TONI CALERO
Lunes, 10 de abril 2017, 18:43
La herencia era pobre. Pako Ayestarán se fue sin tiempo y con cuatro derrotas consecutivas y Cesare Prandelli ni de lejos logró justificar la fama que le precedía. Voro tomó los mandos del Valencia en la jornada cinco, como siempre consciente de que su cargo tenía cercana fecha de caducidad. Ganó dos partidos (Alavés y Leganés) y el Atlético fue mejor de principio a fin en Mestalla para acabar 0-2. El de l'Alcúdia regresó a sus labores, con el habitual agradecimiento de Meriton por los servicios prestados y a la espera, por parte de Lim, Layhoon y compañía, que la llamada al teléfono rojo se hiciera de rogar. Pero no. Ocho partidos después y con la plantilla en pie de guerra, Prandelli se hizo a un lado y Voro fue reclutado. Esta vez y sorprendentemente, se quedó. La deficitaria estructura deportiva del Valencia no estaba para lujos y visto lo visto, no había nadie mejor -aunque se intentó con Marcelino- para hacerse cargo de un equipo a la deriva.
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Voro tenía algo ganado: el respeto de los futbolistas y el incuestionable afecto que le profesa Mestalla. No era poco, pero con tantos partidos por delante faltaba por ver si al de l'Alcúdia se le haría larga una Liga que por entonces se jugaba con el cuchillo del descenso amenazante. Voro se estrenó en un partido loco en Pamplona (3-3) y luego vinieron seis puntos consecutivos ante Espanyol y Villarreal. En ese intervalo se incorporó Chema Sanz al 'staff' técnico, una ayuda que Voro precisó para compartir el peso de los entrenamientos y los galimatías que llegaban desde la pizarra.
El domingo, en Granada, Voro alcanzó 19 partidos al frente del Valencia en esta Liga. Una vuelta. Justo cuando el equipo alcanza su mejor momento. De hecho, Valencia y Eibar son los únicos que han ganado tres partidos esta semana. Deportivo, Celta y Granada han sido las víctimas de los blanquinegros en los últimos siete días. La racha corta además un bache importante porque el Valencia había caído ante Atlético de Madrid y Barcelona y defraudó en Mestalla con el 1-1 del Sporting de Gijón. En estos 19 partidos, Voro ha firmado 10 triunfos, 3 empates y 6 derrotas.
El Valencia ya está a un punto del Alavés y ha alcanzado (12º) su mejor clasificación del curso, que tampoco es para sacar pecho. Los números con Voro sí hablan de un entrenador que persigue ganar encuentros y por qué no, confirmarse como entrenador en la élite. Promedia el Valencia 1,73 puntos y esa cifra, mantenida a lo largo del campeonato, daría de sobra para llegar a Europa. Sólo Zidane (2,40), Luis Enrique (2,22), Simeone (2), Sampaoli (1,96) y Escribà (1,74) poseen mejores guarismos que Voro. En pleno debate sobre el próximo entrenador, el club mantiene que el valenciano está entre los candidatos. Se lo ha ganado. Voro prefiere aparcar el asunto. «Es cansino» llegó a decir antes de viajar a Granada.
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