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Marcelino, en un encuentro con el Villarreal. :: AFP PHOTO/JOSE JORDAN
El Valencia no se rinde por Marcelino

El Valencia no se rinde por Marcelino

La expedición viaja hoy a Leganés y si no hay cambio de última hora, no conocerá el nombre del elegido hasta que no haya nueva orden de Singapur

JUAN CARLOS VILLENA

Viernes, 23 de septiembre 2016, 21:54

valencia. El Valencia viajará hoy a Leganés, si no hay ninguna novedad de última hora, sin conocer el nombre del entrenador que sustituirá en el cargo a Pako Ayestarán. Al cierre de esta edición, el club seguía en ese fino halo que separa el desconocimiento de información oficial nueva, la que emana desde Singapur, con el desarrollo de los pocos movimientos que sí se han ido confirmando desde el cese del técnico vasco el martes. El objetivo que figura en primer lugar del informe de García Pitarch es Marcelino García Toral. La labor del director deportivo valencianista, mientras no haya novedad al respecto, siempre tendrá que tener el refrendo de Peter Lim. El máximo accionista del Valencia ya ha demostrado que puede decantarse por las dos opciones, la de escuchar o no los informes de la persona que puso al frente de la sección deportiva del club. La renovación de Ayestarán en verano fue un ejemplo del sí... ¿Y esta vez?

Mientras esta ecuación no sea despejada, las fuentes oficiales consultadas ayer por esta redacción repitieron el manido «no disponemos de más información por el momento», y así el club se centra en el trabajo de campo que sí que abarca sus competencias. La entidad, tal como informó la Cope tras la victoria ante el Alavés, presentó un recurso a la Federación Española de Fútbol para que se permita a Marcelino entrenar al Valencia, puesto que mientras no haya ninguna comunicación al técnico se le aplica la literalidad de la norma, que le impide entrenar esta temporada a ningún equipo de la Liga tras rescindir su contrato con el Villarreal. Aunque no llegara a sentarse en el banquillo ningún partido de la presente campaña -fue despedido el 11 de agosto-, el conjunto castellonense tramitó su pertinente ficha en verano en el ente federativo, con lo que a todos los efectos era el entrenador del equipo de Fernando Roig de la temporada 2016-2017. Al cobrar su correspondiente finiquito, queda amortizado su puesto de trabajo hasta el siguiente curso. Esa es la teoría que, por cierto, se convirtió en ley por iniciativa del Colegio de Entrenadores, para evitar que un técnico ocupe varios puestos de trabajo. El Juez Único federativo tiene la última palabra.

La resolución final, que llegará evidentemente con el visto bueno de Peter Lim, revelará si la insistencia de García Pitarch en conocer la situación de Marcelino y exprimir la posibilidad legal de que se convierta en el sustituto de Ayestarán, siempre fue una primera opción o sirvió para que el foco apuntara en una dirección y se mantuviera en la nevera el nombre del tapado. En ocasiones, las llamadas 'cortinas de humo' no se crean de forma consciente, o con un diseño pormenorizado. Cuando se trabaja en varias velocidades, simplemente, esas dos realidades están destinadas a convivir. En el caso hipotético de que García Pitarch consiguiera una documentación federativa que permitiera a Marcelino dirigir al Valencia esa circunstancia no convertiría al asturiano directamente en inquilino del banquillo de Mestalla. Ese escenario le abriría la posibilidad a ser considerado como candidato oficial a la espera de la aprobación de Lim. Nadie dentro del club, en eso sí que hay consenso, se atreve a asegurar que la decisión no se vaya a tomar de forma directa desde Singapur sin que haya ninguna comunicación previa al respecto. En todos los clubes con un máximo accionista, la última palabra siempre la tiene el inversor. Siempre.

Lo ocurrido en el palco el jueves durante el partido ante el Alavés es un buen ejemplo. En las butacas de la zona noble se arremolinaron muchas personas que trabajan en el mundo del fútbol, ya sea desde el mundo de la representación, de los banquillos o del asesoramiento. Un abanico en el que figuran muchos nombres con pasado, o presente, reciente en la entidad valencianista (Salvador Martínez, Salvador Belda, Juan Cruz Sol, Aurelio Martínez...). En el descanso se formaron algunos corrillos, alguno de ellos con perfiles tan dispares como el de García Plaza, Sergio González y Juan Sánchez. El que fuera técnico del Levante comentó a todo aquel que le quisiera escuchar que no estaba dentro de las quinielas, un argumento que suscribió el ex del Espanyol.

El nombre de Marcelino, al que sí es cierto que el Valencia pidió que moviera ficha para conocer su situación federativa, no es el único que está encima de la mesa. No lo puede ser, en tanto en cuanto es la apuesta de una dirección deportiva que no tiene ninguna potestad vinculante firmada en su contrato. En todo caso, su trabajo es el de proponer perfiles para que obtengan el visto bueno. Como en cualquier empresa. El conjunto valencianista está atento, tras caerse de la lista algún nombre ilustre como el de Villas-Boas, a la situación de Caparrós, Mancini, Prandelli, Scolari o Laudrup. Todos ellos nombres con pedigrí, pero con un perfil tan dispar que se convierte en el mejor símbolo de que nadie, más allá de Lim, conoce el desenlace de esta historia. A la sombra de Jorge Mendes se ha vinculado el nombre de Marcos Silva. Retrocediendo algún párrafo, nadie se atreve a desmentir esa hipótesis.

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