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Pelé marcó el primer gol en el Trofeo Naranja

Pelé marcó el primer gol en el Trofeo Naranja

PACO LLORET

Sábado, 15 de junio 2019, 00:45

En junio de 1959 se celebró la primera edición del Trofeo Naranja con el formato de un torneo triangular. En aquel primer trofeo, el Valencia, como club anfitrión, disputaba el encuentro inaugural y el de clausura. El brasileño Pelé fue el autor del primer gol y su equipo, el Santos, el campeón de aquella edición que tuvo carácter extraordinario, puesto que no tuvo continuidad al año siguiente, pese al enorme éxito alcanzado. El Naranja nació por iniciativa del comité exportador de cítricos, alguno de cuyos miembros estaban muy vinculados al club valencianista. Se trataba de un organismo muy influyente en aquella época porque la economía valenciana y española ingresaban las anheladas divisas gracias a las exportaciones de estos productos. Su importancia era de tal calibre que los convoyes ferroviarios que transportaban las naranjas hacia otros países gozaban de absoluta preferencia en sus trayectos, al tratarse de productos perecederos, por delante incluso de los trenes de viajeros, una medida excepcional.

El primer Naranja nació, por tanto, con fines promocionales. El fútbol era también un vehículo propagandístico y la relación de Valencia con los cítricos se resaltaba de forma explícita. Se creó un trofeo de orfebrería de enorme coste, 75.000 pesetas de la época, otra manera de llamar la atención y de seguir los pasos de los prestigiosos trofeos Teresa Herrera de La Coruña y Ramón Carranza de Cádiz, que se distinguían por conceder al campeón una copa de gran valor y enormes dimensiones. El cartel de aquella edición lo completaba el Inter de Milán, un club de gran nivel. En el año 1959 se registraron en el campo de Mestalla tres grandes acontecimientos: en marzo, durante las Fallas, se inauguró la iluminación, en junio se celebró el trofeo Naranja, y en diciembre se despidió a Puchades con un grandioso partido de homenaje. A falta de éxitos deportivos aquellas tres citas quedaron registradas como las principales efemérides. El Valencia estaba presidido por Vicente Iborra, cuyo mandato fue muy breve puesto que su delicada salud le impidió permanecer en el cargo. Vicente Iborra, que había relevado a Luis Casanova, dejó la presidencia poco antes de morir. Julio de Miguel lo reemplazó.

Una de las principales consecuencias de aquella cadena de encuentros es que el fútbol pasó a ser un espectáculo con vocación nocturna en Valencia para malestar de los empresarios de cines y teatros, conscientes del tirón incontestable del Valencia en Mestalla. Una competencia novedosa y amenazante. Pese a que desde su estreno hasta el Naranja no se jugó ningún encuentro oficial de Liga y de Copa por la noche debido a las restricciones federativas que terminaron por desaparecer después, se organizaron hasta cuatro partidos amistosos nocturnos ante el Everton, el Nottingham Forest, el Racing de París y el Inter de Milán en dos meses y antes de la celebración del torneo internacional que alzó una enorme expectación. Por entonces el club valencianista aún no había debutado en competiciones continentales y la posibilidad de ver en directo a un equipo extranjero reunía grandes alicientes para los aficionados. El principal reclamo de aquella edición era la presencia del jovencísimo Pelé, la gran estrella brasileña que, un año antes, había participado con la selección de su país en la conquista del Mundial de Suecia. En aquella Copa de Mundo también participó el extremo Joel, primer jugador valencianista en ganar un Mundial. Pelé no decepcionó a la numerosa concurrencia que llenó Mestalla la noche del 24 de junio, día de San Juan. El encuentro fue un constante toma y daca entre ambos contendientes saldado con un espectacular empate a cuatro.

La competición nació por iniciativa del comité exportador de cítricos, un organismo muy influyente

Los goles del Valencia fueron obra de Egea y del paraguayo Aveiro, que se los repartieron a pares. Walter, la figura brasileña del conjunto valencianista y que también había sido internacional, se quedó sin marcar ante sus compatriotas. El Santos actuó con su clásico uniforme blanco mientras que los anfitriones lucieron una novedosa indumentaria hecha de materiales brillantes para que impactara bajo los focos de la luz artificial y agradara a los espectadores. El pantalón era negro y la camiseta roja. La idea nació del innovador Vicente Peris, que ya la había puesto en práctica en el duelo ante el Stade de Reims francés en el choque de inauguración del alumbrado aunque la camiseta de ese día era de color blanco. El club brasileño cotizaba al alza y, además de jugar en Mestalla, había disputado otros partidos en España y en otros países. Su mayor exhibición se produjo en el choque frente al Inter, al que batió por un escandaloso marcador: 7-1. Esa diferencia de goles dejó al Valencia sin posibilidades reales de llevarse su trofeo pese a vencer por la mínima a los interistas en el duelo que cerraba el triangular.

El Santos brasileño volvió de gira y un año y un día después se volvió a medir con los anfitriones en un encuentro que no tuvo la brillantez del Trofeo Naranja puesto que se resolvió a favor del club del estado de Sao Paulo por la mínima con un solitario gol a última hora. Pelé no lució tanto como en su estreno aunque por entonces ya iba camino de ser el mejor jugador del mundo.

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