Una pareja inquietante

Se puso en su día el foco entre otros nombres en Feddal, también en Salisu, y ahora los que están encima de la mesa son los de Germán Pezzella (28 años, de la Fiorentina) y el de Diogo Leite (21, del Oporto). César busca centrales desesperadamente en un mercado que para el Valencia se le va a poner especialmente cuesta arriba este atípico verano, donde habrá más trueques que otra cosa. La misión del director deportivo blanquinegro será taponar de la forma más fiable deportivamente, pero también más barata posible, el vacío que va a dejar el argentino Ezequiel Garay.

Mientras no se sepa si el equipo se mete en la Europa League, sube el peldaño de la Champions o se pega el gran testarazo quedándose sin ningún premio continental, a Celades le toca alimentar de coherencia defensiva a un equipo que este año ha hecho agua sobre todo por el centro de su retaguardia. Entre los muchos retos que va a tener el entrenador catalán cuando se reincide la competición, uno de ellos va a ser el de dotar al grupo de una fortaleza que a Marcelino, si estuviera todavía en el banquillo de Mestalla, le revolvería las tripas. Nunca quiso el técnico asturiano que el equipo recibiera más de treinta goles en Liga. Ahora, todavía con once partidos por delante, suma ya 39, cifras que manejan equipos de la zona media-baja de la tabla clasificatoria.

El Valencia es actualmente el sexto equipo más goleado de Primera y para esa lucha contrarreloj que le espera hay futbolistas dentro de la plantilla que van a tener que asumir un rol y unas exigencias mayores de lo que estaban acostumbrados hasta la fecha. A Gabriel Paulista, a sus 29 años, le ha tocado ya el rol de líder, faceta de alguna manera reservada hasta este momento precisamente para su amigo Ezequiel Garay. El brasileño ya ha aireado su deseo de prolongar su contrato (acaba en 2022) mientras aguarda pacientemente que se finiquite el proceso de nacionalización que inició hace meses.

De la capacidad de Paulista nadie tiene duda. Es el tercer futbolista con más minutos acumulados de esta plantilla (sólo le superan el incombustible Parejo y el polivalente Wass) y un hombre que mantiene una más que fiable regularidad.

El problema, en cualquier caso, llega a la hora de encajar su 'pareja de baile'. Con Mouctar Diakhaby (23 años) hay un gran debate abierto. Es tan potente físicamente como inquietante sobre el terreno de juego en muchas ocasiones. Fue uno de los que peor afrontaron el periodo de confinamiento porque cuando un jugador hace un estropicio del tamaño que hizo el francés frente al Atalanta, lo que desea es que haya un nuevo partido pronto para borrar esa sensación. Se quedó con las ganas. Contra los italianos, en lo que fue la triste despedida de la Liga de Campeones, Diakhaby acabó por desquiciar a todos sus compañeros –tampoco era la primera vez– y a Celades no le quedó otro remedio que quitarlo al descanso, en una de esas decisiones que no se suelen ver en la élite.

Uno de los argumentos que le han salvado, por llamarlo de alguna forma, a Diakhaby es el de tratarse de un futbolista joven. Tiene 23 años, la misma edad que, por ejemplo, Javi Jiménez, pero tres más que Hugo Guillamón. La gran diferencia está, sobre todo, en el precio. El francés costó 15 millones más otros dos en variables, una cifra que en estos momentos se consideraría fuera de los planes y capacidades que tiene el Valencia. Y lo curioso es que por él se filtró tiempo atrás que habían llegado al club ofertas de hasta 40 millones, cifras escandalosas que de ser ciertas a buen seguro hubieran hecho a Lim abrirle de inmediato la puerta de salida.

Paulista y Diakhaby han formado de inicio esta temporada en diez ocasiones con diversidad de resultados: tres victorias, cuatro empates y tres derrotas.

Con Mangala todavía más con un año de contrato (es lógico pensar que saldrá este verano), la opción de echar mano de Coquelin como central desde el primer partido de esta nueva fase de la competición es una cuestión que a estas alturas todavía no está definida. Hasta que Celades no maneje ya a todo el grupo con entrenamientos totales, es sólo una posibilidad abierta.