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TONI CALERO
Sábado, 18 de febrero 2017, 23:01
Entre 1985 y 1986, siendo aún adolescente, empujó desde su asiento en Mestalla para evitar el descenso a Segunda. El equipo no lo consiguió, pero José María Sanz (Valencia, 1970) renovó su pase y desde la misma butaca hizo fuerza para que el club de su vida volviera a la élite. Luego, como «socio activo» se desplazaría para seguir las finales de la época dorada del Valencia. Desde mucho antes el fútbol era una cuestión imprescindible para él y pudo desarrollar su pasión junto a Juanma Lillo o José Luis Oltra, a quien José María Sanz considera «un amigo», el entrenador con el que ha compartido más de una década de banquillos, con experiencias «buenas, malas y regulares».
El segundo de Voro está ocupado en sacar al Valencia del hoyo, pero su contagiosa convicción ni siquiera le permite rozar la incertidumbre. «Tenemos grandes jugadores y vamos a hacer una buena segunda vuelta. Seguro», proclama en repetidas ocasiones. Sanz encarna la historia de «un hombre de fútbol» que después de mil y una aventuras ha concretado el sueño de ayudar al Valencia, a su Valencia, desde la primera línea. Eso sí, en uno de los peores momentos del club de Mestalla.
Perdone que sea tan directo, ¿Sería capaz de convencer a un aficionado de que el Valencia va a salir de la zona baja? ¿Cómo lo haría?
Simplemente, observando la línea de los últimos cinco partidos. En líneas generales hay síntomas de mejoría y esto irá a más. En la medida en que el equipo mejore, irá ganando en confianza, creyendo más en sí mismo y todo redundará en resultados. Veo trabajar a los jugadores día a día y me dan argumentos para creer que el Valencia competirá y hará una buena segunda vuelta.
¿Entiende que uno de los diagnósticos de los valencianistas es que puede faltar compromiso?
No, no hay falta de compromiso. Rotundo. ¡Si los primeros interesados en ganar y hacerlo bien son los futbolistas! Los estados de ánimo son muy importantes y cuando las cosas no van y uno está bajo anímicamente puede dar esa sensación, pero nada más lejos de la realidad. Todos queremos ganar y más cuando jugamos delante de nuestra gente, quieres hacerlo mejor que nunca. Los jugadores son buenos profesionales. Todos. Estamos locos por ganar partidos y jugar bien para que la afición esté orgullosa del equipo, por tanto, desmiento rotundamente que haya falta de compromiso.
¿Y hay cierto temor o al menos inquietud de algunos futbolistas cuando juegan en Mestalla?
Es una realidad que hemos sacado más puntos fuera que en casa. Nosotros tenemos que revertir eso, Mestalla debe ser un fortín, es nuestra casa. Es verdad que cuando juegas como local hay una exigencia mayor y a veces eso puede provocar cierta ansiedad y nerviosismo, pero al final tenemos que sentirnos bien delante de nuestra afición, porque además deben ayudarnos en los momentos difíciles. ¿Dónde se siente mejor uno que en casa? Y más en un estadio como Mestalla, que es increíble, con una afición que cuando el equipo bajó a Segunda, la gente estuvo al pie del cañón. Como yo, estuve en el descenso y en el ascenso. Es el momento de ayudarnos porque nos necesitamos todos para que el equipo vaya recuperando el nivel porque el Valencia es un grande, un histórico. Tiene que estar con los mejores. Y para ese proceso debemos ir todo de la mano.
Lleva un mes en el Valencia, ¿le ha dado tiempo a realizar un diagnóstico de la situación general que vive el club?
Probablemente es algo muy profundo que se nos escapa. Al inicio de temporada empiezas con la mejor de las intenciones y completas una plantilla pensando que vas a poder competir en los mejores escenarios. Luego el fútbol y las circunstancias son otras y te ves abocado a una situación con la que no estás familiarizado. Entonces tienes que adaptarte a unas circunstancias difíciles y acercarte poco a poco a la zona que tenías prevista... Nosotros tenemos la mente puesta en ganar partidos para acabar la temporada lo mejor posible y afrontar la próxima en otras condiciones.
¿No cree que es fundamental reestructurar la parcela deportiva?
No me he parado ni a plantearme estas cosas, estoy más en el día a día y el trabajo en equipo. Vamos a centrarnos en el equipo, que a corto plazo es lo importante y lo otro vendrá después. Imagino que habrá que replanteárselo.
¿Echó en falta algún fichaje en invierno, un refuerzo para el centro del campo, por ejemplo?
Creo que tenemos una plantilla bastante completa. Somos de plantillas más cortas porque es importante que todo el mundo se sienta partícipe. Tenemos cuatro centrales, con la llegada de Fabián (Orellana) la zona del centro del campo está bastante cubierta... Lo que quería era quedarnos cómo estábamos y que no se llevaran a ningún jugador.
No sé si el cuerpo técnico llegó al último día de mercado temiendo la salida de Enzo o Parejo...
Bueno... Son grandes jugadores y los queremos en nuestro equipo. No queríamos que se fueran y más en esta situación porque nos necesitamos todos para mejorar al Valencia.
