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TONI CALERO
Domingo, 29 de enero 2017, 22:48
las palmas. Voro y Quique Setién son dos tipos de lo más reconocible en el fútbol español. Ambos cruzaron sus caminos en muchos ocasiones durante los 80 y los 90, cuando este deporte aún se vibraba a través del transistor y los jugadores, en vez de publicar compulsivamente sus fotos en las redes sociales, veían cómo sus familiares recortaban el periódico de turno para ir sumando recuerdos en papel. Otros tiempos. Setién y Voro eran como el día y la noche sobre el césped, pero pertenecían a la misma especie: futboleros capaz de respetar y entender el juego, convencidos de que su vida era esto. Setién tardó lo suyo para encontrar el reconocimiento como entrenador de una sola idea: no sirve ganar a cualquier precio. Y Voro, listo para ayudar al Valencia desde mil ángulos, se sienta hoy en el banquillo porque se atrevió a rescatar un vestuario atenazado por las dudas y el miedo al descenso.
Los dos, Setién y Voro, están en plazos de cumplir con el objetivo, pero se ven las caras esta noche con sus equipos metidos en dinámicas impensables hace tan sólo dos semanas. Empezando por el Valencia, lo mejor que se puede decir es que esta tarde no se juega la vida en Las Palmas. Y si se ha llegado a esa situación es porque solventó los partidos ante Espanyol y Villarreal para sumar seis puntos necesarios como el oxígeno. Se ahogaba el Valencia en la zona baja, un lugar del que pretende escapar a toda costa porque, entre otras cosas, no es el suyo.
Ganar 0-2 en el derbi, dejando la portería limpia por primera vez desde el 20 de abril llevó algo de tranquilidad al equipo blanquinegro. Esa recuperación llega con el aterrizaje de Voro al banquillo y el salto del irreverente Carlos Soler a la primera plantilla. El Valencia juega con menos kilos en las piernas desde la aparición del canterano, que esta noche repetirá como titular junto a Enzo Pérez y Parejo en el centro del campo. También en eso anda muy concentrado Voro. No quiere experimentos ni retoques sobre las cosas que funcionan.
Lo demostró en Vila-Real, donde dio continuidad al bloque inicial de la jornada anterior, y hoy va a repetir en la isla. Sólo una fulgurante puesta a punto de Simone Zaza pondría en duda el once de gala de Voro, pero al italiano aún le falta un poco. Así pues, el Valencia recupera a Montoya (se perdió el derbi por lesión) y tendrá en el catalán, Garay, Mangala y Gayà uno de sus más firmes argumentos para confiar en ganar a Las Palmas. Es el cuarteto defensivo de más nivel en la plantilla y en Vila-Real quedó claro que con ellos al cien por cien, el equipo y Diego Alves sufren mucho menos.
Dos zagueros quedaron fuera de la citación: Aymen Abdennour y Guilherme Siqueira. El tunecino se incorporará en los próximos días tras disputar la Copa África, el brasileño seguía ayer con molestias y por ello no viajó junto a sus compañeros. De todas formas, Voro le dio su sitio a Toni Lato, otro canterano que siempre responde, lo suficientemente maduro como para pelear por un puesto en las convocatorias.
En la recta final de la preparación cayeron Zakaria Bakkali y Álvaro Medrán. El belga -su futuro aún está por decidir- sufrió una torcedura de tobillo el sábado. A Medrán le dejó KO Nani con un golpe fortuito. «En el calentamiento, durante un juego de activación, ha chocado con Nani. Medrán tiene un problema en la clavícula y es muy doloroso, aunque no parece grave», informó Voro. Esas bajas, unidas a la de Rodrigo -lesionado de larga duración- abrió las puertas de la convocatoria a otro canterano, Sito. Ayer, en la terminal de Manises, Soler, Lato y el propio Sito compartían conversación antes de partir hacia Gran Canaria. Una imagen que hasta hace nada protagonizaban como futbolistas del Mestalla.
Desmenuzado un Valencia al alza, Las Palmas afronta el partido metido en un huracán. Problemas extradeportivos (Araujo, Jonathan Viera, Castellano...) y mosqueo de Setién por su renovación. La única nota positiva para el técnico es el fichaje de Halilovic (entró en la lista y puede tener minutos) y otro que está al caer como Jesé. Así las cosas y después de sumar sólo un punto en los dos últimos choques, Setién apuesta por asumir el papel de víctima. «Es el peor momento para nosotros, preferiría haberme enfrentado al Valencia de hace un mes. Voro ha transformado a los jugadores», dijo el entrenador cántabro.
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