Ferran Torres (Foios, 29-2-2000) vuelve a inyectar dinero en el Valencia y lo que se puede tomar como algo más que gratificante, se vuelve gasolina para los que siguen observando la poca habilidad que tuvo el club para conseguir o bien la continuidad de un jugador con un futuro genial o una posición más ventajosa para una transacción a medio plazo. El internacional fue vendido en verano de 2020 al City por 25 millones más otros 12 en variables. Año y medio después, se va de Manchester a Barcelona por 55 millones más otros 10 en cláusulas. El acuerdo se daba este jueves prácticamente por hecho hasta el punto de que tan sólo falta hacerlo oficial.
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El pellizco para el Valencia sería en ese caso de unos 5 millones de euros, gracias a ese 10% de la plusvalía que se guardó el club en la venta al City (casi 3,2 millones) y el mecanismo de compensación de solidaridad (5% del precio) a repartirse entre todos los clubes que formaron al futbolista entre sus 12 y sus 23 años. Ferran se formó en Paterna desde los 12 a los 20 años y de ese 5% el Valencia se lleva un 3,5%. Hubiera podido ser algo más, ya que en un primer momento, el City pidió 70 millones. Pero también menos. La primera oferta culé fue de 45 millones, después 50 y finalmente ascendió la propuesta a esos 55 millones, operación que se acabó de perfilar después de la visita semanas atrás de Mateo Alemany a Manchester.
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El dinero le llegará al Valencia en el mejor de los momentos, a pocas jornadas para que se abra el mercado de enero, con el equipo repuntando en la clasificación y en plena negociación de renovación con José Luis Gayà y Carlos Soler. No hay que perder de vista también esos 37,7 millones de euros de beneficio neto por ventas que recogen las cuentas de este año para arrojar unas pérdidas de 36,5 al final del ejercicio.
Ferran volverá de esta forma a pisar Mestalla pero lo hará con la camiseta blaugrana, equipo con el que firmará por cinco temporadas. El Barcelona tiene que jugar en Valencia en esta segunda vuelta de campeonato. Se puede decir que el aterrizaje del atacante de Foios en la Ciudad Condal llega con nueve años de retraso, puesto que en 2012 y cuando todavía era alevín, el Barça ya intentó pescarlo (también el Real Madrid ya que el y su padre visitaron Valdebebas). Esa generación blanquinegra tan exitosa tuvo también a Abel Ruiz (fichó por el Barça), a Víctor Chust (acabó en el Madrid) y a Hugo Guillamón. Ahora, ha sido Xavi, como en su día lo fue Guardiola, el que ha forzado su contratación para incluirlo con galones en ese proyecto que presenten en el Camp Nou relanzas. Descontento en el City (con un sueldo de 3,7 millones de euros) porque quería gozar de más continuidad, el Barça vio el resquicio justo para cautivarlo y contó con la aprobación del propio futbolista desde el primer momento.
Su vertiginoso crecimiento -internacional en todas las categorías inferiores- le otorgó casi de inmediato la confianza de Luis Enrique en la selección, donde confirmó que igual puede desenvolverse por la banda como por el centro. Allí ha firmado unas cifras espectaculares: con tan sólo 22 partidos, 11 goles. Mucho más rentable que con la camiseta del City, que suma en total 16 tantos y cuatro asistencias.
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