Tensa vuelta a Valencia

Otra derrota. Una más. Eso pensaban los futbolistas cuando llegaron al vestuario del Sánchez-Pizjuán. Nada se temían sobre la noticia que estaba estallando es ese preciso instante: Nuno abandonaba el Valencia. Mientras el técnico charlaba con Lim y Layhoon Chan y el departamento de comunicación intentaba asimilar la noticia y trazar un plan de actuación, en el vestuario entraban las informaciones vía mensajes o redes sociales. No daban crédito. Nuno aguardaba junto a Damià Vidagany para comparecer ante los medios (antes lo hizo Unai Emery) mientras los jugadores masticaban su marcha.

Subieron al autobús camino del aeropuerto todavía en estado de alerta. Nuno llegó el último y se sentó en primera fila, como siempre. Silencio absoluto, caras largas. Una tensión que, lejos de menguar, iba creciendo por la forma de proceder del técnico. En el aeropuerto de Sevilla nadie pronunciaba una palabra. Los futbolistas, cada uno a lo suyo, apenas coincidieron con Nuno, más esquivo que de costumbre.

A la llegada a Valencia, la policía hizo esperar al equipo porque había varios seguidores esperando a la expedición blanquinegra. Más tensión. Eran pocos, pero Nuno fue increpado. También Parejo. Minutos antes, Kim Koh había comunicado en el avión a Voro que debía estar preparado para tomar las riendas del equipo mientras deciden al sustituto de Nuno. Ya en la ciudad deportiva de Paterna, un grupo de aficionados esperaban la salida del técnico y los jugadores. Reproches dirigidos en su mayoría a Nuno, que había puesto punto y final a su etapa en el Valencia tres horas antes.