¿Hay que pagar o no la multa a la Unión Europea?

Se acabó el tiempo de recursos y hoy el presidente del Tribunal General de la Unión Europea tiene que dictar sentencia definitiva. Desde el 4 de julio de 2016, Valencia y Elche tienen una tenaza sobre el cuello que, en el caso de la entidad de Mestalla, asciende a casi 24 millones de euros. Bruselas se pronuncia hoy y en caso de que sea condenatoria, a ambos clubes no les quedará otro remedio que pasar por caja. El Valencia mantiene desde hace varios años una provisión de fondos por este motivo, aunque jurídicamente ha intentado hasta el último momento no sólo demostrar que no fue 'ayuda del Estado' aquel préstamo avalado por el Instituto Valenciano de Finanzas sino ganar tiempo para evitar realizar el pago antes de conocerse el dictamen final. La última maniobra que intentaron los abogados valencianistas –siempre asesorados por el propio IVF– fue la de lograr un calendario de plazos que amortiguara el golpe del desembolso. Pero no, Bruselas quiere cobrar –si así lo tiene que hacer– de una vez. Al menos el deseo de ir posponiendo el pago se ha conseguido.

En el auto de 2016 también estaba implicado el Hércules, pero al final el club alicantino consiguió salir airoso, algo que de alguna forma abrió una ligera esperanza para los otros dos equipos implicados. Pero de inmediato desde el Valencia y hasta desde el propio IVF se trasladó la idea de que no guardaban una similitud total y que por lo tanto, se debía tener cierta prudencia al respecto.

La raíz del caso se encuentra en el préstamo que Bankia dio a la Fundación para que comprara las acciones de la ampliación (pasando del 1,6% al 72). El IVF actuó como avalista de esos 81 millones en total que se dieron (75 en un primer momento y otros 6 de los intereses). Todo el dinero se devolvió en el momento en el que llegó Lim.