Nuno: «Hubo momentos en que Mestalla no apoyó al equipo»

Nuno Espirito Santo cerró ayer su etapa en el Valencia con más frío que calor. Compareció en Mestalla de motu proprio. En los 512 días que ha estado al frente del equipo su figura ha sufrido una transformación asombrosa. Ayer no hubo ni un solo apretón de manos. Ni un aplauso. La indiferencia mutua en lo personal. Cuando asomó por debajo de su caparazón ya era muy tarde. Destellos de inseguridad. Nuno se marchó fiel a su estilo. Entró en contradicciones, apuntó medias verdades y se coronó con afirmaciones surrealistas. Decir que todo lo que deja en el vestuario son amigos y entre ellos Negredo fue descacharrante.

El adiós lo hiló con la presidenta Layhoon Chan como testigo. Nuno agradeció a la propiedad la confianza que depositó en él en el inicio del nuevo proyecto y aseguró que Peter Lim, una de las mejores personas que ha conocido, será su amigo para siempre: «El club se queda en muy buenas manos». El discurso no destapó el tarro de las verdades. Casi todo se quedó a medio camino y lo que debió sonar contundente careció de peso.

En la primera pregunta aparecieron los nombres de Amadeo Salvo y Rufete. Un divorcio que hizo caer a Nuno en barrena. El único paracaídas que podía salvar al entrenador era el fútbol y los resultados. El problema es que al tirar de la anilla no se abrió.

El luso aseguró que desconocía si se había orquestado una campaña contra él desde la salida de Salvo y Rufete, reiteró que los pitos del día de la presentación fueron una sorpresa y apuntó que quizá aquel momento hubiera sido el ideal para irse: «Parte de la grada silbo porque consideraba que yo no era la persona ideal. Seguí porque soy alguien que lucha por sus creencias. Lo que sí que no sé es si todo aquello fue organizado».

Agradeció a Salvo y Rufete la colaboración para lograr el éxito de la Liga de Campeones. Nuno sacó pecho con sus 77 puntos, «la mejor clasificación (puntuación) de la historia del Valencia». Nadie le podrá arrebatar ese logro, que se asienta en el haber de su balance. No entró a un cuerpo a cuerpo con las figuras del expresidente y del exdirector deportivo, pero se valió de un circunloquio para llegar a la idea que quería transmitir: «¿Los pitos? Logramos 77 puntos, empezamos la temporada con casi los mismos jugadores, el mismo cuerpo técnico, la misma propiedad... El problema no estaba en lo deportivo, sino en lo social». Lo que ya no era lo mismo era la ausencia de Salvo y Rufete tras la crisis de junio. Ahí ha estado la clave del barullo social y del alboroto en la grada.

Nuno defendió que nunca quiso ser nada más que entrenador, aseguró que todas las decisiones -incluido el adiós de Salvo y Rufete- las tomó un dueño (Peter Lim), «que es alguien que ha salvado al Valencia». El técnico, sobre su marcha, apuntó que fue fruto del consenso con la propiedad, que informó a Peter Lim y Layhoon Chan el domingo por la mañana «en una conversación muy sincera» y que no se lo dijo al vestuario antes del partido en Sevilla para no descentrar a la plantilla: «Hubiera sido absurdo». Nuno también apuntó sus razones para no comunicarlo tras la derrota en la caseta: «Como estaban cansados tras perder con nueve jugadores procuré escoger el mejor momento». El luso, lo anunció minutos después en rueda de prensa mientras sus jugadores consultaban el teléfono móvil.

El exentrenador también señaló a Mestalla en su adiós. Recordó que durante la temporada pasada le dio mucho al equipo, lo llevó en volandas, pero reprochó que en esta en lugar de apoyar al Valencia a muerte se hayan quemado esfuerzos en atacar al entrenador. En el partido ante el Levante se dio cuenta de que el problema era él. «Ganamos 3-0 pero había algo que iba más allá de la victoria y el éxito. Sentía que había algo que no estaba funcionando, y si era yo, no era lógico insistir. Hubo momentos en que Mestalla no apoyaba al equipo y sólo criticaba al entrenador»».

