Pedro Alcañiz: «Odio el fútbol moderno, es de maniquíes»

- ¿Qué es el Waticano?

- Es un garito. Cuando terminé de jugar al fútbol no sabía qué hacer y montamos un bar de copas. Ya llevo 26 años. Se escribe con 'w' porque con 'v' es marca registrada. Me lo dijo el decorador y me hizo gracia.

- ¿Cómo es este negocio?

- Muy malo, las cosas no dependen de ti. Estar cara al público en algo que va por modas es muy complicado. Y más en una ciudad tan pequeña como Castellón: somos 130.000, pero la horquilla de salir por la noche en mi local es de los 26 a los 45-50.

- ¿Siempre le ha gustado la noche?

- Siempre que he podido. Una vez acabé de jugar al fútbol, pues sí. Me siento más a gusto de noche, la gente se olvida de sus problemas. La mayoría sale a divertirse, y por el día ven los traumas, ves sufrir a la gente, y eso de noche es como si escondiera y hubiera menos penas.

- ¿Ha tenido épocas de desfase en su carrera?

- No, por desgracia no he tenido un cuerpo que me permitiera salir de noche y poder ir a entrenar al día siguiente. Físicamente no era muy fuerte y si no me cuidaba, estaba 'pelao'.

- Di Stéfano sí lo hacía.

- Según las lenguas, sí, pero yo no llegaba ni a atarle las botas a Di Stéfano. Mi secreto estaba en poder cuidarme mucho.

- ¿Cómo era el fútbol de los ochenta?

- Mucho más divertido. Yo odio el fútbol moderno, me parece una mentira. No todos los equipos pueden jugar como el Barça de hace seis años. No todos tienen a Messi. No todos pueden sacar el balón desde atrás. Tener un balón al borde del área contraria y que acabe en tu portero, me parece ridículo. Me aburre mucho.

- Es una visión romántica de los ochenta, pero también se pegaba mucho.

- Sí, claro, es que ahora no hay contactos. Y menos con la pandemia, que se escucha todo, saltan dos y uno de los dos ya grita. Eso antes no pasaba. Si no quieres que te peguen, juega al billar. En el rugby se pegan de leches y después se van a tomar cerveza juntos. El fútbol de ahora es de maniquíes: 'no me entres, no me digas, no me hagas'. Se para el partido. ¡Por favor!

- Parece reservado a atletas: presión tras pérdida, jugar en campo contrario…

- ¿Y luego? Tenemos ya el balón y ¿qué hacemos? Los artistas en el fútbol han muerto. Solo queda Messi. João Felix, que podría serlo. No juega. ¿Qué significa partido a partido? Con el equipazo que tiene el Atlético de Madrid… Ganar 1-0 todos los domingos es muy aburrido. Ganar no es suficiente.

- ¿Quién fue el defensa que más le dio?

- Goikoetxea y Arteche en Primera. Y en Segunda estaban Maravert, Cumbreño y Cepeda, la defensa del Recreativo de Huelva. Pero con el Castellón les ganamos 5-1 y con el Valencia 5-0. Y no pasa nada. Ganar siempre da gusto. El fútbol sin goles no existiría.

- Usted fue básicamente un goleador. ¿Sabe los que metió?

- Ni idea. He marcado en todas las categorías. Mi compañero y amigo en el Castellón Víctor Salvador y yo somos los únicos jugadores en España que hemos marcado desde Segunda Regional hasta Primera División.

- ¿Dónde disfrutó más?

- En todos los sitios. En el Castellón porque era mi ciudad, el equipo que me sacó a la luz como futbolista y como persona. Disfruté como no está en los escritos en Valencia, porque ha sido el club más grande de los que he jugado. Todo el mundo no puede decir que ha jugado en el Valencia. Le estaré siempre muy agradecido a dos Arturo Tuzón por haberme fichado. Disfruté en el Villarreal porque venía de una época muy mala. Y he disfrutado en el Almazora con mis amigos y en el Benlloch.