¿Cómo ve a Enzo Pérez?
Enzo es el primero que está comprometido, que quiere que las cosas salgan bien, el equipo gane partidos y está deseando ponerse perfecto para echar una mano.
¿Es un líder en el vestuario?
Por supuesto. Jugadores de esta jerarquía y con esta trayectoria son importantes en el equipo.
Dani Parejo.
Pues en la misma línea que Enzo. Son muy buenos jugadores y es normal que los quiera todo el mundo. Ellos saben la responsabilidad que tienen y Dani es el primero que quiere que las cosas salgan bien porque es beneficioso para todos.
¿Le ha sorprendido la irrupción de Carlos Soler?
Es energía, gente de la casa que conoce el club y tiene una ilusión a prueba de bombas. Es presente y futuro del equipo. Creo que el fútbol se encamina hacia una época en la que sacar jugadores de la cantera tendrá mucha importancia y considero que invertir en la academia es fundamental.
¿Es tan normal que se produzcan piques como el que protagonizaron Munir y Nani?
Es todo más normal de lo que parece porque luego estas cosas se arreglan en nada. Que la gente piense los rifirrafes que hay en casa... ¡Y se quieren igual! Estas cosas pasan y luego llegan al vestuario, se dan una palmada o un abrazo y ya. Pero eso no se ve.
¿Y ocurrió?
Claro que ocurre, al final se respetan, son compañeros. Y si no estamos los técnicos para quitar hierro al asunto, pero esa parte no se ve. Hay veces que mi mujer me pregunta al llegar a casa y le digo: 'pero si se han dado un abrazo y ya estaban otra vez riéndose juntos'.
Y en este caso concreto, ¿se dieron un abrazo en el vestuario?
Sí, en este caso concreto se dieron un abrazo. Cuando las cosas no van bien puede que se esté más irascible y sea más fácil picarse. De igual modo que cualquiera llega a casa cabreado del trabajo y es más fácil discutir con la familia. Son cosas normales, nos pasa a todos. Se soluciona rápido y queda en nada.
¿Cómo se encontró al equipo cuando llegó en enero?
Habían imaginado un escenario y se encuentran con otro diferente. Los jugadores quieren hacerlo bien y son conscientes de que no están a la altura de las expectativas, pero son los primeros que quieren poner remedio a la situación. Me encontré con un vestuario con esperanza después de haber ganado al Espanyol, y con la certeza de saber cuál es el camino y lo que tenemos que hacer para repetirlo más veces.
Y a Voro, ¿cómo le vio?
Voro es consciente de la responsabilidad, muy grande, que tiene. Estaba contento por la imagen del Valencia contra el Espanyol, porque el equipo había ido en la línea de lo que había propuesto. Eso te da energías. Es consciente de la dificultad del reto, pero confía plenamente en los jugadores y el 'staff' que hay para echarle una mano. Voro conoce muy bien el club, al entorno y las necesidades de los jugadores.
Y a usted, ¿qué le pide Voro?
Hay un máximo responsable, él, y un grupo de ayudantes. Entre todos nos repartimos el trabajo. La última palabra siempre la tiene Voro y hay mucho 'feeling' en el 'staff', hablamos el mismo idioma y hacemos mil horas porque lo pasamos bien. Yo no vengo a trabajar, no me canso. Esto me gusta, me lo paso bien y tengo la suerte de haber convertido mi pasión en mi profesión.
Empezando por el Athletic de Bilbao, el calendario va a ser muy duro en las próximas semanas...
Lo del calendario... Es que le podemos ganar a cualquiera. Tenemos que mentalizarnos de que si competimos como un equipo podemos ganar a cualquiera en cualquier sitio. No sabemos dónde están los puntos. Si hace un mes hubieran preguntado a quién era más fácil ganarle, si a Villarreal o Eibar, la mayoría hubiera dicho al Eibar. ¿Quién dice que no le podemos ganar a Real Madrid y Atlético y perder ante el Alavés? Vamos a afrontar todos los partidos con garantías porque somos buenos y así se lo transmitimos a los jugadores. Sé que la afición lleva un año de sufrimiento, pero vamos a ilusionarnos y repito que necesitamos que los valencianistas sigan creyendo en el equipo.
Tienen contrato hasta junio, ¿piensa en la próxima temporada?
Todavía no porque estamos tan metido en hacerlo bien... La filosofía es concentrar las energías semana a semana, en cada partido. Queremos acabar bien el año, hacer una buena segunda vuelta y que la gente esté contenta. Lo demás... Es una pregunta para más adelante y para el técnico, que es la cabeza visible de todos nosotros.
¿Está siendo difícil mentalizar a estos jugadores de que la lucha es por la permanencia?
Tenemos tan buenos jugadores que habitualmente han estado competiendo por otros objetivos. Son retos distintos, desconocidos para ellos y cuando volvamos a otro escenario más positivo serán más fuertes y mejores. En cualquier caso, tenemos grandes jugadores y yo siempre prefiero competir con buenos jugadores. Las probabilidad de ganar son mayores.
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