No hizo falta que nadie se lo afeara. El propio Miguel Ángel Corona hizo alarde de no saber nada. «No sé si volveremos a negociar por Rafa (Mir)», «nunca sabes» (por el proyecto de futuro), «no lo sé con exactitud» (sobre la apuesta económica del ... club) o «no sé el coste de plantilla que tendremos». Palabras del director de fútbol del Valencia, el que debe diseñar la futura plantilla. Traducido: no sabe si tendrá que vender futbolistas, no sabe si podrá mejorar el equipo y no sabe cuál será el valor de plantilla. Conclusión: no hay rumbo, sólo improvisación. Un club de la dimensión histórica, social, deportiva y de cualquier nivel que atiendas debe trabajar a muchos meses vista. La dirección deportiva debería tener varios escenarios abiertos. Si el Valencia entra en Europa, nos manejaremos en estos parámetros y nos haremos fuertes en mantener las estrellas (Corona habló de ofertas por Mamardashvili, Mosquera y Javi Guerra) y en dotar a Baraja de las herramientas que merece para devolver al equipo a la élite. Pero si se mantiene un año más en la histórica zona Meriton (media tabla, aunque en las últimas campañas ni eso), pues tendremos que seguir ajustándonos, estaremos obligados a ventas para cuadrar el presupuesto y Baraja deberá aguantarse con lo que tiene y seguir tirando de cantera. Con una lista de entre cinco y diez futbolistas por puesto para su posible incorporación según el sitio en el que finalmente haya radicado el equipo.
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Pero el problema de Corona es que no dispone de margen de maniobra. Trabaja en función de si duerme, sueña o tiene pesadillas el máximo accionista. Porque da igual quién tiene firma, lo vital es quién tiene la decisión. Y no la posee ni Layhoon. Es una estructura contra natura en el mundo del fútbol, que provoca situaciones increíbles como decir que desde el verano se tenía prevista la salida de Paulista y luego darle salida a un día del cierre del mercado de fichajes cuando Baraja se niega a sentarlo en el banquillo para que no renueve, o ir a por Rafa Mir a contrarreloj y admitir que con el delantero no tenía aún un acuerdo. ¿Entonces para qué queda Corona? Para justificar a la presidenta, que dijo en su día que si no había fichajes, al menos no habría salidas (y Paulista en el Metropolitano), y para tirar de ironía. «Hemos empeorado la plantilla y llevamos 35 puntos», dijo. Pues no es gracias a ti, director de fútbol, se lo debes brindar a Baraja, a su inteligencia técnica, a su carisma y a su valentía. Pero por ahora tampoco tienes claro cuándo renovarás al técnico. Normal, Corona no sabe nada. Él mismo lo dice.
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