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García Pitarch y Alcácer, en la presentación de las camiseta de esta temporada. :: damián torres
Alcácer pone  rumbo a Barcelona
Fútbol | valencia cf

Alcácer pone rumbo a Barcelona

La entidad valencianista pretende incluir en la operación a Munir, que ayer tenía muy avanzada su cesión al Celta

JUAN CARLOS VILLENA

Miércoles, 24 de agosto 2016, 21:58

Paco Alcácer le comunicó ayer al Valencia que se quiere marchar al Barcelona, tal y como confirmaron fuentes oficiales del club a esta redacción. El delantero, antes de dirigirse al entrenamiento vespertino en la Ciudad Deportiva, solicitó entrevistarse con la presidenta Layhoon Chan, a la que le expresó cual era su deseo. El de Torrent dio el paso al frente que le pedía el club, tras un silencio que comenzaba a incomodar dentro de la entidad ante la avalancha de informaciones firmadas en Barcelona que daban por cerrado el acuerdo entre el jugador y el conjunto culé. La postura pública del Valencia siempre ha sido la de no querer vender al de Torrent. La privada, que se replantearían la misma en el caso de que Alcácer diera un paso al frente. Algo que ocurrió ayer.

La decisión del valenciano, meditada durante los últimos días, supone un pequeño 'alivio' para la presidenta, puesto que en el tablero se ha movido una pieza fundamental. La frase que pronunció la dirigente en Alzira, donde expresó con contundencia que el club no quería vender a Alcácer, encuentra una bisagra en el deseo del jugador de marcharse. Es una cuestión de puntos de vista, puesto que al final se va a producir un traspaso. En ningún caso el Barcelona se ha planteado pagar los 80 millones de su cláusula de rescisión, con lo que se mire por donde se mire se está negociando una venta. Las dos realidades son desde ayer cristalinas; que el jugador quiere marcharse el Barcelona y que el Valencia va a aceptar una oferta para venderlo.

El culebrón que están protagonizando a tres bandas el Valencia, el Barcelona y Alcácer se ha convertido en el símbolo perfecto del agitado día a día que vive la entidad de Mestalla. El club vive instalado en un doble huso horario desde que Peter Lim adquirió la mayoría accionarial, puesto que todas las decisiones tomadas desde el puente de mando instalado en el despacho de la presidenta Layhoon Chan tienen que obtener el sello de garantía del empresario de Singapur. El discurso oficial con el de Torrent siempre ha sido el de cerrarse a un traspaso y el Barça, por su parte, se ha agarrado en las últimas dos semanas a la predisposición de Peter Lim a escuchar la oferta que le transmitió en persona Josep Maria Bartomeu el pasado 11 de agosto en Barcelona, durante una cena.

La conclusión de la parte deportiva y profesional del Valencia, con la presidenta a la cabeza, siempre ha sido la conveniencia de no vender al delantero al conjunto catalán porque entendían que sería la puntilla a un verano marcado por una desafección más que acusada con la grada, además de suponer una baja deportiva a menos de una semana para el final del mercado de fichajes. Eso sí, ninguno de los cargos importantes del club han sido capaces de descartar en privado ningún escenario desde que estalló la 'bomba', puesto que la última palabra se va a tomar, como en el resto de decisiones importantes, a más de 15.000 kilómetros. Desde ayer la baraja está completa en la mesa, con Alcácer dejando claro que no quiere dejar escapar el tren del Barça y Lim dando el visto bueno para cerrar el mejor acuerdo posible.

La oferta inicial del Barcelona, de 30 millones más variables, puede sufrir modificaciones puesto que el Valencia también puede jugar la carta de poner la presión en el lado del futbolista, puesto que desde el paso al frente dado ayer se escenifica el deseo del jugador de salir de la entidad. Algo que siempre se convierte en una decisión con poco retorno posible cuando se trata de jugadores de jerarquía. La marcha de Alcácer, evidentemente, también crea un problema deportivo a falta de una semana para el cierre del mercado por lo que, más allá de los variables, lo que va a tratar el club es de incluir en la operación a Munir.

La decisión definitiva de Luis Enrique es que el delantero que iba a cerrar su plantilla era Alcácer o el canterano, aunque el destino del jugador estaba ayer orientado al Celta. Un destino más del agrado del futbolista para su cesión puesto que el conjunto gallego disputa la Europa League. La negociación abierta entre el Valencia y el Barcelona por Alcácer puede paralizar ese deseo de Munir, ya que la entidad valencianista está tratando de incluir al delantero en la operación.

Con la repercusión que implica la salida de un jugador como el de Torrent, a todas las partes les interesa que si puede ser hoy mismo se selle el traspaso. Alargar el culebrón a una semana para que finalice el cierre de mercado no sería una buena noticia para el conjunto valencianista. Más que nada puesto que la delantera no estaba destinada a ser la protagonista en los últimos días del pase de fichajes. El problema, con o sin Alcácer, del equipo de Ayestarán no está en la vanguardia sino en la retaguardia. Esa debería ser la obsesión de Peter Lim de aquí al 31 de agosto, no el de sellar en un papel una operación que el empresario de Singapur ya lleva barruntando desde que se estrechara la mano con Bartomeu.

La marcha del valenciano, que en su última etapa había menguado en peso público simbolizado en la pérdida de la capitanía y en la poca utilización de su imagen de marca desde que acabó la pasada temporada, no tiene que despistar a la dirección deportiva. Sobre la salida de Alcácer van a correr ríos de tinta, y se modularán tantas interpretaciones como en un capítulo de Juego de Tronos, pero el club sabe que el único rumbo que tiene que trazar, si no quiere emplazar la temporada a una ruleta rusa, es cuadrar el Fair Play Financiero a 31 de agosto con una plantilla donde la vía de agua defensiva esté subsanada.

Si algo demostró el primer partido de la temporada, donde el disfraz de goleador correspondió a Santi Mina, es que uno de los cromos que hay que cambiar en el álbum es el de Abdennour. El interés del Oporto en el tunecino y en Santos, que Nuno sea su entrenador no es casualidad... como nada en el 'universo Mendes', puede ser el gran servicio del agente a su amigo Lim. Ese y mediar para la llegada de dos recambios que tapen el agujero negro. Eso llegará tras el traspaso de Alcácer, que puede cerrarse hoy.

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