El despilfarro de Meriton

Meriton es lo más inusitado que te puedas echar a la cara. Es imposible descifrar qué tiene en la cabeza Peter Lim. Sobre el Valencia hablamos, claro. Si le interesa el club, si quiere venderlo, si le molestan las protestas, si aún sabe dónde esta ... la ciudad. Eso, nunca lo sabremos. Lo que sí atisbamos son las continuas contradicciones. El hijo del jefe dijo en diciembre pasado que se implicaría más en el club y sólo ha salido para fotografiarse con Cristiano, con el famoso reset aún nadie sabe a qué se referían y ahora nos topamos con el absurdo del mercado de fichajes. La orden desde el lejano Singapur es gastar lo menos posible. Hay que liberar masa salarial. No hay que vivir por encima de tus posibilidades cuando desaparecen ingresos como la competición europea o se reducen los de la televisión. Todo eso parece sensato hasta que ves que Peter Lim asiente para gastar cinco millones en la opción de compra de Cenk Ozcakar. Estás escarbando el mercado para conseguir gangas en puestos clave como un delantero, aguantas al máximo para que el Brentford dé salida a Canós por lo mínimo posible y despilfarras con un central del montón. Sí, del montón. Que en unos años pueda mejorar, puede ser. Pero el Valencia actual no está para experimentos después del sufrimiento extremo de la temporada pasada. Hay centrales españoles en LaLiga con mucha más entidad que el turco y a mitad de precio, y en la Academia hay gente de su misma edad a coste cero (Mosquera, Tárrega y se dejó ir gratis a Facu, todo un campeón del mundo sub-20). Al Valencia le queda un margen de casi diez millones para acometer alguno de las incorporaciones que reclama Baraja para evitar situaciones como la del choque ante Osasuna, con un equipo falto de consistencia arriba y abajo. Pues con los cinco de Ozkacar seguro que se podría optar a algún delantero top. El que quiera entender (a Meriton) que entienda, que diría Mägo de Oz. Yo no.