- ¿Se siente un gol igual en Segunda Regional que en Primera?

- El que lo mete, sí. Lo mismo. Lo que pasa es que no tiene la misma repercusión marcar un gol en La Jana que en Mestalla. Pero el que los mete, sí. Los he disfrutado todos.

- ¿Ha jugado sin cobrar?

- No, nunca.

- ¿Dónde ganó más dinero?

- En el Castellón. Más que en el Valencia, donde había gente que cobraba mucho más que yo.

- ¿Cuándo se dio cuenta de que era un goleador?

- Me di cuenta cuando llegué al Castellón, a los 10 años. Antes jugaba de central en el Atlético Estudiantes porque mi padre era central. Palasí era el entrenador que me puso de delantero. Soy el jugador que más goles ha marcado en toda la historia del Castellón, unos 500, desde la base hasta el primer equipo.

- ¿Qué le enseñó su padre?

- A tener mala leche en el campo y fuera. Mi padre es de Madrid, jugaba en el Constancia de Inca y vino aquí, al Castellón, a jugar. Conoció a mi madre, se casaron y se quedaron a vivir. Yo nací ya aquí. Y mi madre, Vicenta, me enseñó lo contrario, ella es todo 'paz y amor'. Ella trabajó en un negocio familiar, una tienda de lámparas.

- ¿La mala leche es necesaria en el campo?

- Sí, claro.

- ¿Y entonces Iniesta o Cazorla?

- Pero esos son fueras de serie por la calidad. En ciertos momentos hay que tener mala leche para que la gente no se te suba a las barbas. Eso no significa ser mala persona.

- ¿Cómo empezó a jugar?

- Empecé en un equipo que se llamaba Estrella Roja, que me falsificó la ficha porque entonces solo había alevines y yo era demasiado pequeño. No tenía la edad. Al año siguiente pasé al Atlético Estudiantes y de ahí al Castellón.

- ¿Cómo se definiría?

- Era listo dentro del área. No es que fuera muy bien de cabeza ni le pegara muy bien con los pies, pero llegaba antes que los demás. Saura siempre me decía: 'No lo entiendo, si yo voy al primer palo y tú vas al segundo, la pelota va al segundo. Y si voy al segundo y tú al primero, la pelota al primero'. Esa ha sido mi virtud, ver las cosas antes que los demás. Físicamente era del montón: rápido, pero mi cuerpo no daba para estar corriendo 15 kilómetros.

- ¿Recuerda el día que llega a Mestalla?

- Llegué el mismo día que Miguel Angel Bossio. Verano del 86. Fui máximo goleador de Segunda con el Castellón. El Valencia pagó 35 millones. Me impresionó por lo grande que era. En esa época estaba Madrid, Barcelona y Valencia. Y encima me encuentro a Di Stéfano. Pero tuve un problema. Porque a mí me ficha Roberto Gil, que había sido mi entrenador en el Castellón y lo fichan de secretario técnico. Ellos dos no se llevaban bien. Y yo pagué los platos rotos. Casi todos éramos valencianos: Sempere, Arias, Giner, Voro, Revert, Fenoll, Ferrando, Fernando...

P. ¿Tenía malas pulgas Di Stéfano?

R. Era muy gracioso. Te reías mucho con él. Un día en una charla nos dijo: 'Porque yo he tenido relaciones con Lola Flores…'. Y claro allí estaba Quique (Sánchez Flores). O entrar un camarero y hacer como si lo marcara. Nos enseñaba canciones. Pero si no le caías bien…En los entrenes, los porteros le tenían manía: cuando le centraban, paraba el balón con la planta del pie y a la escuadra. Y el portero se cabreaba. Si se ponía jugar y, con 50 y tantos años, no podías quitarle el balón.

- En la temporada del ascenso a Primera, usted jugó solo 20 partidos, 10 goles.

