Lunes, 4 de febrero 2019, 00:19
Nueve millones de dólares pagó el Valencia por un poderoso goleador que había despuntado en el Gimnasia y Esgrima uruguayo. Su nombre, Diego Alonso, y las razones, 17 tantos en 32 partidos que le convertían en un ariete apetecible para el fútbol europeo. La apuesta fue importante y se produjo en el verano de 2000, en un período brillante del club de Mestalla, inmerso en su ascensión a la élite del continente.
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Diego Alonso (1,88) marcó un doblete en agosto ante el Tirol Innsbruck, convirtiéndose en el jugador más destacado en la goleada del Valencia (4-1) a los austríacos. Las sensaciones con el ariete uruguayo fueron muy positivas, pero lo cierto es que ese doblete no tuvo demasiada continuidad a lo largo de la temporada. John Carew fue ganando terreno a Alonso, que marcaría dos goles en toda la Liga. Otra cosa fue la Liga de Campeones, donde el uruguayo sí consiguió celebrar hasta seis tantos. Alonso le marcó al Heerenveen, otro al Olympiakos y dos al Sturm Graz que se unieron al doblete que firmó contra el Tirol Innsbruck meses atrás.
El 'tornado', como le bautizaron en Uruguay, no pasó el corte del verano y salió cedido al Atlético de Madrid, dónde sí fue un hombre importante. Como rojiblanco, en Segunda División, fue pichichi y consiguió el ascenso a Primera. Diego Alonso aún viviría dos aventuras más en España (Racing de Santander y Málaga) antes de fichar por el Pumas mexicano.
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