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PACO LLORET
Viernes, 18 de marzo 2022
El día de la cremà de las fallas ha coincidido en más de una ocasión con partidos del Valencia, algunos de los cuales han adquirido una gran relevancia. En una jornada tan señalada como la del 19 del marzo, Mestalla ha sido el escenario de partidos que perduran en el recuerdo. Probablemente, el duelo contra el Barcelona de los cuartos de la final de la Recopa, sea el más destacado en la lista de las tardes memorables por la belleza del juego, las alternativas en el marcador, la generosidad goleadora y el ambiente vivido en la grada.
Los valencianistas se impusieron por 4-3 el miércoles 19 de marzo de 1980 con goles de Bonhof, Saura por partida doble, y Mario Kempes de penalti. Pese al triunfo en el Camp Nou por 0-1 con gol de Pablo en el choque de ida que encarrilaba la eliminatoria, las cosas se complicaron cuando el Barça llegó a ponerse con 1-2 a su favor en la primera mitad. El conjunto de Di Stéfano le devolvió la moneda con tres goles celebrados con entusiasmo desmedido. Al descanso el resultado ya era de empate a dos. En la segunda mitad el Valencia impuso su ley con otros dos tantos. El último gol visitante tuvo un valor testimonial porque llegó en el último minuto, cuando el desenlace ya estaba decidido y el Valencia se aseguraba el pase a las semifinales.
Dos años antes, el domingo 19 de marzo de 1978, se vivió en Mestalla un duelo liguero cargado de simbolismo ante el Real Madrid. En la primera vuelta, el Valencia estrenó la indumentaria con los colores de la Senyera, un hecho que suscitó grandes muestras de rechazo entre la parroquia del Bernabéu. La coincidencia del calendario quiso que el día de San José ambos equipos se volvieran a ver las caras. La afrenta sufrida provocó que aquella tarde de domingo sirviera como una gran oportunidad para el desquite del valencianismo. El club repartió miles de banderitas a la entrada al campo y, por su cuenta y riesgo, muchos aficionados acudieron al encuentro portando la bandera valenciana. La presión ambiental se disparó como si se tratara de una mascletà. El colorido de la grada se complementó con una excelente actuación. Los goles de Mario Kempes y Óscar Rubén Valdez sellaron la superioridad del equipo que entrenaba Marcel Domingo. Final apoteósico y triunfo incontestable.
De signo contrario fue otro Valencia-Real Madrid jugado el 19 de marzo de 1972 que desbordó la expectación. Ese día se medían los dos máximos aspirantes al título, el líder y el segundo clasificado, por lo que la cita adquiría un carácter trascendental. Los locales eran los vigentes campeones, los visitantes ocupaban el primer lugar en la tabla con 5 puntos de diferencia. En la primera vuelta hubo empate a uno en el Bernabéu. El partido tuvo un desdichado protagonista: el árbitro Sánchez Ibáñez cuya labor sacó de quicio a los aficionados. Hubo constantes protestas, lanzamiento masivo de almohadillas y graves incidentes que provocaron la suspensión del partido antes de hora. La policía sacó al colegiado extremeño de las dependencias en uno de sus vehículos. El encuentro concluyó con el triunfo visitante por 1-2. El gol valencianista lo consiguió Antón. A la conclusión del campeonato, el Real Madrid se llevó la Liga con 2 puntos de ventaja sobre los de Mestalla.
El último gran duelo disputado en Mestalla un 19 de marzo tuvo lugar en 2003, ante el Arsenal, en la Liga de Campeones. El encuentro cerraba la segunda fase de grupos y era decisivo para saber quién de los dos se clasificaba para los cuartos de final. Desde horas antes, alrededor del campo se vivió una espectacular exhibición pirotécnica. Los numerosos seguidores ingleses se mostraban perplejos ante semejante estruendo. El club valencianista insistió en evitar que se lanzaran petardos durante el partido que podrían provocar fuerte sanción de la UEFA. En un clima de desbordante pasión y sin incidentes, emergió la figura de John Carew, autor de los dos goles que proporcionaron el triunfo por 2-1. El delantero noruego ejerció de verdugo de los ingleses tal y cómo había sucedido en 2001.
El primer partido liguero celebrado un 19 de marzo tuvo lugar en Bilbao y acabó con una goleada de órdago en contra: 8-2. Sucedió en la temporada 32-33, la segunda del Valencia en primera división. Muchos años después, en el ejercicio 63-64, se jugó por primera vez en Mestalla un encuentro de Liga el día de San José que caía en jueves. Hubo muchos goles ante el Real Betis en cuyas filas se alineaban, entre otros, Ansola y Luis Aragonés. Los locales se impusieron por 4-0 con goles de Waldo por partida doble, Guillot y Sánchez Lage. Tres días después, los valencianistas le endosaron otros seis goles al Real Valladolid firmados por partida doble por los mismos jugadores, a los que se añadió el solitario tanto de Paquito. Tres años después, en la campaña 66-67, el Valencia protagonizó una formidable exhibición y batió al Real Zaragoza con otro 6-0 el domingo 19 de marzo con doblete de Waldo y los goles de Paquito, Guillot, Vilar y Ansola.
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