- Es que me lesioné. El debú fue Valencia-Málaga, 1-0, marcó Subirats. Ese miércoles en Copa contra el Villarreal, que nos eliminó. Y yo fui del campo al hospital a operarme de pubis. Estuve siete meses lesionado. Volví a jugar contra el Elche. Y esos partidos que quedaban marqué los 10 goles.

- ¿Qué ambiente había?

- Entrenábamos en Paterna y de ahí, 10 o 12 nos íbamos a desayunar al hotel Renasa. Y estábamos hasta la hora de comer. Había muy buen rollo. Y mucha calidad. Emilio Fenoll era un genio. Fernando ha sido el mejor llegador de la historia del Valencia: todos los años te marcaba 10 goles. Quique, el lateral más goleador, y una gran persona: siempre preocupado por los demás. Giner, el Xufa, Voro… muy buena gente. Por ejemplo, le he llamado a Giner, que necesitaba un favor, y desde Estados Unidos me lo ha arreglado. Éramos una familia. Técnicamente eran maestros Subirats, Fernando, Arroyo, Fenoll… Sixto, en paz descanse. Un día jugábamos en la delantera él y yo, otro día Sánchez Torres y él, otro día Fenoll y Sixto… Nadie se sentía titular ni suplente.

- ¿Madjer?

- Junto a Dobrovolski, aquí en el Castellón, son los dos jugadores a los que he visto hacer las cosas más locas dentro de un campo. A nosotros venían a vernos entrenar a Paterna una 50 personas; el día que vino Madjer no se podía entrar. Incluso Di Stéfano le daba un trato especial. Para comer, nos daban una copita de vino y agua. Madjer bebía coca-cola. Podía hacer lo que quisiera. Yo le he visto hacer la cola de vaca de interior y de exterior.

- ¿Cómo era Arturo Tuzón?

- El mejor de la historia del Valencia.

- ¿Le da pena cómo está ahora el Valencia?

- ¿A quién que sienta el Valencia no le da pena? El que hay (Peter Lim), ¿qué ha hecho por el Valencia? Nada. Si lo hubiera podido destruir, lo habría destruido. Hemos tenido suerte de que los jugadores son superprofesionales y el entrenador (Javi Gracia) es un tío cojonudo.

- ¿Lo conoce?

- No tengo el gusto. Pero lo van a sacar adelante por castañas, no porque el club haya hecho algo por ayudarlos. Cuando a un tío lo han engañado reiteradas veces, todo mentiras, uno se va viniendo abajo, se va dejando llevar, y este tío no lo ha hecho, sigue estando ahí, solo nos queda aplaudir y darle las gracias. Es tan difícil hacerlo todo bien como hacerlo todo mal, y estos (los gestores de Lim) hacerlo todo mal, lo hacen muy bien. Gayà y Soler han estado ahí contra todo, con el tiempo se les tendría que recompensar.

- ¿Y la posibilidad de recuperar el club?

- Hay mucho oscurantismo. Se deben 450 millones después de haber destrozado un equipo. Porque si te endeudas y tenemos un gran equipo… Ahora no. No se va a jugar Europa, que es fundamental para los ingresos.

- ¿Cuál es el negocio de Lim?

- No sé si ha puesto un duro.

- En teoría, 200 millones.

- ¿Y cuánto se han llevado? Porque si han puesto 200 y se han llevado 300, el negocio para ellos ha sido redondo. Y si lo destrozan, da igual. Si es que se los han llevado, que yo no lo puedo asegurar.

- ¿Por qué Espárrago prefirió a Lucho Flores?

- Me imagino que porque era un fichaje y era de fuera. No marcaría muchos más goles que yo jugando muchísimos más partidos. Pero fuimos subcampeones de Liga porque el Madrid de Míchel, Butragueño y Hugo Sánchez ese año se salió. El primer año fui máximo goleador del equipo, el segundo metí 4 goles y el tercero siete.

- ¿Tenía algo personal Espárrago contra usted?

