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C. V.
Miércoles, 21 de septiembre 2016, 21:52
Voro tiene la difícil tarea, al margen de coser un equipo de garantías para esta noche, de mantener un equilibrio entre su corazón valencianista y la empresa que le paga. Tiene experiencia de sobra para no pisar charcos incómodos pero aún así le puede la sinceridad ante los vaivenes que de manera inexplicable se viven en la casa blanquinegra. No fue la de ayer la primera rueda de prensa que protagoniza -es su cuarta etapa de entrenador interino- pero sí la más prematura en cuanto a jornadas disputadas.
De ahí que pasara prácticamente de puntillas por todas las cuestiones que más debate han generado entre la afición. No se mojó sobre cuál es su opinión sobre el entrenador idóneo para el Valencia; ni sobre si el 4-3-3 es el mejor dibujo que le va a este grupo de jugadores; ni si ha sido precipitada o justa la destitución de Ayestarán... sólo un tímido paso en falso pero con toda la razón del mundo. El disparo, sin demasiada pólvora, va hacia arriba. «Cuando suceden los cambios es porque se han cometido errores. Veo que la dirección del club intenta hacerlo lo mejor posible pero en algunas cosas no ha acertado. Hay ganas de revertir la situación y que las decisiones sean acertadas. Lo más importante es la voluntad de hacer las cosas bien. Esperemos que en lo sucesivo haya un porcentaje grandísimo de acierto y con tiempo veamos este momento como pasado», dijo el técnico interino.
Elogió la dedicación y el esfuerzo de Pako Ayestarán y el resto de ayudantes pero admitió el peso de los resultados. «Por desgracia no es la primera vez. En el fútbol nadie marca los plazos. Los acontecimientos se suceden y se ha producido esta situación. Después de varios resultados hemos llegado hasta aquí. No podemos controlar estas cosas. La única realidad es que el equipo ha perdido cuatro partidos en Liga y lo que yo he visto ha sido a Ayestarán y su cuerpo técnico con mucha implicación y trabajo».
De cómo debería ser el futuro técnico, cuyo fichaje creía no se produciría antes del domingo, tan sólo se limitó a comentar: «No podemos medir a un entrenador por un perfil. Se miden en su conjunto. Desearía que el club acertara con el entrenador, todavía queda muchísima liga para salir de esta situación y conseguir que la gente esté contenta con el equipo».
De su diálogo con los jugadores extrae el convencimiento de que esta noche se puede romper la dinámica. «El que crea que cambio de entrenador significa victoria segura que sepa que hay dificultad. Sabiendo eso vamos a intentar competir con la máxima implicación. Si estás bien preparado seguro que la mayoría de veces tienes más opciones de ganar. Ha sido un mazazo, pero sobre lo que ha pasado no podemos hacer nada ni perder el tiempo. Es pasado. Les intento hacer ver -a los futbolistas- hacia el lugar en el que nos dirigimos». Sobre el cómo va a jugar el equipo afirmó: «Hay que buscar un equilibrio, que no es fácil. Les he dicho que hay que cambiar algunas cosas para mejorar. La situación es la que es».
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