Octavos y 50 millones, premio por la victoria

Que le pregunten los jugadores del actual Valencia a Dani Parejo qué se siente por jugar en Mestalla una eliminatoria de octavos de la Champions. Para experimentarlo en su propia piel tendrán hoy que ganar al Chelsea. El capitán es el único superviviente de la plantilla blanquinegra en aquel cruce con el PSG (1-2 en casa y 1-1 en París). Jugó el partido completo haciendo un doble pivote con Albelda. Fue un 8 de marzo de 2013, han pasado pues seis años y ocho meses. Y esta tarde, Mestalla tiene la oportunidad de volver a imaginar una cita como aquella. Para ello, el grupo de Celades tiene que volver a golpear al Chelsea tal y como lo hizo en Londres. El matiz es que los actores están algo más alejados del papel que representaron en Stamford Bridge. El Valencia, por ejemplo, ha descartado casi por completo la variante del sistema que sí le fue más o menos bien al técnico aquel día (4-3-3) y no acaba de lucir con la regularidad que es necesaria; mientras que los londinenses, por su parte, han sabido ganar en consistencia. El equipo es cuarto en la Premier y desde que cayó con aquel gol de Rodrigo de estrategia, ha ganado en total 9 partidos, ha perdido tres y empatado uno. De esta forma, llegan con mucha más convicción que la que se les presuponía en un principio.

Y, por si fuera poco, el Valencia tiene serios condicionantes que salvar. Mestalla va a empujar, de eso no hay duda, el problema es que Celades tiene la plantilla bajo mínimos. A Garay se le va a tener que infiltrar para que juegue; Coquelin llega sin rodaje por esos cuatro partidos que se ha perdido por lesión, y Carlos Soler apenas tuvo un cuarto de hora en el Villamarín para optimizar sus recursos. A Celades le corresponde la tarea de encajar lo mejor posible el puzzle (Hugo Guillamón entró por si acaso para una lista de 19), en el que pueden bailar varias piezas en función del estado físico de los protagonistas. Wass tiene abiertas las opciones de lateral derecho, de pivote e incluso de extremo izquierdo.

La trascendencia de este partido es de sobra conocida. Si el Valencia asegura los tres puntos estará matemáticamente clasificado al haberse asegurado quedar por delante del Chelsea independientemente de lo que pudiera ocurrir en la última jornada en Amsterdam, en la que sí estaría en juego el liderato. Por contra, si no gana hoy estará obligado a ir a Amsterdam con necesidades incluso de victoria.

Eso por un lado. Por otro está el premio. Y también interesa y bastante. El pellizco europeo es significativo. El Valencia ha vuelto a tirar por lo bajo en sus cuentas. Esta noche, el triunfo equivale a un premio más de 50 millones de euros. La victoria se premia a 2,7 millones pero la recompensa por alcanzar los octavos, aún perdiendo los dos encuentros, es de 9,5 millones. Entre las dos victorias que ya se han sumado, el empate de Lille, el fijo por jugar la fase de grupos y el ranking UEFA se llevan ya recaudados más de 39 millones de euros. Además, hay que tener en cuenta también la partida que lleva por el Market Pool, que se determina una vez se van superando eliminatorias y en función de los equipos del mismo país que la juegan.