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En el mes de diciembre de 1970, el Valencia presentó su candidatura al título liguero. Dos apurados triunfos en Mestalla por 2-1 ante sendos rivales catalanes que compartían colores: el Sabadell y el Espanyol, situaron al Valencia a un paso del liderato. Entre ambos ... encuentros, se logró una meritoria victoria en Altabix, el feudo del Elche por 1-3.
El Valencia había empezado a llamar la atención después de vencer consecutivamente por 0-2 en el Camp Nou, y por 1-0 en Mestalla al Atlético, vigente campeón. Estos resultados alcanzaron una enorme repercusión en los primeros días de noviembre. Se le bautizó como el equipo revelación del campeonato. Algunas voces, sin embargo, dudaban de la consistencia del conjunto adiestrado por Di Stéfano, que fue capaz de encadenar siete jornadas seguidas sin recibir un gol. La racha se rompió en Vigo. Una derrota por la mínima que no enfrió los ánimos de una afición enamorada con devoción de aquel equipo. El tropiezo de Balaídos abrió diciembre. Una semana después, los valencianistas sufrieron de lo lindo para derrotar al Sabadell en casa.
Los arlequinados se adelantaron antes de los 5 minutos por medio de Garzón, uno de los numerosos valencianos que jugaban en el conjunto de la Nova Creu Alta que entrenaba Pasieguito. La igualada llegó al superarse el ecuador de la primera mitad. Carlos Pellicer fue el autor del tanto. Antes del descanso el lateral visitante Isidro, padre de Quique Sánchez Flores, fue expulsado. La inferioridad numérica de los catalanes condicionó la segunda mitad. Al Valencia le costó marcar el segundo gol, que llevó la firma de Claramunt II a los 20 minutos, para desesperación de Pepe Martínez, portero valenciano del Sabadell.
En la clasificación, los de Mestalla quedaban terceros y superaban al Real Madrid en dos puntos. La siguiente cita llevaba hacia tierras ilicitanas, para medirse a un rival que se hallaba en posición de descenso. Aquella campaña cerró la mejor etapa del Elche en primera, con doce ejercicios consecutivos en la élite. En sus filas se alineaba Vicent Guillot, que salió al terreno de juego a última hora con el marcador igualado a uno. Forment había avanzado a los valencianistas en la primera mitad. Los locales empataron a los 9 minutos de la reanudación. El choque se resolvió en los instantes finales con los goles visitantes de Pellicer y Sergio para gozo de los centenares de aficionados desplazados desde Valencia. La jornada fue completa porque el Barça, que era el líder, cayó derrotado en el Insular de Las Palmas por 3-2.
Una semana después, el domingo 27 de diciembre, Mestalla asistió al cierre de la primera vuelta de aquella inolvidable Liga. Con un ambiente de euforia en la grada, el Valencia recibía al Espanyol, un rival correoso. Ese día, los aficionados se encontraron con la agradable sorpresa de recibir el programa oficial del encuentro, que se distribuía a la entrada de forma gratuita. Una idea implantada por Vicente Peris e importada del fútbol inglés que gozó de una enorme aceptación. El final de año deparó un duelo muy competido. Tarde de enorme emoción con un final feliz. Los valencianistas sudaron de lo lindo para batir a los periquitos.
El público no solo estaba pendiente de lo que sucedía en el terreno de juego sino que también miraba de reojo al marcador Dardo, donde se informaba de lo que acontecía en el duelo estelar de la jornada que enfrentaba a los otros aspirantes: el Barça y el Atlético, que concluyó con triunfo blaugrana por 2-0. Sobre el césped de Mestalla, se llegó al descanso con empate a cero. Todo cambió a continuación. El Valencia se adelantó por medio de Enrique Claramunt al cuarto de hora. La alegría duró un minuto, tiempo en que llegó el gol de Cayetano Re para los blanquiazules. Una vez más, Forment resolvió la contienda con uno de sus habituales tantos providenciales cuando estaba a punto de llegarse al minuto 30.
El júbilo se desbordó en Mestalla. Además de doblegar a un rival peleón, el Valencia hubo de superar un par de adversidades. En el primer tiempo se retiró Paquito, el capitán, con una lesión muscular. Poco antes del gol del triunfo, Pep Claramunt fue sustituido por culpa de una pérdida de visión provocada por un trozo de barro que se le había metido en un ojo. Gracias a ese laborioso triunfo, los valencianistas acababan la jornada como segundos en la tabla a un punto del primero. Una semana después, el domingo 3 de enero de 1971, volvieron a vencer en Mestalla por la mínima, 1-0 ante el Real Madrid, con lo que se encaramaron al primer puesto de una Liga que conquistaron.
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