Toni Calero
Domingo, 28 de mayo 2017, 22:46
El segundo verano de Peter Lim en el Valencia fue el más tranquilo de su paso por el club de Mestalla. La razón es bien sencilla: la temporada anterior Nuno consiguió hacer funcionar a la plantilla y aunque se llegó al verano con serias tiranteces que desatarían la tormenta poco después, el conjunto blanquinegro se conformó en el mercado con ocho altas (dos de ellas para contrarrestar la crucial marcha de Otamendi) y siete bajas. A partir de ahí y teniendo en cuenta el factor clave de que los llegados durante esa ventana no han conseguido brillar, el Valencia sufrió dos golpes consecutivos. Sendos fracasos que le obligan a revoluciones constantes, a giros sobre la marcha que no han resultado suficientes para encontrar la estabilidad y necesitados de la mano de Voro para no profundizar en el ridículo.
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El de l'Alcúdia ya no regresará al banquillo, así lo dijo él, pero en estos días ha charlado de forma continua con Marcelino García Toral para informar de cómo han vivido los futbolistas estos últimos meses. Conversaciones sobre el talento y la capacidad de los futbolistas, pero también sobre el nivel de compromiso con la entidad.
La llegada del entrenador asturiano es otro símbolo de la enésima reconstrucción iniciada con el ascenso de José Ramón Alesanco a director deportivo y la llegada de Mateo Alemany como jefe de operaciones en Valencia. Ellos tres, Marcelino, Alesanco y Alemany -sin perder de vista a Jorge Mendes, a quien se le visitó en Manchester esta misma semana- serán los responsables de que el proyecto de Peter Lim reviva antes del centenario. El Valencia cumplirá cien años jugando en Europa si en la 2017-2018 se hacen las cosas bien, así que la señalada fecha del 2019 empieza a jugarse desde ya.
De momento, Alemany ha apostado por variar la posición del Valencia en el mercado. Si en la era García Pitarch se reiteraba de forma pública que el club de Mestalla necesitaba liquidez, el director general mantiene que no hay necesidad de vender futbolistas. El discurso de otros responsables de Meriton es distinto, así que la jugada de Alemany puede pasar como una pose que no invite al resto de clubes a esquilmar al Valencia cuando vengan a fichar futbolistas. La plantilla ya ha empezado a perder piezas (Yoel al Eibar, Piatti al Espanyol) y es evidente que el club blanquinegro no ejercerá la opción de compra -unas por convencimiento, otras por incapacidad para pagar- sobre muchos de los futbolistas que este año han estado en Mestalla.
En esa lista de jugadores se encuentran Mario Suárez, Siqueira y Munir. Los dos primeros no tienen opciones de continuar y el tercero sólo seguiría si Marcelino da el OK y el Barça aceptara otro año de cesión. El Valencia preguntó a Robert Fernández por la posibilidad de negociar, pero era una forma de dejarse la puerta abierta por si el entrenador elegido aceptaba la continuidad de Munir, máximo goleador del Valencia en Liga con seis tantos.
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Hay otros que regresan como Ruben Vezo o Vinicius sin cabida en la plantilla, corta, y además el Valencia parte con más de veinte millones gastados porque debe asumir en verano los pagos por Simone Zaza y Fabián Orellana, cedidos el pasado invierno por Juventus y Celta respectivamente. El italiano y el chileno se suman a Nemanja Maksimovic como altas seguras para la 2017-2018, aunque en el caso del joven jugador serbio deberá convencer a Marcelino para no marcharse cedido a otro club.
Asumiendo como sencillos todos esos movimientos, el verdadero dolor de cabeza para Alemany y Alesanco será extraer algo positivo de futbolistas como Aderllan Santos, Negredo y Abdennour. En todos ellos se antoja como capital la ayuda de Mendes y aún más relevante para el Valencia sería que se consiguieran ofertas decentes por ellos. Santos costó 9,5 millones y cobra 1,5 (brutos) por temporada. Por Abdennour se pagaron 22 más variables y la operación de Negredo se fue hasta los 30. El flojo rendimiento de estos jugadores provoca que el Galatasaray, por citar un ejemplo, se plantee el fichaje de Negredo por unos tres millones. Una cifra insuficiente para el Valencia aunque es cierto que se liberaría del sueldo (unos 6,5 brutos) del vallecano, que finaliza contrato en junio de 2018.
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Los primeros compases del Valencia en el mercado se centran en aliviar el apurado fair-play financiero y tomar decisiones respecto a futbolistas clave como Dani Parejo, Enzo Pérez o Joao Cancelo. En distintas situaciones, todos ellos tienen opciones de salir aunque el club no lo pondrá fácil por rendimiento (Parejo), lo que costó el fichaje (Enzo) y las expectativas de futuro, caso de Joao Cancelo. A Diego Alves se le busca acomodo con el visto bueno del portero -aunque el verano pasado sucedió lo mismo y al final no salió- mientras que todas las partes convienen en dar una nueva oportunidad a Rodrigo.
En el otro lado de la balanza está la escasa confianza en retener a Eliaquim Mangala, muy caro y con mayores objetivos deportivos, y la incertidumbre de si Marcelino aceptará el reto de 'enchufar' a Nani para que el portugués sea el futbolista desequilibrante de otro tiempo y juegue con más regularidad.
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Ya con salidas confirmadas y los jugadores que dejan Mestalla tras las cesiones, Alemany y Alesanco asumen que habrá entre diez y quince cambios en la construcción de la nueva plantilla. Una cifra similar a la del año del récord (2014-2015), con once fichajes y dieciséis despedidas. Tras un verano relativamente tranquilo en 2015, con Pako Ayestarán se volvieron a remover las aguas: nueve altas y trece bajas. De poco sirvió, así que Lim espera que su cuarta revolución funcione. Es eso o un centenario de cuchillos largos.
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