El técnico asumió toda la responsabilidad en el fiasco deportivo de la actual temporada. Defendió a la plantilla con la espada de la juventud como valor de futuro. «Del bajón deportivo el único responsable soy yo», Nuno aseguró que los jugadores del Valencia pueden dar más, al tiempo que pidió a la afición que los acune: «Hay que apoyarlos, arroparlos, que la grada entienda su juventud».

Defendió la planificación de la temporada. No consideró un riesgo el hecho de que se fichara a futbolistas postadolescentes sin tradición en competiciones como la Champions: «Era un riesgo calculado. Es cierto que en las rotaciones el equipo se resintió. Y ahí entra mi responsabilidad. Es un proyecto de presente y futuro y nuestra obligación era sacar el máximo rendimiento». Nuno se posicionó a muerte con sus jóvenes incorporaciones: «Muy pronto serán los mejores del mundo».

Plantilla con potencial

El de Santo Tomé insistió en el trabajo realizado durante la pretemporada. «Hemos acertado en todos los jugadores y hay que dar tiempo. El Valencia tiene una plantilla con mucho potencial, a la que no he sacado el máximo rendimiento y esa es mi responsabilidad».

El ya extécnico del Valencia señaló que la negociación de su finiquito fue muy sencilla y defendió que todo lo que deja en el vestuario y en el club son amigos. La percepción de Nuno, sincera o no, está muy alejada de las sensaciones que trasladan otras partes afectadas. Incluso aseguró que Negredo, no citado durante semanas por decisión técnica, y él eran amigos. Una declaración hilarante. Alejada casi del sentido común. «Empezó bien la temporada y luego tuvo un bajón. No he tenido nada personal con él (Negredo)», dijo Nuno. Lo reiteró en tres ocasiones.

La figura del director deportivo ausente tras la salida de Rufete fue otra de las preguntas obligadas. Nuno ya había dicho que su única ambición se acotaba en los lindes del área técnica. Es más, cada vez que se le cuestionó por este asunto en las últimas entrevistas realizadas, despejó el balón hacia el dueño: «El modelo de trabajo del Valencia es el escogido por la propiedad. Yo soy un empleado. He dado lo máximo, lo mejor de mí. No me arrepiento de nada».

No quiso mojarse sobre el nombre y el perfil de su sustituto y avaló la profesionalidad de Voro en este proceso de interinidad a la búsqueda de entrenador.

La rueda de prensa no terminó sin que el nombre de Jorge Mendes, el agente de Nuno, de la mayoría de los jugadores que han llegado al club, y considerado como el mejor representante del mundo apareciera. El lunes por la tarde la presidenta Layhoon Chan reconoció estar hastiada de que siempre le preguntaran por la figura de Mendes y aseguró que si el portugués mandara tanto en el Valencia, Nuno seguiría como entrenador. El exportero, que fue la primera operación futbolística que realizó Mendes allá en la década de los noventa, realizó una defensa a ultranza de su amigo. «Es el mejor agente del mundo, escuché a mucha gente decirlo y ahora la verdad es que no sé el motivo por el que ha cambiado eso. Sigue siendo el mejor, ha ayudado mucho al Valencia, y ha traído muchos jugadores. ¿Qué es lo que ha cambiado con Mendes?», se preguntó Nuno.

Como ejemplo, la figura de Rafa Mir, el juvenil al que el luso hizo debutar en San Petersburgo ante el Zenit sin el rodaje exigido en el filial valencianista para pelotear en plaza de primera. «Rafa Mir terminaba contrato y todos los grandes clubes se lo querían llevar. Al final se renovó», destacó el exentrenador del Valencia. Incluso calificó de «barbaridad» que se publicara que había pedido a Baraja como ayudante, una información que estaba contrastada. El adiós de Nuno fue un hasta pronto, reiteró su agradecimiento a Peter Lim y se despidió con un ¡Amunt València! El frío se mantuvo en la sala.