido muchos altibajos. Lo que un futbolista quiere es tener regularidad en su carrera pero todo eso me hizo crecer y aprender de los momentos de dificultad. Uno de los lemas de mi vida es el esfuerzo y el trabajo.

-¿Entendió aquel momento en el que el club le asignó el dorsal 2?

-Sí. Venía un presidente nuevo y quería cambios. No había dado el rendimiento que se esperaba de mí y era lógico. El técnico de ese momento recibía órdenes y lo normal era buscarme una salida. Por suerte no se pudo conseguir y al final tuve la oportunidad de demostrar que podía estar en el Valencia.

-¿Guarda esa camiseta?

-Sí, claro que la tengo. Es una motivación y la guardo con mucho orgullo porque creo que el número que llevas en la espalda no te identifica como jugador. Lo importante es la actitud de cada uno.

-Pero no me negará que se forzó mucho, se llegó a decir que si no se bajaba el sueldo no seguía.

-Si algo tengo bueno en esta vida es que no soy rencoroso con nadie.

-Vamos, que se iría a cenar sin problemas con Salvo y Djukic.

-Con Amadeo Salvo tengo una muy buena relación, somos vecinos y nos llevamos muy bien. El año pasado cuando fuimos a Córdoba charlé con Djukic y no guardo rencor con nadie. No estaba dentro de sus decisiones pero me sirvió para plantearme muchas cosas en mi carrera.

-¿Donde se refugió?

-Es muy importante tener a gente que te sepa decir las palabras justas. Cuando estás en las nubes que te tire de las orejas y te baje a la tierra y en los que estás abajo que te diga que no estás tan mal. La familia es un pilar muy importante, mi pareja me dio mucha estabilidad y los amigos. Son los que me impulsaron para seguir trabajando.

-¿Con sus ganas de seguir en el Valencia se ganó a la grada?

-Marcharme hubiera sido el camino más fácil pero si algo me propuse cuando vine al Valencia es que quería estar en él porque es muy grande. Soy muy cabezón. La gente supo valorar ese esfuerzo y estoy agradecido. Cuando la situación está tensa y la gente pita es complicado.

-¿Se le exigió más por considerar un precio alto lo que el club pagó al Almería por usted?

-Así es el negocio del fútbol. Los valores del mercado hacen que un año estés más arriba y otro más abajo. El futbolista no tiene que pensar en eso. Se han pagado muchas veces traspasos grandísimos por jugadores que no estaban a la altura, en mi caso se pagó un dinero y no tenía que salir al campo a demostrar ese precio sino con la exigencia que da la camiseta del Valencia.

-La ovación que se llevó en la presentación fue impresionante. Se le vio emocionado.

-No te voy a negar que me costó mucho, muchísimo, en los inicios. Pasé años difíciles en el Valencia y no fue fácil darle la vuelta a la situación. Pero cuando iba con los niños andando por el césped también pensé que puede cambiar al contrario.

-¿Le sorprendió el recibimiento a Nuno con pitos?

-Cada uno puede opinar y la forma que tiene de expresarse es esa. Hubo cambios en el club y habrá gente a la que no le gustó.

-Correcto, la gente opinó de los cambios en la estructura. Demuestra ademas que la presión es para todos.

-La gente tiene derecho a expresarse de la forma que quiera porque para eso pagan su abono. Es respetable y el técnico lo dijo muy claro, haremos que los pitos se conviertan en aplausos.

-¿Les afecta el cambio de estructura en el trabajo?

-Es un estilo más de la Premier pero no nos está costando. El futbolista tiene que centrarse en lo suyo que es entrenar, cuidarse, descansar bien y rendir en el campo. El resto es para la parte directiva del club.

-¿Y en el día a día?

-Hay confianza con Nuno y con él se puede hablar de todos los temas, no es una persona cerrada. En ese aspecto es abierto. Es importante que te hablen a la cara porque uno tiene que saber las cosas claras.

-¿Qué siente al saber que hay gente que ha dormido en las taquillas por conseguir una entrada para el Mónaco?

-Saber que hay gente pasando la noche entera en las taquillas por una entrada habla de la mejor afición. Necesitamos de su apoyo y sabemos que la clave es seguir con esa química que se ha creado con ellos. Tenemos que ir de la mano y lo vamos a demostrar el miércoles con el Mónaco.

-¿Sueña con jugar en el nuevo estadio o le daría pena dejar el actual Mestalla?

-Es como cuando te mudas de tu casa, te da algo de pena porque Mestalla está muy bonito. Si el cambio se da tendrá que ser para bien y creo que lo será porque si se construye ese estadio será uno de los mejores de España.