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Toni Calero
Domingo, 28 de mayo 2017, 22:45
El idilio de Nico Otamendi con Mestalla sólo duró un año. Una Liga y después, ya no estaba el central de carácter y la persona reservada ni tampoco el '23' ni sus tatuajes. El líder de la mejor defensa del Valencia desde hacía muchas temporadas ponía rumbo al Manchester City en el verano de 2015. Fue un duro golpe para el proyecto que regresaba a la Champions y se quedaba el equipo sin un referente futbolístico y espiritual. Al menos, el Valencia se llevó una montaña de dinero con la operación, puesto que contrató al argentino por unos doce millones y no dio el 'sí' al City hasta que los ingleses sobrepasaron los cuarenta millones por el central.
Fue la primera gran venta de Lim y la causante de que la afición recelara de los planes del dueño. Un año después fueron varias las transacciones que levantaron ampollas, principalmente la de Alcácer. El canterano dejó en caja treinta millones para marcharse al Barcelona y el conjunto azulgrana también echó el resto por André Gomes. El Valencia pagó 15 'kilos' por el portugués y recibió 35 fijos más 20 en variables. Pellizcos de oro como el de Mustafi, vendido al Arsenal por 40 millones.
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