- No, porque él era el entrenador del Huelva cuando yo le marqué cuatro goles con el Castellón al Recreativo. Yo pensé: 'Este tío se acordará de mí'. Fue al revés. Desde el primer día me hizo la cruz. No sé por qué.

- ¿Cómo fueron esos dos años en el Castellón en Primera?

- El primero no estuvo mal, aunque me lesioné y jugué poquito. El segundo fue al revés: jugué mucho, marqué bastantes goles, pero descendimos.

- ¿Cómo era Luiche?

- Demasiado 'bocas'. No puedes ir a Madrid y decir 'vamos a hacer las tres uves: valor, huevos y no sé qué más'. Y nos metían seis e iban corriendo a meter otro. Cállate y sé modesto. Luego del Castellón ya no entrenó a nadie más.

- ¿El mejor entrenador?

- García Sanjuán en el Villarreal fue quien mejor me entendió. Y Roberto Gil.

- ¿Cómo es que se fue al Villarreal?

- Porque el Castellón bajó de Primera (perdimos 3-0 contra el Oviedo) y a mí me hicieron la cruz. El único culpable era yo, que había marcado 11 goles. No solo eso: dieron informes malos míos a otros equipos para que no me fichara nadie. Y entonces viene en Villarreal, en Segunda B, estuve entrenando y el presidente, Pascual Font de Mora, que era casi familia, me permitió jugar y subimos a Segunda. Dos temporadas hasta que entró Fernando Roig.

- ¿Por qué no sigue?

- Porque me querían bajar la ficha a la mitad. Yo no estaba dispuesto siendo el máximo goleador de este equipo. Y que los que lleguen van a cobrar más que yo.

- Y se retira a los 28 años muy quemado.

- Mucho, ya no tenía ganas de jugar al fútbol. Lo único bueno que tiene el fútbol son los futbolistas. Todo lo que hay alrededor son intereses. Y me pongo a jugar con mis amigos, en Segunda Regional, en el Benlloch. Vino el Almazora, en Primera Regional, para subir. Subimos y me volví otra vez al Benlloch.

- ¿Se arrepiente de haberse retirado tan pronto?

- No, en esta vida te tienes que arrepentir de lo que no has hecho; no de lo que has hecho. Pero es verdad que echo muchísimo de menos el fútbol. Lo más grande del fútbol son los sentimientos de la gente. No lo de los ultras, hacer el botarate no sirve de nada. Cuando metes un gol estás haciendo feliz a mucha gente. ¿Cuántos niños conocen al Ministro de Sanidad? ¿Cuántos conocen a Messi?

- ¿Es anti-Villarreal?

- Es que la historia es jodida. Le tengo simpatía, pero me dejaron de pagar un dinero simplemente porque acababa contrato. Me dejaron a deber dinero. Y la persona que lo hizo está dentro del club. Si me dices, ¿quién prefieres que gane: el Villarreal o el Valencia? No hay color.

- ¿Le gustó la experiencia de entrenador-jugador en el Benlloch?

- No valgo para el fútbol profesional, porque se tragan muchas cosas y es una hipocresía. Me gusta el fútbol base. Me hubiera gustado tener dinero para dirigir una cantera. Si me tocara el euromillón, me iría al Castellón a pedirles que me dejaran llevar la base.

- ¿Qué relación tiene con el Castellón?

- Ninguna.

- ¿Se siente valorado por ellos?

- No lo necesitan. Ellos cumplieron con su parte y yo con la mía. Me hicieron persona, me ayudaron a jugar en Primera y me pagaron lo que me tenían que pagar. Me siento más que valorado. El fútbol es ingrato por ambas partes: si yo hago cuatro partidos buenos, voy a las oficinas a cobrar más; pero si me lesiono, quiero cobrar igual.

- ¿Cómo fue la experiencia en la sub 21?

- No llegué a debutar. Fue un partido en Murcia. Yo era el único jugador de Segunda y estaba sentado en el banquillo entre Martín Vázquez y Pardeza. '¿Cómo tengo que jugar yo aquí'? Imposible.